En un hecho histórico, familiares y detenidos por la fuerza por militares entre 1965 y 1990 recorrieron el campo militar número uno.
Nayeli Valencia
Por primera vez, víctimas de torturas y de detenciones forzadas cometidas de 1965 a 1990 recorrieron el campo militar número uno ubicado en Naucalpan, Estado de México.
Ingresaron a las 10:35 por la puerta 8 bis en siete camionetas y acompañados por peritos arquitectos, criminalistas e integrantes de las siguientes comisiones:
- Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas.
- Comisión Nacional de Búsqueda.
- La Comisión de Derechos Humanos.
- Comisión del Mecanismo para la Verdad y el Esclarecimiento Histórico.
Esta fue la primera de tres visitas donde 30 sobrevivientes y 26 familiares harán labores de reconocimiento, búsqueda e investigaciones para localizar a sus familiares desaparecidos.
Además de saber qué pasó con ellos o documentar el modus operandi del ejército, en uno de los centros clandestinos de reclusión más grandes de la época.
Hasta hace poco, calificado como un muro infranqueable porque por su puerta sólo pasaban militares.
No obstante, el pasado 22 de junio , el presidente Andrés Manuel López Obrador, como jefe de las fuerzas armadas, autorizó la entrada al campo.
Además de la apertura de archivos militares a la Comisión de la Verdad y Esclarecimiento Histórico.
Las voces de las víctimas
Ese día, Micaela Cabañas Ayala recordó la tortura y abuso que sufrió junto a su madre por parte de militares.
Sólo por ser hija de Lucio Cabañas Barrientos, maestro rural e integrante del Partido de los Pobres.
“El campo militar en ese entonces era considerado el centro clandestino de reclusión más grande de esa época”
“Y quiero decirles que ahí empezó nuestro calvario, cuando llegamos aquí. Mi madre fue torturada, fue violada y fue ultrajada, pero me defendía, porque dice que en las noches llegaban los militares y me tomaban de un pie y ponían una pistola en la cabeza y me decían: ‘Dinos dónde está Lucio.’ Pero, ¿a dónde estaba, si ellos ya los habían matado?”.
“Sufrimos tortura, tortura física, moral y sicológica, y muchas otras violaciones, incluida la sexual, puesto que mi madre salió de aquí embarazada del gobernador de ese entonces del estado de Guerrero”.
“A mí —disculpen la palabra— me da hasta asco pronunciar su nombre. ¿Y saben por qué? Por el único hecho de ser familiares del maestro Lucio, solamente por eso”.
¿Qué sabemos de la Guerra Sucia?
Hasta ahora, lo que ocurrió en el campo militar número uno sólo se ha conocido gracias a testimonios de sobrevivientes de la llamada Guerra Sucia.
También de archivos a los que el gobierno ha tenido acceso. Así lo reconoció el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, en la apertura de archivos a la Comisión de la Verdad.
“En este lugar, en el mes de junio de hace 46 años se instaló una de las agrupaciones represivas más temidas en el país, la Brigada Blanca. Desde este lugar, hace 51 años se implementó el Plan Telaraña para combatir y desarticular las guerrillas encabezados por los profesores Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas Barrientos”.
“Desde esa zona de Lomas de Sotelo se emitió un telegrama a la comandancia de la 35 Zona Militar de Chilpancingo, Guerrero, ordenando, cito: Ratifíquese orden y sentido de incrementar actividades a fin de localizar, hostigar, capturar o exterminar a las gavillas que operan en esa región debiendo utilizar el máximo de las medidas de seguridad”.
Durante el recorrido de casi 13 horas, los militares no les permitieron utilizar teléfonos celulares. Al momento, no hay una versión oficial de la primera de tres jornadas de reconocimiento.
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