En los Estudios Churubusco, la historia del cine mexicano se escribe con voces femeninas. Mujeres como Maribel y Magda han transformado los laboratorios, modernizado procesos y preservado la memoria fílmica del país. Su talento impulsa una revolución silenciosa que combina innovación tecnológica con sensibilidad artística, demostrando que el corazón del cine también late en femenino.
Escucha este especial con la producción de Alberto Palomino.
La historia del cine mexicano se escribe en los Estudios Churubusco. Mujeres como Maribel han transformado los laboratorios, modernizado procesos y abierto camino en un espacio antes dominado por hombres. Hoy, su creatividad y talento son parte esencial de la memoria viva del cine: restauran clásicos, digitalizan negativos y proyectan el futuro de la industria, demostrando que Churubusco es más que un estudio, es una comunidad donde la innovación y la igualdad caminan de la mano.
“Siempre me incluyeron”
La historia del cine mexicano se construye día a día, pero también se reescribe con la participación de nuevas voces. Entre ellas, las mujeres han dejado una huella profunda, transformando no solo la técnica, sino también la cultura de los estudios Churubusco.
Maribel llegó a Churubusco en 1997, proveniente de la industria farmacéutica, y pronto se convirtió en parte integral del laboratorio. Sus primeros días incluyeron la transición de procesos manuales a digitales, la modernización de equipos y la certificación internacional, etapas que hoy considera hitos en su carrera.
“Aquí en Estudio Churubusco siempre el ambiente ha sido muy tranquilo. Bueno, yo nunca he sentido esa discriminación del hecho de que seas mujer, vas a estar así como que relegado, de que no. Yo, gracias a Dios, desde que llegué aquí, pues sí entré con el pie derecho, puedo decir. Eh, fui aceptada por todos los compañeros que en ese entonces era la mayoría hombres.
Parece que nada más había una chica que era impresora y de ahí en fuera era bastante personal que había, pero la mayoría, digamos, el 90% hombres. Pues nunca tuve, afortunadamente, nunca tuve ningún contratiempo ni ningún problema con los compañeros, muy respetuosos. Pues ahora sí que no nada discriminativos, por así decirlo, siempre me incluyeron y pues afortunadamente no tuve ningún problema.”
Su historia refleja un cambio más amplio: antes, apenas dos o tres mujeres trabajaban en un entorno dominado por hombres. Hoy, el panorama ha cambiado, Víctor Manuel Barragán Zamora, veterano del estudio, subraya el avance de la participación femenina y destaca su creatividad y habilidad.
“Desde que estudiaba ingeniería, pues éramos 50 hombres, bueno, éramos 50 alumnos y había tres mujeres, o dos mujeres. Afortunadamente ya está un poco cambiando el nivel, ¿no? O sea, ya ya hay más mujeres. Y además, ahora que, por ejemplo, que hubo la convención de la AES, me dio mucho gusto ver muchas estudiantes, mujeres que venían ahí, que colaboraban y que metían. De hecho, en el staff, que es uno de los trabajos más fuertes de poner luces, levantar y todo eso, actualmente hay mucho más chicas que antes. Antes todos los staff prácticamente eran de hombres.”
Las mujeres en Churubusco: una historia de transformación
La historia de las mujeres en Churubusco es también una historia de transformación tecnológica y artística. Desde procesos manuales hasta equipos digitales de última generación, su creatividad ha sido clave para que clásicos del cine mexicano se restauren, se preserven y lleguen impecables a nuevas audiencias cinéfilas.
En la historia del cine mexicano, las mujeres han tenido que abrirse camino. Hoy, muchas son productoras, directoras y creadoras reconocidas, pero no siempre fue así. De esta manera lo recuerda, Magda.
“Pues aquí muchas mujeres, en el cine, hasta se han dado, han salido muchas mujeres productoras, muchas mujeres que han hecho mucho cine y que realmente pues son reconocidas, ¿no? Antes la dirección pertenecía más al rango de los hombres, ¿no? Entonces ahorita pues ya por muchos cambios que ha habido también muchas mujeres ya son directoras de cine también.”
En sus palabras hay también un homenaje a Lupita, aquella jefa que se convirtió en figura de resguardo y fortaleza, la que siempre daba la cara por todas.
“Nosotros estábamos a cargo de una persona y esa persona era la que siempre salía a dar la cara por nosotras y ella era la que recibía todas las indicaciones, todos, pues de alguna manera a veces hasta regaños por nosotras. Entonces, realmente nosotros nunca tuvimos esa situación, ¿no? Ella era la que si luego la veíamos media apachurradona o luego la veíamos sacada de onda o luego decía, “Pues vamos a sacar esto.” ¿No?
Pero realmente este yo no personal, no te puedo decir que yo sufrí algo así, no, porque ella siempre Lupita era la que siempre daba la cara por todas nosotras en nuestro departamento y ella nos cuidaba mucho en ese sentido.”
Maribel y Magda, junto con muchas otras, forma parte de esa memoria activa: cada negativo restaurado, cada laboratorio modernizado y cada proyecto completado refleja la pasión y el compromiso de quienes hacen del estudio un espacio de innovación constante.
Churubusco no es solo un lugar de trabajo: es una escuela, una comunidad y un laboratorio donde la memoria cinematográfica se mezcla con la innovación tecnológica. En este escenario, las mujeres se han consolidado como protagonistas de una historia que aún se sigue escribiendo. Su talento, creatividad y visión contribuyen a que cada película proyectada, cada sonido registrado y cada set construido sea un testimonio vivo de la riqueza y diversidad del cine mexicano.
El legado de Churubusco no se mide únicamente en películas o premios; también se refleja en la memoria viva de quienes lo habitan. Desde la restauración de negativos hasta la producción de sonido y la digitalización de clásicos, las mujeres no solo participan: lideran, innovan y mantienen viva la magia de un estudio que sigue siendo la cuna de los sueños cinematográficos y de ellas mismas.
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