La emergencia sanitaria nacional fue declarada el 31 de marzo y el 21 de abril se anunció el inicio de la fase 3, la de mayor dispersión de contagios. Sin embargo, Lomas de San Francisco Tepojaco, un desarrollo habitacional en Cuautitlán Izcalli, carece de atención médica, lo cual agrava su añeja problemática de construcciones irregulares, contaminación y hacinamiento.
Información e imágenes: Adriana Esthela Flores
“Somos una comunidad fantasma, saben que existimos cuando es el voto, pero no nos ven>>, expresa Jorge Arzave Orihuela, defensor de derechos humanos y voz principal de las múltiples denuncias del conjunto urbano Lomas de San Francisco Tepojaco, municipio de Cuautitlán Izcalli, Estado de México. En este desarrollo, construido en 1999, habitan más de 45 mil personas en 18 mil viviendas. En medio de la fase 3 del Covid19, se enfrentan a un problema que venían arrastrando desde hace años: el acceso insuficiente a la atención médica.
Rosa Rojas, vecina de esta comunidad, es una de las principales afectadas, pues no tiene medios para movilizarse rápido al hospital más cercano, el Vicente Villada, que le queda a una hora de camino. <<Imagínate, una urgencia y prácticamente te mueres porque de aquí a que llegas al hospital ya no la cuentas, no hay vías alternas para salir directo al hospital>>, dice.
Ella era una de las beneficiarias de las visitas médicas que logró gestionar la asociación de vecinos para atender a la población. Desde el 2013, en este consultorio fueron abiertos 500 expedientes clínicos. Según los registros, entre 12 y 15 personas iban cada semana al módulo, aunque a veces la fila era de 30.
Personal médico venía cuatro veces por semana; en 2019, las redujeron a dos días; en noviembre de ese año, solo dejaron los viernes, lo cual se mantuvo hasta enero de 2020. Pero semanas después de que la pandemia de Covid-19 llegó al país, las autoridades de la Jurisdicción Sanitaria del Instituto de Salud mexiquense sorprendieron a Jorge con un mensaje:
“El viernes 20 de marzo, los pacientes llegan como todos los días a formarse y a las 10 de la mañana me avisan que les dieron la orden de ir a capacitación para atender la emergencia. Ya por la noche me comunican que a partir de este viernes no hay atención medica hasta nuevo aviso. Al no haber registro de salud, nuevamente no sabemos si las enfermedades que hemos estado padeciendo son respecto al Covid o por infecciones que nos causan los gases y parásitos que vienen de la basura>>, explica.
Nuevamente, la salud de esta población no fue prioridad, tal como ocurrió en 2006, cuando la Secretaría de Desarrollo Urbano del Estado de México, entonces gobernado por Enrique Peña Nieto, autorizó a Profusa SA, desarrolladora del conjunto, que sustituyera las cinco unidades médicas incluidas en el proyecto original por una casa para las personas de la tercera edad. Esto tampoco se cumplió: solo se remodeló un módulo de tránsito que ya existía.
A esto se suma la contaminación: la comunidad está ubicada entre dos basureros, el Bicentenario de la Independencia y el de San José Huilango. Hay casas ubicadas a menos de 300 metros de estas instalaciones, lo cual viola la Norma 83 de Semarnat 2003, que indica que debe ser de al menos 500 metros. Vecinos aseguran que desde que llegaron aquí, sufren alergias e incluso, ya bautizaron a sus dolores de garganta como “La tos de Tepojaco”.
<<Tenemos embarazos de alto riesgo, infecciones urinarias, en ojos y piel, en oidos, por los químicos que tenemos hay relación con enfermedades cardiovasculares>>, destaca Jorge.

El activista, también militar retirado, llevó a por primera vez a México a nivel internacional en la lucha por el derecho a una vivienda digna. En 2010, la Relatora Especial de Naciones Unidas corroboró las violaciones del Estado Mexicano en este conjunto habitacional, que también enfrenta más de 30 juicios y amparos por irregularidades en vivienda, agua, salud y medio ambiente.
Por su activismo, Jorge está incluido en el Mecanismo de Protección a Derechos Humanos, pues ha enfrentado amenazas de muerte y agresiones como la que ocurrió el 5 de octubre de 2019, cuando dispararon contra su casa durante la madrugada. <<Un grupo de personas dispara, se acerca por la parte trasera de la vivienda, es un área pública y a través de la reja hacen el disparo hacia una de las ventanas>>. El disparo impactó en la ventana del cuarto donde duermen sus nietos. Nadie salió lastimado.
