En dos meses, aumentó el número de personas que no pudo cubrir sus necesidades básicas alimentarias y padeció hambre severa en América Latina.
Nayeli Valencia
Cada día, entre julio y agosto, 37 mil 96 personas cayeron en inseguridad alimentaria severa en sólo 11 países de América Latina, debido a que las restricciones de movilidad y la pérdida de ingresos agravaron la desigualdad en la región, alertó el Programa Mundial de Alimentos.
Es decir, entre esos dos meses, el número de personas que no pudo cubrir sus necesidades básicas alimentarias y padeció hambre severa aumentó de 14.8 millones a 17.1 millones en países como Perú, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Haití.
En el webinar organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo, Rosella Bottone, asesora regional del PMA, señaló que los hogares de la región se han visto obligados a diversificar sus estrategias económicas, por el aumento de precios de la canasta básica.
Rosella Bottone, asesora regional del PMA
“Tenemos un incremento del 400% de los indicadores de enero, inseguridad alimentaria severa más de 17 millones y más de 100 millones en seguridad alimentaria moderada”.
Con base en encuestas realizadas por el Banco Mundial de Alimentos, la problemática de la alimentación se ha convertido en una de las principales prioridades de las personas, como lo han sido el empleo y la inseguridad.
Según los datos, el 8% de personas entrevistadas dijeron no haber comido nada al día anterior de la encuesta y un 62 por ciento se dijo con incapacidad de cubrir necesidades alimentarias.
“Siendo América Latina y El Caribe el continente más desigual y por consiguiente la acción de proveer una canasta nutricional básica para toda la población plantea un esfuerzo marginal adicional para llegar a aquellos más necesitados”.
Julián Suárez Migliozzi, vicepresidente de CAF
En el mundo, la inseguridad alimentaria severa afectará en 2020 a entre 83 y 132 millones de personas, a las que se suman las cerca de 690 millones del año pasado, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
“No ir a la escuela significa para un niño de recursos bajos también que no reciba su plato principal de comida caliente en el día. Ochenta millones de niños que en una situación pre-covid hoy no lo están recibiendo”.
Julián Suárez Migliozzi, vicepresidente de CAF
¿Quiénes han sido los más afectados?
La crisis sanitaria y de los sistemas de protección social impactan más en la alimentación de quienes cuentan con una condición preexistente de vulnerabilidad, como sucede en América Latina y el Caribe, así lo dijo Julián Suárez Migliozzi, vicepresidente de Desarrollo Sostenible del Banco Interamericano de Desarrollo (CAF por sus siglas en inglés).
Para enfrentar la crisis, los hogares recurren a pedir dinero prestado, gastar sus ahorros o vender sus bienes, aunque el periodo de recuperación será muy largo, debido a la desigualdad que impera en la región.
Las afectaciones en la seguridad alimentaria no sólo tienen su origen en la pérdida de empleos o de ingresos, sino que las mismas medidas restrictivas han perjudicado a millones de niñas, niños y adolescentes que no pueden asistir a la escuela, donde recibían su principal alimento.
Según datos del Programa Mundial de Alimentos y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, en todo el mundo, alrededor de 370 millones de menores no tienen acceso a comidas escolares debido al cierre de los colegios.
Contrario a las medidas sanitarias que restringen la movilidad, la inseguridad alimentaria ha provocado que muchas personas piensen en migrar al no poder sobrevivir en su lugar de origen.
Para Miguel Barreto, director regional del Programa Mundial de Alimentos, es necesario que gobiernos y sociedad implementen medidas a largo plazo que protejan a las personas migrantes.
Una problemática fuera de la agenda
Barreto considera que la seguridad alimentaria es un tema poco debatido en la agenda pública de América Latina y a pesar de que el programa que lidera llega diariamente a casi 104 millones de personas, aún queda mucho por hacer.
“No estoy hablando de las grandes economías de la región como Argentina, Brasil, Chile, México el nivel de la inseguridad alimentaria severa era de 4.5 millones de personas en inseguridad alimentaria severa, en junio de acuerdo a los sondeos esa cifra se ha incrementado a casi 11 millones de personas y hoy en día podemos decir que son 17 millones de personas”.
Miguel Barreto, director regional del Programa Mundial de Alimentos
Como parte de las soluciones Giulia Baldi, Asesora Regional de Protección Social del Programa Mundial de Alimentos, llama a crear sistemas de protección social resilientes, sensibles a la nutrición y que estén vinculados con sistemas alimentarios sostenibles y a los sistemas de salud.
“Enlazar lo más que se puede sistemas de protección social que sean sensibles o más sensibles a la nutrición o a la seguridad alimentaria y al mismo tiempo vincularlo con sistemas alimentarios un tema fundamental de asegurar acceso a alimentos para los más desprotegidos y quienes se han quedado más desamparados frente a esta crisis”.
Giulia Baldi, Asesora Regional de Protección Social del Programa Mundial de Alimentos
La pandemia de Covid-19 sólo sirvió como una agravante para la crisis alimentaria que ya atravesaba América Latina y el Caribe, por lo que aún terminada la contingencia sanitaria, los gobiernos deberán enfrentar los lastres que la originan: la desigualdad social y económica, la crisis migratoria y el debilitamiento de los sistemas de protección social.