El boxeador universitario comparte la forma en la que este deporte le cambió la vida.
Por Irma Cuevas
Como una alternativa al asma que sufrió de pequeño, Aldair Hernández encontró en el boxeo una forma de resistencia a la enfermedad que le aquejaba. Su disciplina lo convirtió en practicante amateur del deporte que le apasiona.
“Sufría continuos ataques que me impedían respirar, mi médico me recomendó practicar un deporte. Me incliné por el boxeo desde los 14 años y a los 24 no lo he dejado de practicar”.
El hoy estudiante de Derecho, en la UNAM, comparte la forma en la que esta disciplina le cambió la vida. Gracias al apoyo de entrenadores de la UNAM, actualmente combina la práctica del boxeo a la par de su carrera académica.
“Necesitas gusto y motivación. Todos los días hacía viajes de dos horas desde mi casa en Neza, hasta Ciudad Universitaria pero nunca he tirado la toalla. En peso medio fui subcampeón de la Universiada Nacional y bicampeón en peso semicompleto.”
El boxeo es uno de los 54 deportes con que cuenta la Dirección General de Deporte Universitario, a disposición de la comunidad universitaria, pero que también, durante la pandemia, llegan a la población en general.