Hace un mes, 53 migrantes murieron en la caja de un tráiler abandonado en San Antonio, Texas, Estados Unidos. Estas son las historias de las víctimas que intentaron llegar a ese país y murieron en el intento.
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Perla Miranda
Hace 20 años la gente de San Marcos Atexquilapan, localidad de Naolinco, Veracruz, se vistió de luto. Un vecino intentó cruzar a Estados Unidos, pero fue abandonado por un “pollero” en el desierto.
Al pueblo regresó su cuerpo y al enterrarlo, el ánimo de vecinos y amigos que querían cumplir el sueño americano se esfumó. La migración al “otro lado” parecía ser cosa del pasado, relató Teófilo Valencia.
Pero en medio de la pandemia, corrió el rumor de que cada mes entre 40 y 50 naolinqueños pasaban sin mayor dificultad a Estados Unidos y los frutos de cobrar en dólares se cosechaban pronto.
Eso motivó a Jair y a Yovani, ambos hijos de Teófilo, a probar suerte. Contactaron por teléfono a la persona que los cruzaría a Houston, Texas. Con apoyo de familiares, vecinos y conocidos instalados en Estados Unidos juntaron los 180 mil pesos (9 mil dólares) que pagaría cada uno para llegar.
“Yovani tenía 16 y Jair 20, parecían gemelos mis chamacos, eran muy unidos. Querían poner un negocio, construir una casa, aunque sea pequeña, pero pues construirla. Por eso tomaron la decisión de viajar a Estados Unidos, porque aquí es un poco más complicado para realizar esas cosas, esos sueños. La última vez que tuvimos contacto con ellos ya estaban en Laredo, Texas y lamentablemente a mí me vino a tocar esta mala suerte”.
Jair y Yovani iban en la caja de un tráiler que dos hombres abandonaron en San Antonio, Texas, con otros 62 migrantes. Sus cuerpos fueron encontrados casi a la par del de su primo Misael, de 16 años.
Hasta ahora, 2021 es el año con el mayor número de fallecimientos de personas migrantes registrados en las Américas desde 2014, cuando arrancó el Proyecto Migrantes Desaparecidos.
La Organización Internacional de las Migraciones contabilizó mil 238 fallecimientos y desapariciones de personas migrantes:
- 596 ocurrieron en América del Norte.
- 324 en América Central.
- 180 en el Caribe.
- 148 en América del Sur.
Las principales causas de muerte son ahogamiento, accidentes de tránsito, violencia y las condiciones ambientales extremas. Así como crímenes de odio y xenofobia.
Los tres jóvenes regresaron a San Marcos en un ataúd. Los habitantes del pueblo, que en su mayoría fabrican calzado artesanal, los escoltaron hasta el patio de su casa. Ahí rezaron y pidieron por su “descanso eterno” y porque la tragedia no regrese a la comunidad, pero Teófilo sabe que a pesar de lo ocurrido, la búsqueda de una mejor vida no va a parar.
“Ahorita me pasó esto, le pasó esto a mis hijos, pero yo creo que en un mes o dos va a empezar otra vez a salir la gente de aquí, hay algunas personas que aunque ya me pasó esto, aun así, como cinco personas todavía salieron después de eso”.
Negocio millonario
En 2019, el tráfico de personas migrantes dejó ganancias de 615 millones de dólares, de acuerdo con la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas.
Su titular, Rocío González Higuera detalló que siete de cada 10 migrantes son originarios de Guatemala, Honduras y El Salvador que cruzaron utilizaron un guía o “coyote” que les cobró cuatro mil 559 dólares aproximadamente.
En el caso de los mexicanos que cruzan de manera irregular, cinco de cada 10 usaron algún guía “pollero” o “coyote” al que pagaron un promedio de cuatro mil 967 dólares.
¿Cómo es el proceso de pago?
En 2016, Pablo Ortega despidió a su mamá, quien pagó poco más de tres mil dólares a un “coyote” para que la cruzara a Estados Unidos. Él tenía 13 años y quedó con su papá y hermana en Tlapacoyan, Veracruz.
Beneficiado con el dinero que su madre enviaba desde el extranjero, a Pablito como le decían de cariño, se le metió la espina de irse a Estados Unidos y regresar con lo suficiente para construir una casa, comprar un auto, una moto y poner un negocio.
