Después de ganar varias batallas legales, la abogada Miriam Silva revirtió el desabasto de agua para 112 habitantes de Ecatepec, Estado de México.
Escucha este trabajo con la producción de Uriel Gamez
Aura García y Perla Miranda
Con su teléfono celular, Miriam Silva garantiza que sus vecinos de Ecatepec tengan agua. Basta un mensaje en su WhatsApp para que la abogada ponga en aprietos a las autoridades del municipio más poblado del Estado de México.
Pero llegar a este punto le ha costado a Miriam, literalmente, miles de amparos, años de lucha y hasta una confrontación con el alcalde. Esta es su historia.
“Nosotros tenemos casi cuatro años y medio sin agua. Estoy hablando de que empezaron con tandeos, donde me tenía que estar al pie de la cisterna, a las 2, 3, 4, o 5 de la mañana. Agarré un enfriamiento espantoso y lograba llenar si acaso la mitad de la cisterna”.
“Los primeros meses de 2019 me tenía que levantar a las dos o tres de la mañana para echar a andar la bomba. A veces empezaba el miércoles y pues no cayó.
El jueves otra vez a las tres de la mañana, había semanas que nada. A veces me caía una vez y así fue como empezó a crecer el problema hasta que de plano se acabó el agua. No hay agua”.
El desabasto en la quinta de Ecatepec
Norma y José Leal viven en la llamada quinta zona de Ecatepec, Estado de México. Un lugar compuesto por 129 colonias que han padecido por la falta de agua por lo menos los últimos 15 años, cuando la presión con la que llegaba habitualmente disminuyó.
En un intento por resolver el problema por su cuenta, los vecinos instalaron bombas hidráulicas, pero cada vez se complicaba más llenar tinacos y cisternas.
El abasto pasó de tres días a la semana, a ninguno. Y fue a partir de ese momento, que los habitantes recurrieron a comprar agua en pipas.
“Empecé a comprar a 100 pesos mil litros, posteriormente mil litros en 120. Llegué a pagar hasta 140 o 150 mil litros, cuando estaba muy difícil la situación y es cara, cara, cara”.
Al principio, los vecinos confiaban en que el problema iba a resolverse. Pero, luego de meses sin el servicio descubrieron que su nueva realidad era pagar por agua dos veces a la semana y detectar el mejor precio entre ofertas sin regulación alguna.
“Por arte de magia aparecieron pipas particulares, originalmente, cuando empezaron nos daban el agua en 70 pesos mil litros. Ahorita están en 150, 180, se convirtió en un negocio. Hasta la fecha sigo comprando, mínimo compro 3 mil litros, hay veces que por semana gasto 600 pesos”
Además, ante la fuerte demanda y la indiferencia de la autoridad, brotó un mercado negro del agua, que trasladaba miles de litros sin factura de por medio y que encarecía los precios de aquellos que la conseguían de manera legal.
“Si ahorita diéramos una vuelta donde están unos registros de válvulas, se han apropiado camiones particulares, coches, camionetas, taxis que les han adaptado una especie de remolque con un tinaco de mil 200.
Algunos con dos camionetas hasta con tres tinacos de 2 mil litros y vienen y le venden el agua que sacan de la red que deberíamos tener aquí. Ellos la están succionando con una bomba sumergible y nos venden el agua”.
La defensora del agua
Al principio, los vecinos confiaban en que el problema iba a resolverse, pero luego de meses sin el servicio descubrieron que su nueva realidad era pagar por agua dos veces a la semana y detectar el mejor precio entre ofertas sin regulación alguna.
“Por arte de magia aparecieron pipas particulares, originalmente, cuando empezaron nos daban el agua en 70 pesos mil litros, ahorita están en 150, 180, se convirtió en un negocio. Hasta la fecha sigo comprando, mínimo compro 3 mil litros, hay veces que por semana gasto 600 pesos”.
Además, ante la fuerte demanda y la indiferencia de la autoridad, brotó un mercado negro del agua, que trasladaba miles de litros sin factura de por medio y que encarecía los precios de aquellos que la conseguían de manera legal.
“Si ahorita diéramos una vuelta donde están unos registros de válvulas. Se han apropiado camiones particulares, coches, camionetas, taxis que les han adaptado una especie de remolque con un tinaco de mil 200, algunos con dos camionetas hasta con tres tinacos de 2 mil litros. Vienen y le venden el agua que sacan de la red que deberíamos tener aquí. Ellos la están succionando con una bomba sumergible y nos venden el agua”.
En octubre de 2021, el juez Aurelio Damián Magaña, Primero de Distrito en el Estado de México falló a favor de 112 personas que ella defendía y resolvió que cada uno de los quejosos tenía el derecho a recibir una dotación de litros de agua semanal, sin cobro alguno por parte de la administración.
Ese fue el primer gran paso y la primera victoria del camino. Pero Miriam siguió con la misma estrategia en otros distritos y ahora sus triunfos ya han sentado precedentes.
“Ya formamos nosotros jurídicamente algo que se llama jurisprudencia, es decir tenemos cinco resoluciones a favor. Entonces, hoy para cualquier juez de distrito es obligatorio conceder la suspensión”.
Batalla a batalla
La ruta no ha sido fácil. Ha interpuesto cerca de 4 mil amparos y conseguido que varios jueces de distrito ordenen al alcalde, Fernando Vilchis, y al director del Sistema de Aguas municipal abastecer a la población con 100 litros por persona al día. Tal y como lo marca la Organización Mundial de la Salud.
También consiguió que por primera vez un juez vinculara a las autoridades estatales para que indaguen el destino del agua que no está llegando por la red; esa que proviene del Cutzamala y debería distribuirse desde Cerro Gordo a Ecatepec.
“Esta sentencia va más allá porque dice: Todas las autoridades del agua están involucradas. Condenó a CAEM, y le dijo que no es un simple estanque. Sino que tiene que verificar que el agua que le entrega al municipio, a Ecatepec, la entregue a los usuarios.
O sea, que no se puede esfumar en el trámite, y a Conagua también le dijo ‘verifica que el agua está entregándose, porque se trata de un programa nacional, donde tú les estás entregando el agua. Te están pagando, pero no está llegando a los usuarios’.”
Por si no fuera suficiente, al alcalde morenista Fernando Vlichis se le ordenó emplear la red de abasto de agua potable y, en caso de que esté inservible, renovarla; ya que las pipas del municipio ya son insuficientes para atender a todos los perjudicados.
“Le dijo ‘no puede ser en pipas, tiene que ser en la red’. De manera muy excepcional cuando hagas el mantenimiento de la red entrega pipas (pero de otra forma no), porque red sí existe en Ecatepec. Entonces utilízala y sino etiqueta parte de tu presupuesto para la reestructuración y mantenimiento de la red.”
La cadena de amparos derivó en una confrontación directa con el alcalde, quien la acusa en sus comunicados de corrupta.
Pero Miriam no tiene miedo, la inspiran las familias de 6 o 7 integrantes que tras años de incertidumbre y gasto finalmente acceden a este derecho humano.
Para ella, todo ha valido la pena pues hoy casi 3 mil personas tienen abasto gratuito cada semana. Los vecinos dejaron atrás el abuso de empresas privadas que explotaron su necesidad, y les vendieron aquello a lo que tenían derecho.
La abogada no sólo lideró cada uno de esos amparos con el movimiento “Tu voz es mi voz”, sino que actualmente verifica, a través de una red de grupos de WhatsApp, que se entregue el agua en el domicilio.
Cuando no ocurre así, notifica al juez y con ello garantiza este derecho humano.
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