Luego de tres días de su salida, aún no logra dormir. El equipo de investigadores espera repetir el experimento con al menos 20 personas.
Guillermo Arroyos
La prueba a la que se sometió Beatriz, forma parte de un estudio encabezado por especialistas de la Universidad de Granada, la Universidad de Almería y la empresa Kronohealth, enfocada en el estudio y mejoramiento del sueño.
Con ese objetivo Beatriz Flamini ingresó a una caverna en Granada, España, a 70 metros de profundidad, equipada con una computadora que únicamente le permitía activar una señal de pánico. No tuvo acceso a internet, tampoco era posible consultar la fecha.
Los científicos han respondido a las críticas en torno al desalojo de la cueva durante ocho días, aclarando que su intención nunca fue batir récords mundiales; la evacuación se debió a una falla estructural que se atendió de emergencia y no afectará negativamente la validez de los resultados. Además, Flamini no tuvo contacto con el equipo en ese periodo, se desplegó una tienda de campaña donde continuó su aislamiento.
La prueba
Por su parte, la deportista de alto rendimiento ha relatado brevemente su experiencia al interior de la cueva:
- Leyó 60 libros durante su estadía
- Consumió más de mil litros de agua
- Necesitó una tonelada de alimento
También confesó haber sufrido alucinaciones auditivas; sólo escuchaba su voz cuando hablaba consigo misma, por lo que ahora se le dificulta estructurar y comprender oraciones complejas.
Los médicos esperan que Flamini presente cuadros de ansiedad, depresión e insomnio en los próximos días.
El equipo ya prepara un video documental para hacer públicos los avances y reveló su interés de replicar la prueba con un grupo más grande para obtener una muestra significativa.
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