Primero pagó 15 mil pesos para que le ayudaran a tramitar la visa, pero con el pretexto de la pandemia, le dijeron que no habría citas hasta 2023. Aún meditaba cómo llegar al país vecino cuando su novia le dijo que estaba embarazada.
Por eso, en menos de un mes emprendió el viaje con su tío Jesús, por el que cada uno pagó 60 mil pesos; ambos murieron asfixiados en la caja de un camión el 27 de junio.
“Mi mamá se fue y no la pasó fácil. Estaba embarazada, así cruzó el muro, pero llegó a Florida, donde vive. Mi tío Jesús ya había estado allá, pero lo deportaron cuando empezó el covid. Mi hermanito solo estaría allá tres años, quería ahorrar para construir una casa. Tener dinero ahora que naciera su hijo, comprar un coche y una moto para repartir comida, porque acá por más que uno se esfuerza. No hay manera”.
Estas son las palabras de Rosa Ortega, hermana de Pablo. La joven lee una y otra vez las conversaciones que tuvieron por WhatsApp antes de que él subiera al tráiler. Ya estaba en Estados Unidos, no se explica por qué metieron a los migrantes a la caja del camión.
En videos que Pablito envío a Rosa observó parte de su recorrido. Cómo llegó a Reynosa, Tamaulipas y permaneció “guardado” en casas de seguridad, después intentó cruzar el Río Bravo, lo logró hasta el cuarto día.
También le mandó un video en el que va escondido en una camioneta que ya iba sobre una carretera estadounidense y de la casa en donde estuvo hasta que lo subieron al tráiler.
“No sabíamos que lo subirían a un tráiler, lo último que me puso fue que en Houston ya estaría seguro y yo le puse que le echara ganas, que la mente positiva. Cuando dieron la noticia mi mamá le habló al coyote, todavía le dijo que mi hermano seguía en una bodega, pero él ya no contestaba mis mensajes, ya no le llegaban, luego encontraron su CURP, se identificó el cuerpo y los coyotes no volvieron a contestarle a mi mamá”.
El accidente de Chiapas
En noviembre de 2021, Celso Pacheco empeñó las escrituras de su casa. Tenía que juntar 100 mil quetzales, más o menos 13 mil dólares para salir de Guatemala y llegar a Houston, Texas.
El hondureño cruzó a Tapachula, Chiapas el 8 de diciembre y un día después entró a uno de dos camiones que transportarían hasta Puebla a poco más de 250 migrantes, según sus cálculos.
El tráiler en el que iba con otros 165 migrantes no llegó a su destino, volcó en el kilómetro 9 de la carretera Tuxtla – Chiapa de Corzo, en Chiapas. En el accidente murieron 55 migrantes.
“Sobreviví de milagro, eso pienso, íbamos en la parte de hasta atrás de la caja, iba platicando con unos amigos que hice en el camino y aunque íbamos apretados porque éramos muchos, sentimos que el tráiler iba muy jalado y en una curva ya no supe más hasta que me sacaron de la caja. Yo no había intentado ir a Estados Unidos, creía que era mucho arriesgue y mire, no he podido regresar a mi país y para qué. Tampoco quiero intentarlo de nuevo, además con qué voy a pagar, uno lo pierde todo, no vale la pena”.
¿Cómo operan los coyotes?
Ana Saiz, directora de Sin Fronteras señaló que el Instituto Nacional de Migración ha detectado el modus operandi de los “coyotes” que consiste en atravesar a pequeños grupos a Estados Unidos, los concentran en casas de seguridad y luego los transportan en cajas de tráiler o tracto camiones, en autos y camionetas.
Además el Departamento del Tesoro ha identificado que el tráfico ilícito de personas migrantes deja miles de millones de dólares a organizaciones criminales.
Sin embargo, afirmó que no pueden acabar con la migración solo con operativos en contra de estas bandas, sino que se debe optar por una migración regular y porque los gobiernos garanticen el acceso a oportunidades que propicien una vida digna en sus lugares de origen.
“A mi hermano no solo lo mató la delincuencia que controla la migración, sino esta pobreza que hay aquí. La falta de un trabajo honesto que le permitiera cuidar a su hijo, no se fue por qué sí”.
“Ya las autoridades verán qué deciden, pero lo que yo siento es que aunque maten al responsable o lo que sea, no me va a devolver a mis hijos. Ojalá la gente no se tuviera que ir”.
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