La memoria es una herramienta central para exigir justicia. Por ello Hilda, madre de César Manuel González, uno de los 43 jóvenes desaparecidos de Ayotzinapa, ha tomado nota de todo lo ocurrido desde aquella noche del 26 de septiembre de 2014.
Adriana Esthela Flores
Para Hilda Hernández Rivera, madre del normalista César Manuel González Hernández, la memoria es una herramienta central en la lucha para exigir la verdad sobre el destino de los 43 estudiantes desaparecidos el viernes 26 de septiembre de 2014, en Iguala, Guerrero. El primer recuerdo que tiene de los hechos es que ella y su esposo Mario se enteraron hasta el día siguiente, allá en donde viven, Huamantla, municipio de Tlaxcala.
<<Me había ido yo temprano a trabajar, entraba yo temprano cuando mi esposo me fue a avisar como al mediodía que algo sucedía en la escuela donde había entrado mi hijo Manuel, el tampoco sabía del todo, tuve que pedir un permiso para que me dieran chance de ir a ver>>.
A partir de entonces, la vida de ella y su familia tomó otro camino: el de buscar qué pasó con su segundo hijo, nacido en 1993 y quien había decidido que sus hermanas Esperanza y Fernanda estudiaran antes que él, para no presionar económicamente a la familia. Han sido seis años de protestas, marchas, reuniones con autoridades, homenajes, conferencias… Y de todo esto, Hilda ha ido escribiendo sus propios diarios en más de 40 libretas.
<<A mí no se me va a olvidar ningún momento, cuando supe y empecé a vivir, yo a veces hago un recuento y desde el principio escribí en libretitas porque no había donde comprar y me compraba mis libretitas chiquitas y escribía a dónde íbamos, qué hacíamos y eso lo hice no porque alguien me lo haya dicho sino porque empecé a escribir>>.
<<Luego sí me acuerdo de cuando fuimos a tal lado, o como nos recibió Ángel Aguirre y luego usted recuerda y ve que ahora según ellos ya dieron su interrogatorio, que no son culpables, con eso de la nueva ley que hay, ellos se protegen más. A veces le digo a mi esposo “Cómo me da coraje que las leyes son más para los ricos
o a los que tienen poder que son en este caso los gobiernos”>>.
-¿Por qué, para qué escribe?
–Esa ha sido mi forma de desahogarme, poder escribir pues lo que sientes más que nada, a veces lo que ves sí pero más lo que sientes porque a veces, por ejemplo, entre nosotros dos, Mario y yo, nos ponemos a platicar a llorar, pero hay algo más que guardas tú y lo escribes y a veces le escribo a mi hijo, como si le estuviera yo platicando.
-¿Le ha escrito cartas a su hijo?
–Sí le he escrito, también le mandé por mensaje, como dejó su teléfono mi hijo yo lo mantengo activad. Cuando puedo le recargo y le escribo mensajes y se los mando, para que sepa él que estábamos siempre presentes, y que sí nos acordamos de él.
-¿Cuáles han sido los momentos que más recuerda de estos seis años?
-Han sido muy significativos porque ha sufrido usted el frio, el hambre, el dolor, golpes, señalamientos, humillaciones, entonces eso nunca se va a olvidar, nunca se va a olvidar, siempre va a estar presente porque es algo muy difícil que lo borre yo de mi vida y de mi mente.
-¿Cuál ha sido la parte más difícil?
-Eso, que los poderosos tienen poder, dinero y pueden hacer lo que quieran y cambiar todas las versiones que quieran, hacer todas las mentiras históricas que quieran y uno que es pobre, que no haces mal a nadie, que te dedicas a tu familia, desgraciadamente no pasa nada.
-¿De dónde ha sacado fuerza para seguir en pie?
-Antes al principio yo no entendí no comprendí, yo tampoco sé de donde sacaba fuerzas pero al paso de estos años la respuesta correcta es el amor que le tenemos a nuestro hijo, es un amor tan grande que te da fuerza, valor, esa rabia y coraje de seguir adelante, exigiendo y pidiendo por ellos. No podemos decaer, no podemos decir ya no puedo más, porque somos su voz de nuestros hijos y necesitan de nosotros.
-¿Qué opina de las investigaciones del actual gobierno federal sobre la desaparición de los 43?
-Espero que el gobierno le eche más ganas, que en verdad ponga un poco más de ojos no nomás porque sea nuestro caso sino porque hay mucha gente del anterior gobierno que todavía está en las dependencias, principalmente en la fiscalía, entonces está costando un poquito de trabajo empujarlo. Hay voluntad del presidente y del señor Encinas pero con eso no basta, siempre se lo hemos dicho.
-Usted espera el regreso de su hijo con vida…
-Yo sí, porque la estructura de como trabaja la delincuencia organizada y el mismo gobierno que está coludido en Guerrero, a nuestros hijos en el primer momento que se los llevaron que dijeron que fue “la maña”, pues hubieran aparecido los cuerpos de ciertos chicos de los 43, ¿no? Sin embargo, es el fragmento óseo que se ha encontrado de Christian, ese es el único, después de tanto tiempo y “la maña” no trabaja así.
-¿Cuál es su reflexión sobre estos años de lucha?
-Que como padres nunca nos vamos a vender, nuestros hijos no valen dinero, nuestra reparación del daño es la presentación con vida de nuestros hijos y que toda la gente que tenga algún desaparecido no desfallezca, que sigamos adelante en la búsqueda de nuestros seres queridos, lo más preciso que tenemos en la vida, nuestros hijos.
Y a su hijo César Manuel, ¿qué le escribiría rumbo al sexto aniversario?
-Que lo amo, que pase lo que pase nosotros como padres estaremos siempre buscándolo, que no lo dude. Que lo amamos tanto que hasta hacemos lo imposible por saber de él y de sus compañeros, que lo quieren mucho sus hermanas, que lo esperan con todo el amor que tenemos guardado y él lo sabe, siempre lo ha sabido. Que su papá, su mamá, sus hermanas lo aman y que es todo para nosotros.
Mientras tanto, toda esta memoria de lucha permanece en los diarios que Hilda guarda dentro de una mochila.
Información relacionada: 6 años, 6 voces de Ayotzinapa || Clemente sigue buscando a su hijo Christian