Fomentar hábitos saludables y que las y los estudiantes aprendan a gestionar sus emociones propone la “Guía regreso a la escuela” realizada por el ISSSTE.
Carolina López Hidalgo
Los problemas al interior de sus casas y la falta de convivencia con personas de su edad ha provocado una serie de trastornos a niñas, niños y adolescentes, los cuales se deben atender al mismo tiempo que retoman sus actividades escolares.
Esto es lo que propone la “Guía regreso a la escuela” del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, ISSSTE, ante el escenario que ha dejado la pandemia para los menores de edad.
Incremento de la soledad, estrés postraumático, violencia, abuso del alcohol y otras sustancias psicoactivas son algunos de los efectos que advierten distintos estudios, señala el documento.
De acuerdo con la Guía, más allá de garantizar la bioseguridad en las escuelas, se debe procurar el desarrollo social, así como el bienestar físico de la población infantil y adolescente a través de estrategias de promoción de la salud e intervenciones que favorezcan el desarrollo emocional.
La necesidad del retorno a las escuelas
Aunque en el documento las autoridades reconocen que el retorno a las escuelas no será fácil, lo plantea como una ruta socioemocional para hacer frente a las consecuencias de la pandemia “de manera resiliente” y con un enfoque en la salud mental.
Estar en las aulas también abre la oportunidad de generar mecanismos de adaptación a nuevos mecanismos de enseñanza aprendizaje a las futuras generaciones.
Intervensión sociemocional, ¿en qué consiste?
Este es uno de los puntos centrales que propone la guía y abarca a todos los involucrados en el proceso educativo: profesores, estudiantes y padres de familia o tutores.
Las acciones arrancan desde el primer día y se combinan con materiales didácticos como guías, libros, así como campañas de prevención y promoción de la salud tanto física como mental.
Los desafíos de la actual crisis y lo que viene
Involucrar a niñas, niños y adolescentes en la elaboración de cubrebocas y el correcto lavado de manos, fomentar el ahorro, así como el diseño de estrategias de cuidado para especies en peligro son algunas de las actividades con las que se busca formar a las nuevas generaciones para los desafíos tanto del presente como del futuro que impone la actual crisis sanitaria.
Escribir cartas a pacientes y al personal de salud son acciones que están enfocadas a fomentar la solidaridad y empatía entre las y los estudiantes. Con esta actividad también se busca que puedan expresar sus sentimientos a través de una estrategia de afrontamiento activo.
La importancia del autocuidado
Adoptar un estilo de vida saludable y aprender a gestionar sus emociones son dos planteamientos centrales en la guía. El ISSSTE propone realizarlas diariamente durante 15 minutos de manera colectiva entre docentes, estudiantes y familiares.
Para ello, plantea 11 campañas que proponen hábitos saludables como hacer ejercicio, evitar el consumo de comida chatarra y bebidas azucaradas, además de practicar la meditación.
También incluye otras orientadas al entorno, desde limpiar la casa, fomentar el reciclaje y cuidar la naturaleza.
Todas estas actividades podrán ser registradas en un diario, en el que el alumno podrá reflexionar de manera gráfica o escrita sus experiencias emocionales y aprendizajes adquiridos durante el día. Este diario deberá llenarlo a solas o con apoyo de un familiar si así lo desea.
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