El 27 de septiembre de 1821 el Ejército Trigarante entró a la Ciudad de México y así se consumó luego de años de lucha, la Independencia de México
Juan Carlos Valdés
Iturbide atraviesa la puerta de acceso a la calle de Plateros, hoy avenida Madero, que estaba flanqueada por el Palacio de los Azulejos y la iglesia franciscana de la Tercera Orden, donde ahora se levanta la Torre Latinoamericana. Ahí, el presidente del Cabildo de la ciudad le hizo entrega del bastón de mando.
Con esto culminó la entrada de un ejército que, conformado por unos 16 mil hombres, fue recibido con júbilo por la población y ocupó la capital de lo que sería el nuevo país.
Bajo el acuerdo del Plan de Iguala y con las tres garantías como emblema, Religión, Independencia y Unión, la entrada del Ejército Trigarante supuso el fin a tres siglos de dominación española.
“Fue después de 11 años de una guerra horrible en que hubo muchos muertos, en que el país quedó quebrado económicamente con el ánimo socialmente y políticamente, fue realmente como el día de la esperanza mayor, que ya se acabó la guerra. Era una situación difícil y después de 11 años fue un alivio pensar que ahí había una solución, un camino”. Doctora Ángeles González Gamio
Es un largo camino desde aquel 16 de septiembre de 1810 con el grito y el llamado de Miguel Hidalgo y Costilla a levantarse en armas, desde los Sentimientos de la Nación de José María Morelos y Pavón y de la lucha de hombres y mujeres por tantos años.
Pero para llegar a la meta fue necesario conciliar muchos intereses, a veces encontrados, explica la Doctora Cristina Gómez.
“La característica es que la élite colonial en 1820-21 por diversas razones de las que la integraban decidió romper los lazos con España, conspirar, hacer un plan político, elegir a un militar que encabezara este plan independentista, que tuvo éxito, y que entró triunfante este ejército en 1821, el 27 septiembre a la capital del anterior virreinato”. Doctora Cristina Gómez
Al día siguiente, quedó formada la Junta Provisional Gubernativa y la Regencia. Las dos instancias estaban integradas por miembros de la vieja burocracia virreinal, se proclamó una Junta Soberana. Después, se firmó el Acta de Independencia del Imperio Mexicano.
ACTA DE INDEPENDENCIA DEL IMPERIO MEXICANO, PRONUNCIADA POR SU JUNTA SOBERANA CONGREGADA EN LA CAPITAL DE ÉL EN 28 DE SEPTIEMBRE DE 1821
“La Nación Mexicana que, por trescientos años, ni ha tenido voluntad propia, ni libre el uso de la voz, sale hoy de la opresión en que ha vivido.
Restituida, pues esta parte del septentrión al ejercicio de cuántos derechos le concedió el Autor de la Naturaleza… comienza á hacer uso de tan preciosos dones, y declara solemnemente, que és Nación Soberana, é independiente de la antigua España, …que va á constituirse, con arreglo á las bases que en el Plan de Iguala y Tratado de Córdoba estableció, sabiamente, el primer Jefe del Ejército Imperial de las Tres Garantías; y en fin que sostendrá á todo trance… esta solemne declaración, hecha en la capital del Imperio a veinte y ocho de septiembre del año de mil ochocientos veinte y uno, primero de la Independencia Mexicana”.
En el acta se registran 36 firmas, no estaban ni la de Vicente Guerrero ni la de Guadalupe Victoria. No firmaron los insurgentes.
La historiadora Cristina Gómez señala que si bien los insurgentes no fueron los protagonistas de la Consumación, su participación fue necesaria para llevarla a cabo.
“Se inició una revolución social que va a desarrollar un programa, que a la vez que quería la independencia, desarrolló un programa de justicia y de igualdad social, pero sucede que esta fuerza, los insurgentes, no fue la que encabezó la consumación de la independencia en 1821 lo cual no quiere decir que no estuviera allí y que no le imprimiera un sello a esta consumación”.
Doctora Cristina Gómez
Nacía una nación independiente, el esfuerzo por liberarse primero de España y luego por consolidarse como país soberano, fue un camino azaroso que costó muchas vidas y un enorme esfuerzo en el siglo XIX, recuerda la cronista Ángeles González Gamio.
“El acta de Independencia no la van a firmar ninguno de los insurgentes que habían participado y que habían aceptado el Plan de Iguala y habían permitido que Iturbide encabezara el movimiento, pero ellos eran parte importante, fue lo que permitió finalmente la culminación. Después el problema fue el enfrentamiento con la realidad y atender las esperanzas de la gente, las necesidades, pero ya sobre la marcha pues había muchas visiones del país en realidad”.
