Aunque la ley puede ser perfectible, se necesita un debate amplio entre los sectores. Ahora Morena empuja una iniciativa en San Lázaro.
El investigador Hugo Concha, en entrevista con Elia Baltazar.
IMER Noticias
Lo que Morena pretende con proponer una reforma a la Ley de Amparo que blinde las operaciones de la CFE y de Pemex es hacerle un traje a la medida al presidente, opinó Hugo Concha, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
Un traje a la medida que, además, significaría un riesgo enorme para el país, subrayó.
“Ahora lo que se quiere es hacer un traje a la medida para que esta protección tan importante que tenemos los mexicanos prácticamente sea inoperante en los temas que le parecen altamente sensibles a este gobierno. Los mecanismos de protección de nuestros derechos, como nuestra Constitución o nuestro sistema jurídico, debe pensarse más allá de las modas o de las tendencias o de las necesidades de un gobierno en específico; se tiene que pensar como una visión de mediano y largo plazo de lo que requiere nuestra sociedad y lo que requiere nuestra democracia constitucional. Ahí es donde yo veo mal a esta iniciativa que prácticamente en cuestión de horas atendió una idea, una solicitud del presidente”.
Hugo Concha dijo que la diputada Celeste Ascencio Ortega, promotora de la iniciativa de reforma, busca congraciarse con lo que llamó una “ocurrencia” del Presidente de la República; además, destacó las bondades históricas de la Ley de Amparo.
“Si algo tenemos de qué estar orgullosos, desde el punto de vista jurídico en México, es de contar con el juicio de amparo, creado desde la primera mitad del siglo XIX, con sus orígenes en Yucatán, llegó finalmente al constitucionalismo mexicano y fue un ejemplo en el mundo. Sin lugar a dudas, es un juicio que se ha quedado un tanto rezagado, que tiene defectos a pesar de la reforma que sufrió la Ley de Amparo en el año 2011, porque se trata de un mecanismo muy potente para la protección de nuestros derechos”.
Dijo que la Ley de Amparo es perfectible, que puede ser reformada, pero requiere una discusión amplia entre los sectores y no sólo porque al presidente se le haya ocurrido.
“Yo creo que se pueden discutir mejoras, fortalecer este tipo de mecanismos, fortalecer en general nuestro sistema de justicia, pero lo que no se puede hacer es tratar de acomodar el sistema de justicia, la Constitución y los mecanismos de defensa de nuestros derechos al gusto del cliente”.