En IMER Noticias hacemos un repaso histórico del movimiento política y la huella que han dejado las mujeres en ella.
Hazel Zamora
Contar con dos mujeres como candidatas a la presidencia de México para 2024 es reflejo de años de exigencias, cabildeos y organización impulsada por las mujeres para ser parte de la vida política y la toma de decisiones del país.
Desde el sufragio femenino en 1953, pasando por más de dos décadas de reformas legislativas para alcanzar la paridad de género, actualmente México se coloca en el cuarto lugar en el mundo con más mujeres parlamentarias, de acuerdo con el mapa de “Mujeres en la Política: 2023” de la Unión Interparlamentaria.
Y todo indica, que estas elecciones, por primera vez una mujer podría ser presidenta. Pero ¿cómo llegamos a ello? En IMER Noticias hacemos un repaso histórico del movimiento de las mujeres en la política.
De recomendaciones a cuotas
- Los primeros intentos por promover la participación de las mujeres en la vida política del país comenzaron con reformas en materia de cuotas de género al entonces Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe).
En 1993, las políticas mexicanas lograron una reforma en la que se recomendó a los partidos políticos a postular más mujeres en cargos de elección popular.
- La recomendación pasó a exigencia en 1996, estableciéndose en el Cofipe la primera cuota de género que los partidos políticos debían cumplir: 70 por ciento como máximo para candidaturas de un mismo sexo en la Cámara de Diputados y Senado.
Primeras sanciones
- Sin embargo, los partidos políticos buscaron formas de burlar la ley y como estrategia colocaban a las mujeres en candidaturas suplentes.
Este hecho derivó en otra reforma en junio de 2002, donde se precisó en la ley electoral que “en ningún caso” podían incluir más de 70 por ciento de candidaturas de un mismo sexo. Asimismo, se añadió que en “las listas de representación proporcional se integrarán por segmentos de tres candidaturas. En cada uno de los tres primeros segmentos de cada lista habrá una candidatura de género distinto”.
Y por primera vez, se establecieron sanciones a los partidos que incumplieran la medida.
Para el proceso electoral de 2003 los cambios numéricos se mostraron en el Congreso de la Unión: la presencia de las mujeres pasó del 16 al 23 por ciento, es decir, 116 mujeres en total.
Partidos políticos burlan la ley
- Para reforzar las medidas a favor de la participación política de las mujeres se generó otra reforma en 2008, que elevó la cuota de género a 40 por ciento de candidaturas propietarias y se recomendó a los partidos políticos llegar a la paridad.
No obstante, los partidos seguían sin cumplir la ley por medio de estrategias como sustituir a las candidatas por hombres al último momento; en otros casos, ya electas, las mujeres solicitaban licencia y dejaban la curul en posesión del suplente hombre.
Mujeres lideran estrategias contra partidos
- Tales estrategias llevaron a las mujeres a organizarse y el 30 de noviembre de 2011, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) emitió la histórica sentencia 12624 en la que se obligó a todos los partidos políticos a respetar la cuota de representación de género.
Esta sentencia se dio como parte de las impugnaciones de legisladoras, apoyadas de políticas, abogadas e investigadoras que formaron la “Red de Mujeres en Plural”.
Las consecuencias de este asunto se reflejaron en 2012 en la Cámara de Diputados, donde se alcanzó el 36 por ciento de la representación de mujeres y 32 por ciento en el Senado.
Paridad en todo
- El impulso de las cuotas de género tenía como fin abrir la puerta a la paridad de género, que se refiere a la igualdad en la representación y la distribución de poder entre mujeres y hombres. Este hecho se alcanzó una vez que se elevó a rango constitucional la paridad de género. La reforma fue publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) en febrero de 2014 y no sólo contempló al legislativo federal, sino que su exigibilidad se amplió a los congresos locales.
- Finalmente, en 2019 se publicó la reforma conocida como “paridad en todo” o “paridad transversal”, en la cual se modificaron nueve artículos de la Constitución para garantizar la paridad en los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal), en los tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) y en los organismos autónomos.
Asimismo, establece que las listas de candidaturas que presenten los partidos para las senadurías y diputaciones de representación proporcional deberán ser paritarias y encabezadas alternadamente entre hombres y mujeres en cada periodo electoral.
Entre sus resultados, estas reformas garantizaron la mitad de escaños en diputaciones y senadurías, abrió la puerta a 9 mujeres como gobernadoras; así como la conformación de un gabinete paritario, donde ocuparon, por primera vez, secretarías de Estado que les habían sido negadas como la de Gobernación.
📢As PM @kishida230 named five women in his recent cabinet reshuffle, and #IPU data shows a 1️⃣0️⃣.3️⃣4️⃣% representation of #womenMPs in #Japan🇯🇵, a recent @Forbes article looks behind the announcement to understand the message behind the reshuffle
— IPUparliament (@IPUparliament) September 20, 2023
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