Los expertos del GIEI revelaron que el Cisen, la Sedena y policías municipales estuvieron presentes en todas las escenas durante la desaparición de los 43 estudiantes.
Georgina Hernández
El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) presentó su sexto y último informe sobre el caso Ayotzinapa, en el que señala que todas las corporaciones del Estado tuvieron diferentes niveles de implicación y responsabilidad en la desaparición de los 43 normalistas.
Sin embargo, este nuevo documento titulado “Hallazgos, avances, obstáculos y pendientes“, presentó nueva información que confirma que la Secretaría de Marina participó con detenciones y torturas. Además, estas fueron clave para la creación de la llamada “verdad histórica”, en colaboración con la SEIDO y la entonces Procuraduría General de la República (PGR).
Durante la presentación, los expertos mostraron un mapeo realizado, a partir del análisis de celulares, que evidencia diferentes movilizaciones de militares, la noche que desaparecieron los 43 normalistas, el 26 de septiembre de 2014.
La investigadora Ángela Buitrago indicó que hubo un flujo constante de llamadas entre el C4 y la Sedena sobre lo que ocurría en Iguala. También ese día hubo un total de dos mil 324 ingresos de llamadas, de las cuales analizaron 500.
“Estas llamadas nos permiten decir categóricamente que hubo comunicación entre el C4 y una dependencia del Batallón 27 que significa un sistema de inteligencia que está conectado permanentemente recibiendo un flujo de llamadas de la comunidad de Iguala en donde informaban segundo a segundo la alarma por los disparos, las detenciones y la violencia. Los registros del C4 están reportados en toda su totalidad ese C4 está constituido por tres mil 900 registros”.
Participación del CISEN y la Marina
Sobre el tema de la Marina, Carlos Beristáin indicó que, si bien no hay información que implique directamente a la Marina con los hechos del 26 de septiembre, sí intervinieron en las diligencias dos días después.
Una muestra de esto es el vídeo que expone la presencia de la Semar en el basurero de Cocula y el Río San Juan. Un lugar que en la versión oficial de la dependencia, hallaron una bolsa que contenía los restos del normalista Alexander Mora el 29 de septiembre.
“Tuvimos información de que realizaron un operativo de inteligencia de carácter reservado desde el día siguiente, con un grupo especial de inteligencia del que hasta ahora no hemos conocido casi nada, llevando a cabo detenciones y torturas en el que hemos identificado el resultado de muerte de dos personas. Dos personas murieron en esos operativos, no se ha sabido quienes son.”
🔴 #AlMomento || Familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa asisten al último informe del #GIEI sobre el caso, en el @ccutlatelolco.
— IMER Noticias (@IMER_Noticias) July 25, 2023
Síguelo por acá:https://t.co/crnzK02bwq
📸: @Gynna_H pic.twitter.com/L0LJpH3NSv
Los expertos también revelaron que, con base en declaraciones de un testigo protegido, hoy saben que el entonces Cisen, que estaba a cargo de la Secretaría de Gobernación, hizo un seguimiento de todos los movimientos de los estudiantes. Además, uno de sus agentes estuvo en una escena de la desaparición y observó los ataques.
Información parcial y contradictoria de Sedena
Los expertos insistieron en que el acceso a la información ha sido parcial y contradictoria por parte de Sedena y que se sigue mintiendo sobre la ausencia de datos sobre la noche de la desaparición de los 43 estudiantes.
Carlos Beristain acusó que las declaraciones del Ejército han ido cambiando en el tiempo y afirmó que “la colusión de mandos y elementos del Ejército con el narcotráfico explica su comportamiento”.
Además, con base en sus investigaciones, el GIEI encontró contradicciones en documentos de la Sedena sobre la localización del cuerpo del normalista Julio César Mondragón, quien apareció muerto unas horas después de los hechos, con huellas de tortura.
Último mensaje de los expertos
Ambos investigadores destacaron la voluntad política para indagar sobre este caso. No obstante, manifestaron que cuando llegaron al núcleo duro de la verdad, altas instituciones del Estado trataron de ocultar información.
Carlos Beristáin reconoció que se sentía con frustración, ya que hicieron un esfuerzo hasta el límite de trabajar con todos los obstáculos que tuvieron por superar en las dos etapas que estuvieron en México.
“Nos sentimos con frustración; hemos hecho un esfuerzo hasta el límite de las posibilidades por trabajar con todo lo que teníamos, por superar los obstáculos. No hubiera habido muy probablemente una reactivación de las órdenes de captura si no hubiéramos estado […]. Eso muestra que hemos llegado al límite de lo que podemos con lo que tenemos.”
Te recomendamos:
Caso Ayotzinapa: entre el último informe del GIEI y la promesa pendiente de AMLO