El joven normalista de Tiripetío, Michoacán, señala que la organización y seguridad en las normales cambió a raíz de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, pero no así la represión y el hostigamiento, mucho menos las problemáticas de alimentación y de desigualdad en la distribución presupuestal.
IMER Noticias
El ideal de la comunidad normalista por mejorar la calidad educativa en zonas marginadas del país se encuentra estancado entre condiciones precarias y el riesgo que conlleva su activismo político para revertirlas.
En su siglo de historia, estos recintos, y más aún, quienes por ellos pasan, han sido un símbolo de lucha social no sólo por su labor como educadores, sino porque es a través de la presión política que han conseguido que las autoridades volteen a verlos.
A eso se dirigían los 43 estudiantes de Ayotzinapa aquella Noche de Iguala, cuando fueron desaparecidos. Seis años después, Daniel, un joven normalista de Tiripetío, Michoacán, señala que la organización y seguridad en las normales cambió a raíz de aquel hecho, pero no así la represión y el hostigamiento, mucho menos las problemáticas de alimentación y de desigualdad en la distribución presupuestal.
<<Ya no confiamos más en el gobierno porque, a pesar del hecho sucedido, se siguen viviendo represiones y hostigamientos en las normales, entonces dentro de nuestra organización sí tomamos eso en cuenta. En aquella fecha se vivía en Guerrero con mucha delincuencia; en el caso de Ayotzinapa se tomaron cartas en el asunto y ya no salían después de las diez. En cuanto a mi normal también se tomaron esas precauciones de tener a la gente resguardada y más organizada>>.
Daniel
Tras el estallido social que desató la desaparición de los 43 jóvenes, el gobierno del entonces presidente Enrique Peña Nieto se vio presionado a incrementar el presupuesto para 2015 en escuelas normales, el cual ascendió a mil 195 millones de pesos, el mayor alcanzado desde 2009.
Pero después, los recursos fueron decayendo hasta la actualidad. Tan sólo en lo que va de la actual administración, los recursos destinados para la capacitación docente ha sufrido un recorte del 87 por ciento, alertó Marco Fernández, investigador de la organización civil México Evalúa.
<<Los gobiernos han hecho dos estrategias: o las aprietan presupuestalmente bajo una lógica de decir eventualmente los recursos se van a ir apagando en las escuelas normales o luego las utilizan políticamente como ha pasado con el presidente López Obrador, perdón, en donde dice que va a caminar con el magisterio, que los va a fortalecer, pero no les da un peso más. Incluso los programas destinados para la capacitación de los docentes: él tendría que informarles que el próximo año les está recortando a todos los programas destinados a la capacitación de los maestros 89 por ciento de los recursos y que, desde que inició su mandato, ha habido un recorte acumulado a estos programas del 87 por ciento>>
Marco Fernández
Además, la promesa del diagnóstico sobre la situación de las Escuelas Normales, la propuesta de reforma y los cambios al programa de estudio nunca llegaron y por el contrario sí lo hizo la corrupción y la presión política, lamenta Fernández.
En el caso de la escuela de Daniel, la Normal Rural Vasco de Quiroga, las autoridades educativas les retiraron la beca alimenticia que recibían sus compañeros, y que ascendía a 62 pesos diarios. La justificación: las crisis sanitaria y económica por la pandemia del coronavirus.
El joven se dice molesto por la contradicción del discurso del gobierno federal, que afirma que su prioridad son los apoyos a las normales rurales del país, cuando se prevé un recorte presupuestal del 95 por ciento para 2021.
<<En cuanto a los recursos que están destinados por parte de la Federación, se menciona que se va a hacer una reducción de un 95 por ciento del recurso que llega. Al parecer esto contradice todo lo que se menciona y al cambio que se va a hacer y el apoyo que se tiene de la Federación y de los gobernantes hacia las normales. En cuanto a los recursos que llegan a la normal como becas alimenticias tampoco están llegando a tiempo y, hasta el momento, no ha habido ningún cambio y se tienen las mismas problemáticas desde la anterior gobernación de Peña Nieto y hasta la actual>>.
Daniel
Para el director de Investigación de la organización civil Mexicanos Primero, Fernando Ruiz, resulta desconcertante la desaparición del programa S0300, relacionado con el fortalecimiento y mejora de las escuelas normales, que entre otros rubros también incluye la autonomía financiera de estas instituciones.
Además, se afectaría la calidad de la educación de 89 mil normalistas que estudian en 264 normales, pues se estima que para 2021 se destinarían 221 pesos por alumno.
<<Hay normales que van a tener mayores problemas para su operación […], vamos a poner el ejemplo de aquellas normales que están destinadas a la formación cultural de los estudiantes hablantes de lenguas indígenas y hay normales que van a recibir una cantidad menor de recursos, porque la distribución, aún con los recursos que destinaba cada año la federación, se distribuye de forma desigual entre ellas. Entonces, estamos previendo que la formación de los estudiantes en educación intercultural, va a tener un impacto mayor para la formación de este tipo de profesionales que requieren las estrategias de educación intercultural que la propia administración federal había planteado como prioritarias>>.
Fernando Ruiz
Pese a los obstáculos que sortean en su etapa de estudiantes, para los normalistas no es tarea fácil salir adelante un vez concluida su formación, como lo sueña Daniel y cómo lo vive Avelino, un profesor de primaria en Carácuaro, Michoacán, que tras 14 meses de egresar, finalmente cobró su primer salario.
Antes, tuvo que esperar ocho meses para contar con una asignación y una clave docente para desarrollarse y otros seis para recibir un pago por su trabajo.
<<Iniciamos trámites administrativos con la Secretaría y hasta febrero nos asignaron un centro de trabajo y una clave docente como tal […]. Sí fue bastante el lapso de tiempo, después de que nos asignan y nos ubican, laboramos 6 meses y hasta esos 6 meses podemos cobrar el salario correspondiente. Entonces, las dificultades, en lo personal, sí fueron bastantes y hay muchos compañeros que aun tienen dificultades para obtener la clave y un centro de trabajo, aún y habiendo egresado de las normales, es un situación algo difícil>>.
Avelino
El maestro normalista reconoce el diálogo con el gobierno federal, pero admite que la vida de las escuelas normales no ha cambiado. Las dificultades de desigualdad y olvido persisten en escuelas rurales de Oaxaca, Chiapas y Michoacán.
<<Íbamos ingresando a la normal, que fue en el año 2015, estaban recientes los sucesos y nos tocó vivir un auge de movilizaciones, de exigencia de justicia. Obviamente a algunas normales se les dio la oportunidad de abrir las puertas de, a lo mejor, ser un poco escuchadas por lo que estaba reciente, pero no fue realmente un cambio trascendental; por ejemplo, que nos mejoraran el presupuesto de la beca alimenticia, obtener un beneficio extra, o algo que ya se vio reflejado y pues no. No fue un cambio trascendental ni para beneficios, solo en perjuicios”.
Avelino
Aunque el investigador Fernando Ruiz ve en la formación y activismo político de los alumnos normalistas una vía que les ha permitido canalizar mayores recursos, el joven Daniel admite que tras los hechos de Iguala, el miedo y la desconfianza en las autoridades crecieron entre la comunidad normalista.
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