El sobreturismo o turismo masivo está afectando los espacios culturales y naturales que dice admirar como el Louvre, playas Freshwater West o la Guelaguetza.
Escucha esta nota de Laura Velarde producida por Ricardo.
Laura Velarde
El turismo masivo está afectando los espacios culturales y naturales que dice admirar. Museos como el Louvre, playas como Freshwater West y celebraciones como la Guelaguetza enfrentan daños ambientales, pérdida de identidad y saturación. Algunas ciudades han comenzado a regular, pero el verdadero cambio depende de un turismo más cons
ciente y respetuoso, que valore la cultura viva más allá de la foto o el consumo rápido.
El sobreturismo inspirado en tradiciones y ficción genera contaminación ambiental y transformaciones
El turismo ha sido, desde siempre, una ventana al mundo. Un puente entre culturas. Una forma de descubrir el arte, la comida, las lenguas, las historias vivas de otras comunidades.
Pero hoy, ese mismo turismo está poniendo en riesgo lo que dice venir a admirar. El sobreturismo sucede cuando la cantidad de visitantes supera la capacidad de un sitio, afectando su infraestructura, su entorno y su cultura viva. Y en el arte, su impacto se traduce en la banalización de las obras, el deterioro físico de los espacios culturales, la masificación de experiencias estéticas y la pérdida del vínculo auténtico entre el espectador y la creación artística.
Un botón de muestra es el Museo de Louvre, en París. Según datos de la Organización Mundial del Turismo, en 2024, el Museo recibió 8.7 millones de visitantes. Solo la sala de la Mona Lisa llega a recibir hasta 20,000 personas por día. En junio de 2025, el personal del museo organizó una huelga histórica, exigiendo medidas contra la masificación. Puesto que el volumen supera con creces la capacidad para la que fue diseñado —originalmente pensado para unos 4 millones— y que ha llevado a describir la experiencia como “una prueba física”. ¿La causa? El museo más famoso del mundo está colapsando por su propio éxito. Así lo dijo Gustavo Marín Guardado, Doctor en antropología.
“La transformación, digamos, de los valores estéticos de los paisajes, hay transformaciones de todo tipo, tiene que ver también con la valoración, con la perspectiva de las identidades culturales de los de los espacios, de los lugares y de las identidades mismas de quienes habitan esos lugares.
Hay serias transformaciones en ese sentido y bueno, pues algunas personas lucharán, demandarán que no haya esas transformaciones mientras los procesos sigue en su curso y hay estas transformaciones vinculadas a nuevos valores de las juventudes que ven en esos paisajes cosas que ya vieron en el cine o en la televisión.”
El Louvre cerrado por huelga
— DW Español (@dw_espanol) January 18, 2020
A diferencia de la Torre Eiffel y otros lugares turísticos, el museo se había salvado hasta ahora de los paros contra las reformas de pensiones.
Una turista responde indignada: "He pagado 500 euros por, tren, hotel y museo. ¿Quién me lo reembolsa?" pic.twitter.com/Fmq61tJgxP
En Reino Unido, el turismo inspirado en Harry Potter ha transformado escuelas, estaciones y pueblos enteros, hoy son parte de una “ruta mágica” que marcó a toda una generación y mueve multitudes.
Aunque uno de los casos más insólitos —y preocupantes— ocurrió en Freshwater West, los fans del elfo Dobby, dejaron cientos de calcetines, piedras pintadas y objetos como homenaje, en el sitio donde se filmó su escena final. El lugar se convirtió en un foco de contaminación. Las autoridades pidieron a los visitantes detener la práctica. Ya que una playa real terminó siendo víctima de una historia ficticia.
“Se trata de una tendencia del turismo vinculada a la televisión, al cine como una forma de consumo cultural, que no es de ahora, sino que viene desde atrás, solo lo podemos lo podemos registrar desde décadas atrás de cómo inicia el cine, la literatura asociarse al turismo y como este hay un desarrollo de los lugares. Entonces, lo que podemos ver es que los impactos se registran como positivos y eso es un aspecto que también se debe de considerar.”
Stopped by Dobby's grave at Freshwater today and wrote a message on a pebble 😉 pic.twitter.com/JRCJoTYa7l
— Milli Hill (@millihill) August 18, 2021
¿El problema? Esos lugares, que antes eran espacios culturales o de encuentro local, han sido absorbidos por el circuito del fan, del marketing, del turismo rápido.
Cada julio, Oaxaca se convierte en epicentro cultural de México y del mundo. La Guelaguetza, fiesta indígena de raíces profundas nace del espíritu comunitario de los pueblos originarios, del principio de dar y recibir.
Pero hoy, esa generosidad enfrenta una nueva tensión: el turismo masivo. Cada año, más de 130 mil personas visitan la ciudad para participar en los eventos oficiales y paralelos. Según el doctor Gustavo Marín, esto genera contaminación ambiental y transformaciones.
“No solamente la contaminación del ambiente, sino la especulación inmobiliaria y la apropiación de la tierra del suelo, ¿no? Por grupos de élites y esto es un proceso, digamos, no solamente asociado a este esta estas modalidades, sino en general el turismo incentiva este tipo de dinámicas.
Obviamente también está asociado con eh la transformación, digamos, de los valores estéticos de los paisajes, eh hay transformaciones de todo tipo, tiene que ver también con la valoración, con la perspectiva de las identidades culturales de los de los espacios, de los lugares y de las identidades mismas de quienes habitan esos lugares.”
@casicreativos 📹: @MR 👈 Es una farsa presentar a la Guelaguetza como “la máxima fiesta de los oaxaqueños” cuando la realidad es que los propios habitantes de Oaxaca no pueden disfrutar de este evento. La gentrificación y la turistificación han elevado los precios a niveles exorbitantes, excluyendo a la población local y transformando esta celebración en un espectáculo para turistas, un mero negocio. La Guelaguetza se ha transformado en una vitrina para que los turistas consuman cultura a precios desorbitados, mientras los habitantes locales quedan al margen de la festividad. La Guelaguetza es la prueba viviente de cómo la cultura puede ser explotada y despojada de su esencia en nombre del lucro. — #Guelaguetza #Guelaguetza2024 #Oaxaca #CulturaOaxaqueña #CulturaPopular #Turistificación #Gentrificación #ExclusiónCultural #DesigualdadCultural #GuelaguetzaParaOaxaqueños #FiestaTradicional ♬ Paris - 3Hz
¿Qué sucede cuando las ciudades ya no se habitan, solo se visitan? Algunas ciudades ya están reaccionando: Venecia impone cuotas diarias; Kioto restringe el acceso a barrios tradicionales; París planea rediseñar la experiencia del Louvre. Y en Oaxaca, los colectivos locales han comenzado a exigir regulaciones al turismo y defensa del territorio.
Pero el cambio más profundo debe venir de los viajeros: viajar con conciencia, escuchar antes que fotografiar, elegir rutas que respeten al otro. Porque la cultura no es una postal bonita es un tejido viviente de memoria, sentido y comunidad.
Te recomendamos:
“No es solo una fiesta: es nuestra ceremonia más grande”: Presentan cartelera de Guelaguetza 2025