El Códice Crosby-Schøyen es uno de los escritos conservados más importantes de todos los tiempos y del cristianismo.
Ricardo Hernández Capulin
La casa de subastas Christie’s subastó el manuscrito más antiguo de la Biblia el pasado 11 de junio en Londres. Se trata de la primera epístola de San Pedro y del Libro de Jonás.
Eugenio Donadoni, experto en manuscritos medievales y renacentistas de la casa de subastas, aseguró que fue escrito entre los siglos III y IV en la ciudad de Alejandría y lo utilizaban los monjes del Alto Egipto.
Aunque Christie´s estimaba un valor de venta entre 2.6 y 3.8 millones de dólares, estas cifras fueron apenas rebasadas, convirtiéndose así en uno de los libros más antiguos del mundo pertenecientes a una colección privada.
Así fue diseñado
El histórico documento fue escrito en sahídico, un dialecto del lenguaje copto y es la transcripción completa mas antigua conocida de dos libros bíblicos. De forma original tenía 68 hojas, en la actualidad solo se cuenta con 52 de ellas. Está redactado en 104 páginas, cada una contiene entre 11 y 18 líneas escritas a dos columnas.
En 1952, el coleccionista suizo Martin Boodmer adquirió el manuscrito y cambió de manos en múltiples ocasiones durante las décadas siguientes. También perteneció a la Universidad de Mississippi, institución que recibió ayuda económica de Margaret Reed Crosby para adquirir el libro.
Luego lo compró Martin Schøyen en 1988. Por eso, se le conocer como Códice Crosby–Schøyen, por los apellidos de sus dos poseedores más reconocidos.
Su conservación es obra de la naturaleza
Un estudio de carbono-14 confirmó que el libro fue escrito entre los siglos III y IV y es uno de los primeros testimonios de la expansión del cristianismo.
La conservación de este papiro se atribuye al clima seco de Egipto. Pocos libros de esa época han logrado conservarse hasta nuestros días. Los demás manuscritos hallados de esa época se han encontrado en la misma región egipcia.
Vestigio de antiguas celebraciones
En el primer monasterio cristiano, los monjes del Alto Egipto usaban este libro para celebrar las primeras pascuas. Esta celebración comenzó a practicarse solo unos cientos de años después de la muerte de Cristo y solo unos 100 años después de que se escribiera el último Evangelio.
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