El hambre aguda y la hambruna asolarán a la población en más de 20 países en los próximos meses si la comunidad internacional no toma medidas urgentes para evitarlo, alertó la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Kayleigh Bistrain Alcázar
En 20 países hay un riesgo alto de que se agudice la inseguridad alimentaria entre marzo y julio de 2021, de acuerdo con un análisis prospectivo realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (la FAO) y el Programa Mundial de Alimentos.
En su informe “Puntos críticos de hambre”, identifican como principales motivos las crisis económicas, los impactos socioeconómicos del covid-19, fenómenos meteorológicos extremos, conflictos armados, plagas en plantas y enfermedades de los animales.
Yemen, Sudán del Sur y el norte de Nigeria representan el nivel de alerta más alto, ya que los conflictos armados amenazan con provocar una hambruna. Pero Haití y Honduras también despiertan preocupación.
De acuerdo con el informe, en la actualidad más de 34 millones de personas ya se enfrentan a niveles de emergencia.
Previo a la pandemia, Latinoamérica pasó por un período prolongado de estancamiento económico y aumentó sus niveles de deuda. Como consecuencia, la región es la más afectada a nivel mundial en términos económicos por el coronavirus y se espera que su recuperación sea más lenta, según el Fondo Monetario Internacional.
El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Haití y Venezuela, son los que muestran el mayor deterioro.
Para los países centroamericanos, la FAO y el Programa Mundial de Alimentos prevén que aumente la inseguridad alimentaria debido al doble impacto de los huracanes Eta e Iota y los efectos económicos de la covid-19, que en parte provocaron el aumento de expulsión de migrantes hacia Estados Unidos.
En Haití, las malas cosechas de las temporadas agrícolas pasadas amenazan con repetirse este año. Además, la creciente inestabilidad política y social, la depreciación de la moneda y la creciente inflación reducirán el poder adquisitivo de los más vulnerables.
Las mayores amenazas para la inseguridad alimentaria en Venezuela son la hiperinflación y el endurecimiento de las sanciones internacionales. La escasez de combustible y las restricciones por el covid-19 también han afectado las actividades agrícolas en todo el país.
Probablemente esto resulte en más migración a otros países.
El informe da algunas recomendaciones para cada caso en específico. Por ejemplo, para los países centroamericanos dice que deben enfocarse en preparar la tierra y dar mantenimiento a las estructuras de recolección de agua antes de la primera temporada de siembra del año.
Para el caso de Haití sugieren medidas urgentes para apoyar la producción de granos básicos: maíz, arroz sorgo con semillas tolerantes a la sequía y cultivos de ciclo corto.
Y para Venezuela el Plan de Respuesta Humanitaria pide 193.7 millones de dólares para la seguridad alimentaria y 32.7 millones para intervenciones nutricionales.
El Salvador, Guatemala, Honduras, Haití y Venezuela están en la lista de países en alto riesgo de inseguridad alimentaria y #hambre, según @FAOenEspanol y @WFP_es que alertan de situaciones latentes que podrían convertirse en catástrofes humanitariashttps://t.co/uNvWwQUfnU
— Noticias ONU (@NoticiasONU) March 23, 2021
In 2050, our 🌍 will need to provide food for an estimated 9 to 10 billion people.
How data can help us use water in agriculture as efficiently as possible to ensure food security 👉https://t.co/PY7WLKF9Ia#AgInnovation pic.twitter.com/tV11kVwfQz
— FAO (@FAO) March 26, 2021