A sus 91 años, la senadora de Morena recibe la medalla Belisario Domínguez en el Senado, convirtiéndose en la séptima mujer en recibir el reconocimiento.
Elia Baltazar
La noche que el Ejército entró a la Ciudad Universitaria, el 18 de septiembre de 1968, entre los detenidos estaba la joven directora de la Escuela Nacional de Economía, Ifigenia Martínez, la primera mujer en ocupar en ese cargo en la UNAM.
En realidad, ella ha sido “primera” en casi todo: la primera mexicana con maestría en economía en Harvard, la primera en llegar a posiciones de alto rango en los gabinetes económicos y la primera en ocupar una curul en el Senado por un partido de oposición: el PRD, que fundó en 1988 al lado de Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador.
Con ellos había abandonado el PRI, el partido en el que militó durante 10 años y en el formó parte de la Corriente Democrática. “Nos desconocieron”, me dijo un día en entrevista.
Diez años militó en el PRI, en el ala identificada con los principios del nacionalismo, que había asumido desde su infancia por influencia de su padre, “un hombre muy nacionalista”, que dispuso para su familia una vida cercana a la cultura y la literatura.
Una vida en la política y el servicio público
Aunque durante un tiempo se debatió entre la economía y el derecho, la mano de su padre inclinó definitivamente la balanza que la llevó a la Universidad de Harvard, al lado de su esposo, el economista Alfredo Navarrete. “La beca era suya y yo viajé como su esposa”, dice. “Mi marido fue el primer mexicano en hacer un doctorado en Economía”.
Su tiempo transcurrió entre sus cargos como funcionaria pública y en organismos internacionales como la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), de la que fue fundadora por invitación de Raúl Presbich, entonces su director”.
Luego viajó a Washington, donde su esposo se integró al Fondo Monetario Internacional y ella a la Unión Panamericana de la Organización de Estados Americanos. Allí profundizó en el tema de la distribución del ingreso, con un estudio pionero en América Latina.
De vuelta en México, por sus contribuciones en política fiscal, energía eléctrica, petróleo y deuda externa, mereció el Premio de Economía del Banco Nacional de México, en 1960.
Su condición de mujer, afirma, nunca significó un obstáculo. “No me puedo quejar del trato que he recibido. Por el contrario, los hombres siempre han sido conmigo muy caballerosos. Tuve esa suerte, aunque comprendo que el movimiento feminista haga énfasis en las diferencias y en la discriminación. Lo creo y lo entiendo, pero por fortuna yo no me puedo quejar de haber sido discriminada por ser mujer”.
En cambio, sí fue discriminada por ser de izquierda. Eso sí, y mucho. “Decían ‘es una izquierdista, rojilla, no la queremos’. Y entonces por rojilla no me daban empleo”.
Siempre en la política, Ifigenia Martínez formó parte del grupo de 28 notables que redactaron la primera Constitución de la Ciudad de México.
▶️ Por sus destacados logros y labor en favor de México, el Senado entregará hoy la #MedallaBelisarioDomínguez a la senadora @IfigeniaMtz, primera mexicana en… 🤓🇲🇽 pic.twitter.com/wz2YJtprRq
— Senado de México (@senadomexicano) October 7, 2021
Hoy, la senadora de Morena que a sus 91 años ha recorrido todos los caminos de la política y el servicio público, recibirá la medalla Belisario Domínguez, la máxima distinción que otorga el Senado “a los mexicanos y mexicanas que se han distinguido por su ciencia o su virtud en grado eminente como servidores de nuestra patria o de la humanidad”.
Así se convertirá en la séptima mujer en recibir el galardón, que antes merecieron Rosaura Zapata, María Hernández Zarco, María Cámara Vales, María Lavalle Urbina, Griselda Álvarez y Julia Carabias.
Desde allí quizá pueda impulsar un anhelo político. “Crear un consejo económico y social que integre a actores de todas las corrientes para impulsar el desarrollo”.