En la primera reproducción que se logró de una galaxia similar a la Vía Láctea en la historia, participaron 160 investigadores de 60 instituciones, alrededor del mundo. México estuvo presente a través de Miztli, la supercomputadora desarrollada en la UNAM.
Carolina López Hidalgo
La primera reproducción en el mundo de una galaxia similar a la Vía Láctea en un ordenador es solo el punto de partida de nuevas comparaciones que tendrán un papel primordial en el estudio de la formación y evolución de las galaxias, aseguró señaló el doctor Santi Roca Fábrega, investigador de la Universidad Complutense de Madrid y líder del proyecto Assembling Galaxies Of Resolved Anatomy (AGORA)
“Hasta el momento no podemos hacer una comparación directa con las observaciones. Éstos resultados nos permiten en un futuro que podamos realmente decir qué cosas de las que observamos se pueden comparar directamente con las observaciones, nos permiten ganar conocimiento de cómo se forman las galaxias reales y cuáles son sólo resultados de los códigos numéricos de los ordenadores”.
La reproducción de la creación de la galaxia que en el Universo real tardó miles de millones de años, fue hecha por diversos ordenadores como Miztli, que es la supercomputadora de la UNAM que fue utilizada por un equipo internacional de expertos, junto con seis sistemas similares en el mundo, como lo dijo el investigador Octavio Valenzuela, astrofísico de la UNAM.
“Este tipo de proyectos solo pueden realizarse con la colaboración internacional pues empujan los límites tanto de la tecnología, como de nuestro conocimiento y, si uno puede capturar cómo se forma una galaxia o nuestro universo, también se puede aplicar al conocimiento de la atmósfera o el clima, por ejemplo”.
Héctor Manuel Velázquez, del Instituto de Astronomía de la UNAM, único mexicano participante en el proyecto, explicó que de los códigos numéricos empleados se decidió comparar siete de los más utilizados:
“Se realizó la misma simulación de la formación de una galaxia tipo Vía Láctea, incluyendo, entre otros, los detalles de la formación estelar, los cambios en la temperatura del gas y las explosiones de estrellas al morir y su efecto en el entorno. Los resultados se comparan con cada uno de estos códigos, revelando las diferencias o qué tan similares son”
Para dimensionar, el trabajo de Mitztli, este año se cuenta una disponibilidad de 73 millones de horas de cómputo para 154 proyectos, y para Ágora se solicitaron alrededor de más de un millón y medio de horas de procesamiento. Esto es, que se requeriría aproximadamente de 30 mil tabletas usadas todo el tiempo, durante un año, para hacer lo que ellos hacen.
El doctor Santiago Roca Fábrega continuará trabajando en el proyecto que tardó más de 4 años
“Nos llevó 4 años de colaboración intensa y tuvimos que usar más de 100 millones de horas de computadoras, de CPU, para generar todos estos modelos y los procesos de calibración llegando con solo 7 códigos. Es la primera vez que se hace un trabajo así en la comunidad internacional, se desarrolló un proceso de calibración que nos permite reducir al máximo estos parámetros, que se pueden tocar para hacer que las simulaciones cambien un poco.
Este proceso de calibración se llevó en cuatro pasos, aunque observamos algunas diferencias con solo activar la formación solar y el colapso de los gases situaciones que pronto se van a estudiar en un proyecto que se está desarrollando en computadoras como Mystery en la UNAM”.