Paréntesis emitido el 25 de agosto, 2020.
La Tierra redujo sus vibraciones debido a los confinamiento por la pandemia de coronavirus.
Nuestras actividades cotidianas, como viajar, construir, generar energía, etcétera, provocan que la Tierra vibre. Sin embargo, la parálisis económica y social por la covid-19 provocó una fuerte reducción de ese ruido sísmico antropogénico (impacto humano en el ambiente).
Un estudio publicado en la revista científica Science, utiliza datos de las vibraciones constantes del planeta que se miden a través de estaciones de monitorización sísmica. Los datos reflejan que el confinamiento ha sido el periodo de calma más largo y notable desde que hay registros de este monitoreo.
El estudio muestra que, si bien el ruido humano no se detuvo por completo, se redujo hasta 50 por ciento durante los meses de la pandemia.
La investigación tomó como referencia los datos registrados hasta mayo por 268 estaciones de monitarización sísmica en 117 países .
Los descensos más drásticos se registraron en ciudades con alta densidad de población, aunque el efecto fue perceptible incluso en áreas remotas como la Selva Negra en Alemania.
Este estudio no sólo permite a la comunidad científica identificar la cantidad de vibración producida por la actividad humana, sino también mejorar la predicción de terremotos.
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