La CIDH reconoció que el derecho al cuidado es un logro feminista porque refleja la desigualdad que afecta a las mujeres.
Escucha la entrevista con la Mtra. Marissa Vivaldo-Martínez, integrante del Seminario de Sociología Política de los Cuidados del Instituto Mora.
IMER Noticias
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) reconoció la existencia de un “derecho al cuidado“, que el Estado y la legislación de cada país deberá garantizar.
“Una necesidad básica, ineludible y universal”.
Por ello, la Mtra. Marissa Vivaldo-Martínez, integrante del Seminario de Sociología Política de los Cuidados del Instituto Mora, expresó para Entrelíneas con Adriana Esthela Flores, que es uno de los más grandes logros de la lucha feminista de la región.
Esto, ya que, históricamente las mujeres son las encargadas de brindar cuidados, sea de manera remunerada o no.
“Nos da una luz porque representa el reconocimiento de las profundas desigualdades que afectan de manera desproporcionada a las mujeres de todas las edades”.
Tras recibir la noticia con beneplácito, indicó que las mujeres realizan trabajos de cuidado bajo una premisa profundamente patriarcal, lo cual habla de la división sexual del trabajo.
“Se piensa que somos las mujeres quienes tenemos que cuidar y con esta opinión se reconoce que el cuidado es un derecho y, además, un trabajo”.
¿Qué implicaciones tendrá?
La maestra señaló que a nivel jurídico cambiará el sistema de derechos humanos. Esto, porque, el instrumento de la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores —que ya incluía el derecho al cuidado— sólo es para un grupo específico.
Ahora, reconocerán al cuidado en toda la región como un “derecho autónomo” que requiere ser exigible y justiciable para garantizar su cumplimiento.
Además, subrayó que cuando no hay acceso al cuidado, se afectan otros derechos como la educación, salud o la vida misma.
“Es una resolución que hace que los estados se vean obligados a adoptar progresivamente medidas para garantizar el respeto y el acceso al cuidado para todas y todos”.
También recaerá en los derechos laborales porque en el futuro, tendrán que garantizar derechos sociales como el acceso a la seguridad social, el trabajo digno y prestaciones.
Vivaldo-Martínez enlistó los tres aspectos que reconoce la CIDH:
- Derecho a ser cuidado: Empezaremos un proceso de desfamiliarización de los cuidados. Ya no será una responsabilidad asociada al entorno familiar, el Estado lo proveerá.
- Derecho a cuidar: Sin discriminación, las personas cuidadoras merecen bienestar físico, mental, emocional, cultural y espiritual.
- Derecho al autocuidado: Procurar el bienestar propio y la atención a nuestras necesidades.
¿Cómo asegurar el derecho al cuidado?
Marissa Vivaldo afirmó que será necesaria una constante difusión de información que promueva un cambio cultural para entender que lo privado también es político. Es decir, que lo que ocurre en las familias tiene un impacto a nivel general en la cultura del país.
Por ello, el trabajo del cuidado ya no quedará obligatoriamente en manos de las mujeres.
También, tendría que existir un cambio normativo gradual en la Ley Federal del Trabajo para reconocer el cuidado no remunerado como un trabajo.
Así, el Estado asegurará el apoyo en las diferentes dimensiones de la vida de las personas que cuidan, como:
- Acceso a servicios de salud.
- Jubilación.
- Pensión.
Finalmente, otro reto será que las instituciones brinden los servicios que necesitan en todos en los entornos y espacios, no sólo el urbano.
“Tendrá que llegar a todas y todos en el país”.
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