Greenpeace instó a la Semarnat a frenar construcción de un megaproyecto hotelero en la selva maya que afectaría el ecosistema del lugar.
Natalia Matamoros
La organización Greenpeace instó a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) a rechazar la solicitud de cambio de uso de suelo que hizo por el Grupo XCARET para construir un complejo turístico en la Selva Maya.
Este proyecto, que incluye nueve hoteles y un parque temático, implicaría la tala de mil 90 árboles por hectárea y la excavación de pozos de 36 metros cúbicos, afectando la biodiversidad y el suministro de agua local.
Impacto ecológico
Según Carlos Samayoa, campañista de Greenpeace, el proyecto pone en riesgo a especies como el loro de frente blanca y el pavo ocelado.
“Este es el momento preciso de decir no a la urbanización de la selva maya, en particular en este predio porque, una parte del mismo, se encuentra dentro de la reserva estatal del PUUC, que es una reserva protegida. […] Por lo tanto debería rotundamente decirse no a una autorización de cambio de uso de suelo en donde se supone que ya debería haber una protección al medio ambiente”.
Samayoa explicó que la compañía hotelera solo destacó como medida de mitigación los beneficios económicos y generación de empleo que el proyecto traería a la región, sin considerar el daño ecológico. Indicó que la selva maya está amenazada por diversos frentes: al norte, la proliferación de granjas porcinas afecta la calidad del agua, y al sur los cultivos agroindustriales de soya transgénica contaminan los mantos acuíferos y provocan la muerte masiva de abejas.
“En el estado de Campeche uno de los focos rojos más importantes es este, el de la agricultura industrial que ya se mencionaba, donde grandes extensiones de tierra de selva están siendo deforestadas para ampliar los cultivos de soya transgénica, por ejemplo, y de otras semillas que normalmente son desarrolladas por comunidades menonitas a través de mecanismos de agricultura industrial”.
Destrucción de arrecifes
El biólogo Ramón Bonfil manifestó que ha sido testigo de la cantidad de desarrollos turísticos que construyeron en los últimos 30 años desde Cancún hasta Tulum, el cual propicia la devastación de las áreas verdes, así como la destrucción de los arrecifes.
Bonfil también señaló que en Majahual, Chetumal, construyeron un muelle para la llegada de cruceros que causó daños en la cadena de corales y fauna marina.
“Con el paso del tiempo se le empezó a dar mucho auge en todo esto y ahorita no para de haber hoteles, resorts y desarrollo turístico desde Cancún hasta Tulum. No para. Todo está privatizado, los precios han subido, se ha deforestado terriblemente y se ha impactado el arrecife que está corriendo desde las mujeres hasta Belice o hasta Honduras realmente, es el segundo arrecife de coral más grande del mundo.”
Los expertos manifestaron la necesidad de que las autoridades ambientales midan el impacto ambiental antes de autorizar la construcción de proyectos urbanos. También que las comunidades sean consultadas.
En este caso, la comunidad de Santa Elena, conformada por unos cinco mil habitantes debe estar al tanto del proyecto para someterlo a aprobación.
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