El consultorio, habilitado dentro de una casa que Jorge consiguió al lado de la suya, es una muestra de la problemática urbana del conjunto: tiene daños en el suelo, el techo y las paredes, lo que llevó a sus propietarios –que la compraron en 300 mil pesos- a dejarla.
Para Adrián Flores, integrante del colectivo Geocomunes, este desarrollo habitacional refleja el llamado “tsunami inmobiliario”: políticas en la zona connurbada de la Ciudad de México que favorecieron a empresas en detrimento
de la población. <<Toda la periferia encuentra estas mismas condiciones, de zonas densamente pobladas, sin acceso a servicios de salud y cercanas a zonas de riesgo como rellenos sanitarios y basureros>>, señala.
Según Geocomunes, estas problemáticas son evidentes en 24 mil casas de Ecatepec, 26 mil en Tecámac, 11 mil en Ixtapaluca, 11 mil en Chimalhuacán y 17 mil en Cuautitlán Izcalli. El impacto también se extendería a Huehuetoca y Tultitlán.
Las constructoras implicadas en este tsunami inmobiliario son Casas Geo, Sadasi, Ara, Olmex, Urbi y Hogares Unión, entre otras. El especialista en Geografía, indicó que estas empresas construyeron 70 por ciento de la vivienda en el Estado de México, unas 800 mil, entre los años 2000 y 2018. Con el Covid-19, la vulnerabilidad de estas zonas es más grave.
<<Estas zonas que han sido invisibilizadas serán el principal foco de atención y donde la crisis sanitaria se va a evidenciar con mucha más agresividad. Es lo que va a quedar demostrado: el fracaso de la política de densificación no solo en núcleos urbanos sino en periferias, densificación sin acceso a servicios, sin infraestructura sanitaria>>, puntualizó.
Lo que también va a quedar demostrado son las carencias en el sistema de salud, consideró Judith Senyasen Méndez, Coordinadora de Salud y Finanzas Públicas del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP). La investigadora destacó que, de acuerdo con un análisis del CIEP, el gasto público en salud se ubicó de 2010 a 2020, entre 2.5% y 2.9% del Producto Interno Bruto (PIB), menos de la mitad del porcentaje sugerido por la Organización Mundial de la Salud.
<<Se hace evidente todas las carencias y lo que hemos estado puntualizando sobre la necesidad de recursos económicos que se traducen en las enfermedades que no puedes atender, recursos médicos, camas y la desigualdad>>, indicó.
Según el análisis, el promedio del gasto en prevención en países como Canadá y Reino Unido fue, por persona, de 116 dólares estadounidenses, unos mil 840 pesos. Mientras, en México, para este año, se presupuestaron $390 pesos en el ISSSTE, $113 pesos en la Secretaría de Salud y $98 pesos en el IMSS. Con estos números, unas 20 millones de personas estarían fuera del sistema de salud en México.
<<Creo que es momento de voltear a ver y hacerse consciente de lo poco que se destina a salud y de las prioridades que deben existir; por ejemplo, ahora que atravesamos un problema de salud, todo lo demás se detiene>>, concluyó.
En la última semana de abril, autoridades de Cuautitlán Izcalli realizaron recorridos por espacios públicos así como una brigada de vacunación contra el sarampión, pero no hubo revisiones médicas en Lomas de San Francisco Tepojaco.
Entrevistado a mediados de abril, el alcalde Ricardo Núñez, explicó que la atención médica le corresponde a la Jurisdicción Sanitaria número 3 del Instituto de Salud estatal, aunque no descartó acudir en caso necesario. <<Siempre ha sido prioritaria la atención a esas colonias y vamos a fortalecerlo>>, dijo.
Hasta el 28 de abril, el gobierno mexiquense reportó 2 mil 455 casos confirmados, 102 personas recuperadas y 122 fallecidas. En Cuautitlán, hubo 87 casos detectados y cinco defunciones. El gobernador Alfredo del Mazo alertó en redes sociales sobre el acelerado aumento de contagios.
<<Si se mantiene este ritmo, aun con todo lo que hemos previsto, muy pronto llegaremos al nivel donde todos los hospitales estén llenos. Esto significa que no habría camas suficientes para atender a todos los enfermos contagiados por el coronavirus. Necesitamos bajar el ritmo de contagios, de enfermos para que las personas que necesitan hospitalizarse puedan hacerlo, que tengan un espacio, que tengan una cama y puedan ser atendidos adecuadamente>>, advirtió.
La población de Lomas de San Francisco Tepojaco sigue esperando.
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