De acuerdo a Ulises Cortés, investigador de la Universitat Politècnica de Catalunya especializado en Inteligencia Artificial, en todo México no existe ni una décima parte de la capacidad de cómputo para hacer uno de estos modelos (como Open AI).
Julian Vásquez
El 29 de marzo, más de mil expertos en nuevas tecnologías firmaron de manera virtual una carta abierta que pide pausar 6 meses el desarrollo y entrenamiento de grandes experimentos en inteligencia artificial.
La iniciativa es apoyada bajo la idea de que “los sistemas de IA con inteligencia humana-competitiva pueden plantear riesgos profundos para la sociedad y la humanidad”. Elon Musk, director ejecutivo de Tesla y Twitter o Steve Wozniak, cofundador de Apple, apoyaron esta idea, pero, ¿por qué?
Porque las empresas que están haciendo dinero, no son suyas
Ulises Cortés, firmante de la carta e Investigador de la Universitat Politècnica de Catalunya especializado en Inteligencia Artificial, nos explica por qué surgió esta preocupación:
Lo que explica es la necesidad de prohibir un cierto un cierto tipo de tecnología que está basada en la inteligencia artificial, y no prohibir toda la inteligencia artificial.
Además, de hecho, esto no es una prohibición, sino es una moratoria de seis meses en el desarrollo de esta tecnología. Y se quiere parar porque es un tipo de tecnología que no está aprobada, no está certificada y no es transparente. Y además no se puede auditar. Todo esto lo hace una tecnología de riesgo.
No es Sknyet, es el dinero
El mayor riesgo de las IA no es una singularidad tecnológica a lo Skynet; por su falta de regulación, se puede convertir en víctima de la explotación de servicios digitales poco éticos:
Lo que ha ocurrido es que estas empresas aprovechando la falta de legislación, han producido una versión beta del programa, la han puesto en Internet, han hecho mucha publicidad. Los medios han caído y han amplificado el fenómeno y en un mes, 100 millones de personas se convirtieron en usuarios. Como la mayor parte de estos usuarios son adultos, pagan la Internet y pagan el teléfono, no hay manera sencilla de poner un “cortapiso”.
El mejor ejemplo de comercialización de esta tecnología es la empresa Open AI, desarrolladora del famoso Chat GPT, que en tiempo récord ha multiplicado su valor, como lo menciona el también miembro de la Sociedad Mexicana de Inteligencia Artificial:
Piensa que Open AI,que es la compañía que desarrolló el chat GPT, era una empresa que empezó con unos pocos cientos de millones, y ahora vale 29 mil millones. Pasó de ser una organización no gubernamental con fines humanitarios, a ser una empresa capitalizada.
Announcing GPT-4, a large multimodal model, with our best-ever results on capabilities and alignment: https://t.co/TwLFssyALF pic.twitter.com/lYWwPjZbSg
— OpenAI (@OpenAI) March 14, 2023
Los (malos) usos de las IA
Las IA tienen grandes aplicaciones para el beneficio humano, como generar diagnósticos médicos, pero también podrían utilizarse para ganar juicios o desarrollar armas. Si esto se une a que pocas compañías tienen la capacidad de desarrollo, se crearían monopolios gigantescos:
En todo México no existen -sumadas todas las máquinas que hay- ni una décima parte de la capacidad de cómputo o de almacenamiento de datos que se necesitan para hacer uno de estos modelos (Open AI). Y hay ocho o nueve de ellas. Esto significa que hay compañías privadas que tienen una capacidad económica para modificar el paso de la tecnología y convertirse a de una manera asimétrica y el verdadero monopolios del acceso a la información.
Legislación y educación, posibles respuestas
Para Ulises Cortés, así como otros humanistas y pensadores no empresarios que firmaron la carta, la solución más viable es que el gobierno intervenga:
El gobierno tiene que legislar. El problema es que en México y en muchos países, hay una legislación y no se ha hecho nada. Aquí lo que tiene que ocurrir es que los gobiernos entren. Si los gobiernos no entran al caso estamos, ante un verdadero problema para la democracia, porque habrá unos pocos que tengan mucho dinero, mucha infraestructura y habrá muchos que no tendremos nada.
La otra opción para frenar el mal uso de la IA, es la educación:
Tenemos que preocuparnos por entenderlo, para eso hay que educarse y si la gente pasa horas y horas jugando a las “pantallitas” y no leyendo, o educándose, no lo vamos a lograr. Cada año que esto no pase, se perderán cientos de oportunidades de educar a la gente. Pero esto es un problema de Estado es, una política de Estado.
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