Pese a que en el país llevaron a cabo esfuerzos para que más mujeres indígenas ejerzan sus derechos, ¿qué ha fallado para lograrlo?
Escucha la mesa de análisis con Herlinda Guadalupe Que Dzul, mujer maya y promotora cultural, y Jessica Moreno, mujer Jñatrjo (mazahua), docente y gestora institucional.
IMER Noticias
En el marco del 25N, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, Adriana Esthela conversó con Herlinda Guadalupe Que Dzul —mujer maya y generadora de economías solidarias— y con Jessica Moreno —mujer mazahua, experta en el desarrollo de campañas de comunicación con pertinencia cultural y lingüística— sobre la situación de la mujer en México.
En ese sentido, Herlinda manifestó que, si bien nuestro país ha avanzado legislativamente en materia de derechos indígenas, no es suficiente.
Aunque ahora son sujetos de derecho, y no objeto de interés público, hacia las mujeres todavía hay un retroceso en el ejercicio de los derechos plasmado en la política pública cotidiana.
“Limitan nuestro ejercicio de derechos con repercusiones inmediatas de acceso a la salud, educación, movilidad, desarrollo económico y más, los cuales tendrían que estar asegurados para que podamos vivir vidas plenas”.
Cuando hablamos de los derechos de las mujeres indígenas, dijo, deben considerarse:
- Derechos humanos.
- Garantías individuales.
- Ejercicios comunitarios.
- Roles al interior de las familias.
- Autodeterminación de sus territorios.
Por su parte, Jessica comentó que se trata de un tema que debe analizarse todos los días, y celebró que miles de mujeres salgan a manifestarse este 25 de noviembre. Sin embargo, lanzó la pregunta: ¿quiénes son esas mujeres?
Al respecto, reflexionó que, pese a las acciones con las que el gobierno garantiza que más mujeres conocerán sus derechos, Jessica sostuvo que no es así:
“Si dentro de las comunidades preguntamos a las mujeres si conocen sus derechos, dirán que no, y menos si no tuvieron acceso a la educación, ya que históricamente han sido encasilladas para cubrir roles familiares”.
Manifestó que cotidianamente están siendo violentadas y vulneradas. Y ejemplificó que las mujeres indígenas agricultoras, comerciantes y jefas de familia no tienen derecho a la herencia:
“Están siendo desprotegidas; todo se queda para los hombres”.
¿Qué pasa cuando se rompen las estructuras sociales?
Jessica Moreno sostuvo que las mujeres han resistido y, para ello, tuvieron que salir de sus comunidades para estudiar, aunque por romper esas estructuras tradicionales fueron juzgadas.
“Pese a todo agradezco conocer y ejercer mis derechos. Debemos mirar hacia nuestras comunidades, hacer gestiones y preguntarnos: ¿qué vida queremos? ¿qué vida quiero para mi hermana, nieta o sobrina?”.
A su vez, recalcó que la violencia es cotidiana, independientemente de que haya mujeres ocupando puestos de poder. Y, cuestionó que cuando solo están para cubrir una cuota de paridad de género, ¿realmente estamos asumiendo un papel digno para todas las mujeres que han sufrido violencia?
En torno a ese punto, indicó que “desde el escritorio no podemos avanzar mucho”, lo que tiene que hacerse es trabajar con pertinencia lingüística y ser cercanas.
Es decir, que las políticas públicas y esfuerzos partan de colocarnos en la situación de las otras mujeres, más no de sustituirlas.
“Quiénes nos están analizando y diciendo cuáles son nuestras problemáticas, tendríamos que ser nosotras mismas. Ser las mujeres indígenas las que digamos qué violencias se viven en la comunidad y qué situaciones enfrentan.
Por mucho tiempo, quienes han estudiado y hablado de feminismo han sido las mujeres blancas, han llegado a nuestros pueblos y han hablado de nosotras sin nosotras”.
Lucha por la visibilización
Herlinda puso en la mesa su organización “Mujeres que somos semilla“, la cual es una cooperativa integrada por mujeres que toman decisiones y hacen presencia pública.
Recalcó que su importancia recae en la posibilidad de hacer visibles a las mujeres indígenas para que comiencen a ejercer una acción política susceptible de ser tomada en cuenta.
“Hay niñas y mujeres mirándolas, a las que van a impactar”.
Sobre la violencia hacia las mujeres, reflexionó que son las mismas formas en todos lados, pero al interior de las comunidades los motivos que generan esas violencias y los procesos que los sostienen son diferentes.
Por ello, tenemos que mirarnos y construirnos con nuestros propios criterios y procesos para caminar juntas.
Así, recordó la convocatoria del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) para recibir a una nueva persona titular, por lo que enfatizó la importancia de que el puesto sea para una mujer joven indígena hablante de su lengua.
“Tendría la sensibilidad de tocar lo que hay que tocar para fortalecer lo que hay atrás de la lengua: cultura, motivos, economía, política, interacción social, la existencia misma y el territorio natural”.
Defensa de territorios
Jessica Moreno mencionó que debemos reprensar qué significa “desarrollo” para las comunidades porque las empresas nacionales y extranjeras ven “urbanización y economía”, cuando ellas de pronto ven la desaparición de su entorno y recursos naturales.
“¿Qué significa tener megaproyectos en las comunidades a las que no se les consultó?”
Esta razón ha causado el desplazamiento de personas indígenas de sus pueblos porque se vuelve imposible habitar. Pero con ello, pierden contacto con sus raíces e identidad, y llevarlos a otros espacios se vuelve complejo debido a la discriminación.
Para Herlinda, el respeto a la autodeterminación de los pueblos dentro de su propio territorio es esencial. Esto, ya que, implica que tienen derecho a organizarse para satisfacer sus necesidades económicas.
Lo que no necesariamente cruza con la explotación de sus tierras, agua o minerales. “Esa es la ambición de grandes empresas ajenas a las comunidades e incluso ajenas al país”, señaló.
Expuso que se trata de un derecho colectivo porque una sola persona no es propietaria de los territorios, se necesita una consulta libre e informada.
“No son las 3 hectáreas donde vives y siembras tu maíz; es lo que hay abajo, lo que hay encima y lo que hay arriba”.
Finalmente, Jessica sostuvo que la lucha no ha sido fácil, sobre todo por ser mujeres y por ser indígenas, pero que siempre hay mujeres empujando y sintiéndose orgullosas de que “cuando una mujer avanza, avanzamos todas“.
En tanto, Herlinda se pronunció diciendo que las mujeres indígenas no son ancestras de nadie, como cotidianamente se les llama.
“Somos mujeres vivas, tangibles y presentes; tomemos nuestro lugar, nuestro espacio y hagamos valer nuestra voz”.
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