Este es un relato que invita a voltear a ver las fronteras que ponen los humanos, las imaginarias y no dividen nada.
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IMER Noticias
En su recomendación de esta semana, el periodista cultural y editor, Ezra Alcázar expone Misa fronteriza. Evangelio para leer y cantar con sombrero y tequila en todos los rincones del planeta, de Luis Humberto Crosthwaite.
Nacido en Tijuana, Crosthwaite hace una crítica en los sucesos que se viven en la frontera norte, tomando a esta región de México como el “centro del universo”.
Este cuento o “instrucciones para un performance“, explica Alcázar, es una mezcla que sintetiza el lenguaje religioso con el literario, con el musical. Parte de una especie de ritual, como una misa católica en donde se van metiendo unos chispazos, por así decirlo, dramáticos, argumentativos, poéticos y sumamente narrativos de esta vida de la frontera”.
Esta obra contiene “una especie de confesión” que hace Luis Humberto Crosthwaite, quien siendo fanático del rock y al no aguantar su vocho la temperatura del desierto queda varado y es justo en ese momento que se le aparece José Alfredo Jiménez quien le explica “cuál era el camino verdadero”.
Será a partir de ese momento, que decide predicar el evangelio, tanto de la música de José Alfredo Jiménez como de lo que significa la vida en la frontera.
Evangelio
Frontera que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Frontera que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Frontera que quitas el pecado del mundo, dichosos los invitados a cruzarte.
Esta es la madre de todas las fronteras y todas las fronteras somos una sola.
Frontera entre Israel y Palestina, ruega por nosotros.
Frontera entre Rusia y Ucrania, ruega por nosotros.
Frontera entre China y Taiwán, ruega por nosotros.
Fronteras entre géneros, credos, pensamientos distintos; rueguen por nosotros.
Fronteras de la pobreza, de la necesidad, de la ignominia; rueguen por nosotros.
Este es un relato que invita a voltear a ver las fronteras que ponen los humanos, imaginarias y no dividen nada, remató Alcázar.
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