Doctora Ángeles González Gamio
HACER LLEGAR LA NOTICIA A TODO EL TERRITORIO
En un territorio como aquel, tan vasto y tan aislado, con pocas comunicaciones y en medio del caos, era difícil extender la noticia y tomar conciencia de lo que significaba una Independencia.
“A una comunidad en Chiapas, en Oaxaca, en el norte del país y con tan mala comunicación ¿qué les podía haber significado? les llegó el rumor de que ya somos independientes de España pero bien a bien cómo entender qué es lo que esto significaba en su vida diaria, más allá de pensar que ya no iba a haber guerras, no sé qué tanto les fue cayendo el “20” del significado que podía tener. Yo creo que fue un proceso largo, difícil y doloroso”,
Doctora Ángeles González Gamio
El también cronista Jorge Pedro Uribe subraya que más allá del Acta de Independencia, para profundizar las consecuencias, hizo falta un proceso lento.
“¿Cómo pudo esto divulgarse entre la población que no era criolla? Esto tuvo que tomarse un tiempo. Del mismo modo que la conquista no sucedió automáticamente el 13 de agosto de 1521, la Independencia no se consumó de un día para otro, ambos acontecimientos fueron procesos que debieron de propagarse en todo el territorio”.
Jorge Pedro
¿Qué se ganó? Mucho en términos políticos, pero también en términos del día a día para diversos sectores de la población, señala María Teresa Pavía, investigadora del INAH en Guerrero.
“Bueno los afrodescendientes ganaban aunque fuera de manera legal la igualdad y es por eso que en el Plan de Iguala sigue que son ciudadanos y todos pueden optar por todas las y los empleos. Pero los indígenas no, me temo que no les fue muy bien”.
Doctora María Teresa Pavía
HISTORIA OFICIAL Y VERSIONES
Luego del 27 de septiembre de 1821, vinieron las interpretaciones del hecho histórico, las múltiples versiones que siempre tienen su propia lectura según expresa el cronista Jorge Pedro Uribe.
“No es lo mismo pensarlo en el Siglo XIX que pensarlo en el Siglo XXI. En el Siglo XIX los liberales veían a la Independencia como un resurgimiento de una nación que había sido muerta con la conquista y los conservadores decían que la nación comenzaba de cero. Pero nosotros en el Siglo XXI debemos verlo como lo que es, un acontecimiento político y pensar qué significa para cada uno de nosotros, qué implica o qué valores entraña”. Cronista Jorge Pedro Uribe
El historiador Javier Torres Medina, académico de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, de la UNAM, apunta como se fue creando una versión oficial.
“Pues escogieron ciertos héroes, y el inicio de la Independencia con el grito de Dolores. La historiografía posterior fue construyendo una narrativa oficial que entroniza o exalta a Allende, Abasolo o Aldama y no a otros. Incluso en un inicio se intentó celebrar el 27 de septiembre, fecha de la entrada del Ejército Trigarante de la ciudad de México y la consumación de la Independencia. Los historiadores de diferentes épocas han tratado de no darle mucha importancia a Iturbide, considerándolo un traidor”. Historiador Javier Torres Medina
También fue importante el reconocimiento que las potencias establecidas dieron al naciente país, con sus propios intereses recuerda Javier Torres Medina.
“Por sus intereses y por la posibilidad de la apertura de puertos para su comercio, igual que Estados Unidos entonces tuvieron una reacción igual Francia e Inglaterra, una reacción a favor de la Independencia de estas naciones. En el caso de la Nueva España, la importancia que tenía esta ex colonia era fundamental, precisamente por la producción extremadamente alta de plata, de ahí que Inglaterra haya visto con beneplácito que se independizara un país con el cual ya podía negociar directamente”.
Javier Torres Medina
La Independencia se consumó, terminaron once años de guerra y 300 de dominación española. Si bien la expulsión de los españoles se concretó hasta 1825 con la capitulación de San Juan de Ulúa en Veracruz, aquel 27 de septiembre es para muchos el día más feliz en la historia de México.
INDEPENDENCIA
“Queda rota para siempre jamás la dependencia absoluta que se estableció con el imperio español y éste usurpó la soberanía, se recobra esa soberanía. Entonces para ellos hay una continuidad entre el pasado indígena y el momento de la independencia porque van a recobrar esa soberanía”.
Historiadora Cristina Gómez.
La consumación de la Independencia debe entenderse como un proceso complejo y en un contexto específico, el siglo XXI. Lo importante, señala Javier Torres, es no juzgarla desde el siglo XXI.