Cocina en Tránsito reúne recetas y memorias de mujeres migrantes en Tijuana que preservan su identidad a través de la comida.
Escucha este especial con la producción de Sofía Gutiérrez.
Hazel Zamora
¿Cuál es el platillo que te recuerda a tu hogar?, ¿a tu familia, a tu mamá o a tu abuelita?, ¿cuál es el que más te gusta preparar para las personas que quieres?, ¿o el que eliges para reconfortarte?
Ahora imagina que un día no puedes hacerlo. Que los alimentos a tu alcance son pocos o desconocidos. Que no puedes elegir qué comer, ni cuándo.
Esa es la realidad de muchas personas migrantes, que viven el desarraigo de sus territorios, de su cultura y de su identidad.
Sabores que cruzan fronteras
Por eso, en Tijuana, Centro 32, una organización civil que acompaña a personas en movilidad, creó “Cocina en Tránsito“: Un recetario que guarda los sabores, las historias y las memorias de las mujeres que cruzan esta frontera camino hacia Estados Unidos.
En IMER Noticias visitamos las instalaciones del centro para conversar con Imelda Verduzco y Emely Arroyo, quienes nos compartieron cómo se construyó este proyecto.
“El recetario surge pensando en esa parte importante de que las personas pudieran cocinar y recordar lo que hacían en su país”, explica Imelda Verduzco.
Imelda Verduzco es una de las trabajadoras del Centro que visita los albergues en la frontera para brindar herramientas a las personas migrantes.
Decidió impulsar este proyecto como una forma de reunirlas alrededor de la cocina y fortalecer los lazos comunitarios. Propuso que todos los platillos tuvieran un ingrediente base: la soya.
“Porque la soya es económica, nutritiva y rendidora”, comenta. “El proyecto inició llevándoles degustaciones sin decirles que era soya. Las personas no lo identificaban y decían: ‘¡ay, qué rico!’”.
En los talleres, las mujeres comenzaron a adaptar la soya a las recetas que conocían y en las charlas que provoca el fuego descubrieron que cada platillo guarda el conocimiento de generaciones de mujeres y de las comunidades que dejaron atrás.
“Las mujeres empezaron a adaptar la soya a las recetas que conocían. En las pláticas que surgen alrededor del fuego descubrimos que cada platillo guarda el conocimiento de generaciones”, comparte Imelda.
“La cocina une. Es conocimiento, arte y herencia. Lo que aprendes de tu abuela, de tu mamá… y ellas lo aprendieron de las suyas.”
Para Emely Arroyo, una de las coordinadoras del proyecto, ese intercambio de saberes crea vínculos profundos:
“Ellas quizá no lo dicen así, pero cuando cuentan: ‘mi abuelito me enseñó esto’ o ‘esto me hacía mi mamá cuando estaba triste’, te das cuenta de que la comida está llena de afectos.”
Mujeres que dejan huella en Tijuana
Para conservar ese conocimiento multicultural, el siguiente paso fue convertirlo en un recetario: “Cocina en Tránsito“.
El libro reúne 15 recetas y las historias de mujeres de Colombia, El Salvador, Honduras y otros países, que han dejado en Tijuana una huella de su paso y su identidad a través de la comida.
Entre ellas están Martha y Mary, migrantes que encontraron refugio en Tijuana y participaron en este proyecto.
“Soy Mari Esperanza Serrano, soy de Colombia. Llevo casi nueve años aquí en Tijuana. En mi recetario puse las arepas colombianas. Algunas personas dicen que son venezolanas, pero yo me fui con las colombianas. Se pueden hacer de muchas formas, con carne molida, y eso les da un sabor espectacular”, comparte.
Mari llegó a México en 2019, y desde entonces ha aprendido nuevos platillos y técnicas:
“Aprendí a hacer ceviche, a hidratar la soya… Me sorprendí al igual que quienes la probaron. Muchas no sabían de qué era y quedaron encantadas. Este aprendizaje va a llegar a muchas personas, para apoyar a los migrantes.”
Para Emely Arroyo, este recetario también busca impulsar el derecho a la alimentación y la justicia alimentaria de las personas migrantes.
“La justicia alimentaria la veo cuando se les da herramientas para que puedan decidir qué y cómo comer. En ciertos espacios se les obliga a comer aunque estén tristes, pero la alimentación también tiene que ver con las emociones”, explica.
Actualmente, en Centro 32 trabajan en la segunda fase del recetario, que incluirá recetas locales de las migrantes con los ingredientes que utilizan en sus comunidades de origen.
“Buscamos formas de que las personas se desarrollen, que puedan transmitir sus conocimientos y regalarnos una parte de su cultura a través de sus platillos”, concluye Imelda Verduzco.
El recetario “Cocina en Tránsito” puede solicitarse directamente en la página oficial de Centro 32.
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