Hoy inicia el VIII Congreso del Partido Comunista, en el que Raúl Castro deja la dirigencia y la cede a Miguel Díaz-Canel.
Escucha a expertos hablar sobre la renovación en el Partido Comunista Cubano.
Kayleigh Bistrain
Simbólico para unos y reformista para otros, Cuba vivirá un evento que marcará el fin de una era que se prolongó por 60 años: los Castro dejarán el poder.
Fue en 2018 cuando la isla vivió el primer paso de esta transición. Miguel Díaz-Canel fue elegido presidente de la isla, como sucesor de Raúl Castro, quien ejerció el poder durante más de una década, tras los 50 años que también lo hizo su hermano mayor, Fidel.
Pero durante estos 10 años el apellido Castro continuó apareciendo en la cúpula del poder. Desde entonces, Raúl ha fungido como primer secretario del Partido Comunista de Cuba, el único de la isla.
La nueva etapa llegará en un escenario complejo, en medio de la pandemia de Covid-19 y de una de sus peores crisis económicas en 30 años. Tan sólo en 2020, la economía de la isla se desplomó 11 por ciento, la mayor caída desde 1993.
Es por ello que junto con la renovación de caras en los altos cargos, también se esperan cambios del modelo económico. Esto durante el VIII Congreso del Partido Comunista, realizado cada cinco años para evaluar las políticas económicas y sociales del país.
Soñar y continuar un país: hoy empieza nuestro #8voCongresoPCC, #CongresoDeLaContinuidad. Aquí se afianzan las ideas, se reconoce la historia y se habla de futuro. #SomosCuba #SomosContinuidad pic.twitter.com/yol95Fz67n
— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) April 16, 2021
Desigualdad, falta de productividad, abandono generalizado del campo, precarización de los salarios y falta de modernización del sistema financiero son algunos de los problemas que arrastra la isla.
En abril de 2011, Raúl Castro fue elegido primer secretario del Partido Comunista y planteó cambios que en los siguientes años se dieron de manera lenta y poco conectada. Ahora será el turno de Díaz-Canel al frente del partido y el panorama económico, por lo que se prevé que en este congreso se haga una actualización del modelo económico cubano.
Para algunos analistas la isla debería adoptar un modelo de socialismo de mercado, como el de China. Habla José Antonio Hernández, del Centro de Investigaciones de América Latina y el Caribe de la UNAM.
“Se habla bastante de este cambio de economía que apunta hacia un socialismo de mercado. Muchos ponen como ejemplo a Vietnam, un país que ha sabido adaptarse económicamente. A pesar de que políticamente sigue manteniendo su modelo socialista, económicamente se ha convertido en un país pragmático. Otro referente todavía más agresivo es el de China que en lo político sigue manteniendo su sistema de partido único, pero se ha adaptado perfectamente a una economía abierta”.
A principios de 2021, Díaz-Canel aceleró el paso a la reforma financiera para paliar la crisis y el embargo estadounidense. Unificó las dos monedas porque se veía cada vez más desigualdad social entre los que tenían acceso a la moneda fuerte, el CUC, y los que cobraban en la moneda nacional. En febrero abrió casi todas las actividades económicas al sector privado y la posibilidad a la inversión extranjera.
La tarea no es fácil. Durante 60 años, Cuba ha sorteado un bloqueo económico impuesto por Estados Unidos y la cercanía geográfica entre ambas naciones dificultaría implementar los nuevos cambios.
“Que la principal hegemonía te tenga bloqueado económica, financiera y comercialmente es un golpe fuerte a la economía cubana, es decir, para Cuba no es tan fácil abrirse económicamente como Vietnam o China, debido a las restricciones que Estados Unidos le impone. Por lo tanto me parece que sí es importante que exista un debate de cómo a partir de sus particularidades pueda crear un modelo que apunte a solventar estos problemas”.
Otro punto económico que se espera aborden en el congreso es el incremento de la producción de alimentos, porque en la actualidad el 70 por ciento son importados. También necesita mejorar la eficiencia de procesos productivos y la calidad de los servicios, así como discutir la lucha contra la corrupción.
Entre todas estas adversidades, Cuba está cada vez más cerca de concretar un proyecto que le daría una ventaja política y económica: el desarrollo de vacunas contra la covid-19. Actualmente hay cinco candidatas: dos de ellas, Soberana 02 y Abdala, están en fase 3 de ensayos clínicos, la última antes de su aprobación.
“La generación de vacunas por parte de Cuba podría darle un respiro a su economía, ya que la fabricación de inmunizantes no sólo atendería a su población, sino que incluso hay capacidad de producirla en millones y exportarla. Esto podría darle herramientas para solventar este contexto económico complicado”.
Rejuvenecer el sistema cubano
Una Cuba sin Fidel, una Cuba sin Raúl, sin los hermanos Castro. Los dirigentes cubanos han sido inteligentes en acelerar el proceso de renovación política de la isla sin generar un impacto negativo en la identidad cubana, considera el investigador José Antonio Hernández.
“Ya en un principio se hablaba del impacto que significaría que Fidel dejara la presidencia en Cuba. Se hizo de manera paulatina, le dio el mando a su hermano Raúl y ahora Raúl ha abandonado poco a poco los cargos. Ha sido un proceso gradual”.
Díaz-Canel es el ejemplo de la renovación de cuadros. Perteneció a la Unión de Jóvenes Comunistas y luego al Partido Comunista. Además, comenzó a trabajar en el gobierno desde joven y ya ha relevado a otros dirigentes históricos, por lo tanto su nombramiento como presidente y ahora como primer secretario no significa un cambio de raíz.
Por esta razón no se vislumbra un cambio profundo del modelo socialista en el corto ni mediano plazo.
«Todos los cambios que se buscan a partir de este VIII Congreso del Partido Comunista son para perfeccionar el sistema socialista. No creo que veamos en un corto periodo de tiempo un cambio profundo apegado a estos deseos de que Cuba deje el socialismo o adopte un modelo más liberal o incluso neoliberal. Creo que el gobierno cubano se está dando cuenta que es un problema profundo en América Latina la creación de nuevos cuadros. Ha visto ejemplos en los últimos años en los países que al parecer la izquierda latinoamericana ya tiene el poder, han sufrido a la hora de renovar a sus líderes. Por ejemplo, tenemos a Ecuador con Rafael Correa, cuando deja en el poder a Lenín Moreno este hace un cambio drástico del modelo de Correa. O la misma Venezuela, se habla bastante de la diferencia entre Hugo Chávez y Nicolás Maduro.»
La desaparición del apellido Castro de la cúpula del poder cubana será un hecho histórico, pero se visualiza más como una estrategia de transición que asegure la continuidad del modelo socialista en las nuevas generaciones.
Por eso Cuba debe trabajar en la renovación de cuadros que puedan suplir a los viejos dirigentes revolucionarios si quiere que persistan los ideales de la revolución.
«Sin duda la supervivencia del sistema cubano pasa por los jóvenes. En la actualidad es ahí donde se está dando la lucha política y social, qué tanto los jóvenes todavía se asumen como revolucionarios, como socialistas, qué tanto visión de hombre nuevo que se dio durante los primeros años posteriores a la revolución. O al contrario, qué tanto los jóvenes han dejado de lado esos ideales y buscan una realidad política y económica diferente.»