El ensayo es hoy una voz para exigencias que han sido invisibilizadas y que culminan en debates, como las cuestiones de género y la escritura de la mujer, aseguró la ensayista, crítica literaria y editora Liliana Weinberg al ingresar como académica de número en la Academia Mexicana de la Lengua.
Se convierte en la novena mujer en ingresar al organismo, para ocupar la silla X que dejó a su muerte el investigador emérito de la UNAM, José Pascual Buxó.
Amelia Rojas
“El ensayo se nos muestra como un proteo capaz de adoptar distintas formas, como un prometeo cuyo destino es vincular mundos, como un centauro con vocación de atravesar los distintos círculos de las lenguas y los lenguajes”.
Así describe la ensayista y crítica literaria Liliana Weinberg al género que la representa al ingresar como académica de número en la Academia Mexicana de la Lengua.
En su discurso de ingresó celebrado de manera virtual, en una sesión solemne, Liliana Weinberg abordó una nueva lectura para el ensayo, desde el mirador de la lengua materna y los fenómenos del lenguaje.
Repasó las características, las virtudes y las misiones del ensayo. Un genero de búsqueda y recreación, encuentro, intención, reconocimiento e imaginación entre la escritura y la lengua, dijo.
Ensayo da voz a las minorías
En este siglo, explicó Weinberg el ensayo se ha convertido en el espacio para dar voz a temas que por décadas han sido invisibilizadas y que se convierten en debates en torno a la retórica y el poder.
“En años recientes se ha dado una nueva afirmación del derecho a la lengua materna, al tiempo que la infinita apertura a nuevas reflexiones sobre las relaciones entre la lengua y la visión del mundo.
El ensayo es también hoy juez y parte en la indagación de los nuevos temas y desafíos de nuestra agenda, como es el caso de las cuestiones de género y la escritura de la mujer, entre otras exigencias por dar presencia a distintos sectores y demandas de la vida social.
Esas inmensas minorías que exigen ser escuchadas, invisibilizadas y que muchas veces se traducen en debates en torno al discurso la retórica y el poder”.
El ensayo celebra a la lengua
Weinberg, reconocida en el ámbito de las letras por porque sus ensayos, estudios, monografías y antologías han impreso un giro innovador, literario y filosófico, habló sobre cómo concibe el ensayista al genero.
“El ensayista lee el mundo como si fuera un libro y lee el libro como si fuera un mundo. La prosa del ensayo incorpora e interpreta a su vez, las infinitas voces, registros y discursos de una sociedad.
Por fin muchos de nuestros más grandes ensayistas han hecho de la reflexión sobre la lengua, un modelo para pensar su tiempo y su cultura.
Para indagar el modo en que una sociedad organiza lo decible y lo inteligible, para pensar y renovar la herencia del español, para explorar nuestra historia, nuestro presente y nuestro destino.
El ensayo nace como celebración de la lengua y a su vez la prosa del mundo se renueva a través del ejercicio de estilo del ensayo”.
Liliana Weinberg es la novena mujer en ingresar a la Academia Mexicana de la Lengua; fue propuesta por Mauricio Beuchot, Germán Viveros y Javier Garciadiego para ocupar la silla X, vacante por el fallecimiento del humanista José Pascual Buxó, y elegida por el pleno académico el 23 de abril de 2020.
Weinberg se ha consolidado como una de las más acuciosas investigadoras, editoras, autoras y críticas del ensayo escrito en Hispanoamérica.
En su obra, según la Academia Mexicana de la Lengua, se respira la amplitud y expresividad de la cultura latinoamericana contemporánea viva en el ensayo.