La desaparición forzada es una de las violaciones a derechos humanos más complejas, ya que desarticula al ser humano a un nivel psíquico. No hay manera de superarlo, pero sí se puede empoderar a los y las familiares de personas desaparecidas a través de la resiliencia.
IMER Noticias
Dentro de las violaciones graves a derechos humanos, el fenómeno de la desaparición forzada es sumamente complejo porque es la que más implicaciones tiene. Para empezar, desarticula psíquicamente a un ser humano, le destroza. Es necesario un proceso de resiliencia para ayudarle a reconfigurarse.
Además, se trata de un fenómeno que proliferó rápidamente. En menos de 12 años, la cifra de 61 mil quedó atrás, siendo ahora de 73 mil 201 personas desaparecidas de acuerdo con información oficial; sin embargo, colectivos dicen que la cifra real podría ser del doble.
La doctora Karla Salazar comentó que México era un país considerado pacífico hasta hace alrededor de dos sexenios, debido a las políticas de seguridad que se promovieron, lo que provocó un aumento de la desaparición forzada.
“La desaparición forzada no se supera”
Salazar subraya el hecho de que esta violación a los derechos humanos no es algo que se supere. Para los familiares, la constante incertidumbre del ser querido es algo que corroe día con día. Ante esto, se requiere de los pilares de la resiliencia: solidaridad, creatividad, flexibilidad, empoderamiento y resistencia.
“Nadie puede ser resiliente en soledad”
Son los grupos de familiares de desaparecidos y desparecidas y los colectivos que impulsan su búsqueda quienes han empujado la agenda pública. Los retos del estado, señala Karla Salazar, son ampliar la escucha de las necesidades de estos grupos y reconocer que no tiene la capacidad para atender correctamente el fenómeno.
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