El programa Aprende en Casa 2 impone retos a estudiantes, maestros y padres, que los ha llevado a buscar alternativas para no interrumpir el proceso de aprendizaje. Esta es una de esas historias.
Adriana Flores
Aprender a distancia es un desafío adicional para Alberto, un joven de 16 años, con Síndrome de Lenox y discapacidad intelectual y de lenguaje, a quien le cuesta mucho trabajo, concentrarse para las clases en línea que sigue vía teléfono celular, pues no tiene computadora.
Él inició clases en una secundaria particular incorporada a la SEP, donde, junto a otros nueve compañeros mayores de 15 años, aprende oficios para sumarse a la vida laboral, que incluye cocina y elaboración de manualidades. Su madre, Eva Cruz, cuenta cómo ha sido este proceso.
Desde el anterior ciclo escolar, el encierro provocado por la cuarentena afectó a Alberto, quien vio interrumpida su rutina y, además, por su edad, se quedó sin los medicamentos gratuitos que recibía por ser derechohabiente del IMSS. Él toma tres tipos distintos de tratamientos y ahora, ya no los tiene.
Ante esto, Eva se prepara para reforzar sus capacidades de cuidadora y en la escuela de su hijo, la directiva contempla que docentes puedan realizar clases a domicilio.
Para Itzel Hermida Carrillo, integrante de la red Yo Cuido México y coordinadora del colectivo de Educación Especial Hoy, casos como el de Alberto demuestran que la estrategia de la Secretaría de Educación Pública para este nuevo ciclo escolar no incluyó a las 870 mil alumnas y alumnos con alguna discapacidad o necesidades de educación especial. Por ejemplo, en el diseño de los programas de televisión y de los cuadernillos de trabajo no fueron contemplados los diferentes tipos de discapacidad que existen, sino solo la visual y auditiva.
Otros ejemplos, destacó, es que no hay programas de televisión destinados a estudiantes con discapacidad de educación media superior; de nueva cuenta, hay libros de texto en braille o microtipo que no han llegado a las escuelas y, sobre todo, enfatizó, no hubo un diálogo de la SEP con organizaciones y especialistas de la sociedad civil para diseñar una estrategia educativa a distancia para la población con discapacidad.
A esto se suma, dijo, que las autoridades tampoco tomaron en cuenta el estado de salud emocional y mental del alumnado, lo que hace necesario aplicar estrategias de contención emocional para enfrentar la pandemia.
Los colectivos de cuidadores y docentes se han organizado para dar seguimientos a estudiantes vía telefónica, grupos de WhatsApp y Facebook, adaptaron cuadernillos y los entregaron en papelerías para quienes no tienen internet y otros van a los domicilios a impartir clases. La activista consideró que la SEP aún está a tiempo para iniciar un diálogo con organizaciones civiles, especialistas y familias para diseñar una estrategia especial
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