Esto reveló una investigación periodística realizada en 13 países, que constató presiones de las farmacéuticas para vender sus dosis.
Claudia Ocaranza, en entrevista con Elia Baltazar.
IMER Noticias
13 países de América Latina han comprado entre la opacidad millones de vacunas contra el covid-19, incluido México, donde además el gobierno exentó de impuestos a las grandes farmacéuticas.
Claudia Ocaranza, coordinadora de Periodismo de la organización Poder, resume así la investigación titulada “Farmacéuticas vendieron vacunas a América Latina con beneficios legales y tributarios”, en la que intervinieron también la Red de Periodistas de América Latina para la Transparencia y la Anticorrupción (Palta) y la fundación Directorio Legislativo.
Para esta investigación se revisaron los marcos legislativos creados por los países latinoamericanos, a propósito de los embates de la crisis sanitaria, y encontraron que al menos 13 cambiaron las leyes o hicieron otras nuevas, presionados por las farmacéuticas para el envío pronto de vacunas anticovid.
“Por un lado, algunos países como Brasil, Argentina, Colombia y Perú accedieron a la indemnidad económica de los laboratorios, esto quiere decir que aceptaron que los laboratorios no se hagan cargo de nada que pueda salir mal con las vacunas, como efectos secundarios”.
En México este dato se desconoce porque marcó como confidenciales los contratos con Pfizer, CanSino y AstraZeneca.
“Ningún país da a conocer contratos y negociaciones, lo cual evidentemente pone un velo de oscuridad sobre lo que están haciendo con las farmacéuticas; por otro lado, también encontramos qué México, Argentina, Bolivia y Guatemala hicieron leyes para que quedarán exentas de impuestos tanto las importaciones como las exportaciones de las vacunas”.
La opacidad es tal que ningún país informa cuánto está pagando por cada dosis. Y, de acuerdo con Ocaranza, fue la farmacéutica Pfizer la que presionó más a los países para acceder a beneficios a cambio de vacunas.
“En Argentina llegó a pedir que respaldaran a la empresa poniendo como resguardo sus bienes federales, o sea las reservas federales. Argentina dijo no y se cayó la negociación con Pfizer. Pero efectivamente nos encontramos ante un caso de factura corporativa, factura del Estado, que probablemente no es que no haya existido antes, sino que ahora lo vemos como en el mapa. Y no nada más en México y América Latina, sino en casi todo el mundo, han funcionado así las farmacéuticas impulsadas por los gobiernos en general de satisfacer la demanda de vacunas para su población”.
Ocaranza opinó que los países no han tenido capacidad de negociar con las farmacéuticas.