Más de 31 mil jóvenes no se quedaron en ninguna de sus opciones de bachillerato en el examen de Comipems.
Misael Roldán
En 2023, como cada año, la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (Comipems) realizó exámenes de asignación para más 286 mil adolescentes en búsqueda de continuar con sus estudios de bachillerato en algún plantel educativo de la Ciudad de México.
Este año el promedio del examen de Comipems fue de 68 aciertos, 19 respuestas correctas por debajo del mínimo requerido para ser aceptado en alguna de las opciones que ofrece la UNAM, la institución más demandada por los aspirantes. En 2022 el promedio estaba en 69 reactivos correctos, un acierto más que este año.
También en 2023, en comparación con el año pasado, el porcentaje de jóvenes que obtuvieron un lugar en su primera opción de bachillerato se redujo casi 2 por ciento. Fueron 73 mil adolescentes, apenas el 29.7 por ciento de las y los aspirantes.
Pagar cursos intensivos para volver a hacer el examen
Por otro lado, existen casos como los de Julio Cesar, uno de los más de 31 mil jóvenes que obtuvieron como resultado CDO, es decir “Con Derecho a Otra Opción” debido al resultado tan bajo que obtuvieron en su examen.
Julio César señala que su familia lo apoya emocionalmente para realizar el examen el próximo año, mientras que él planea trabajar y ahorrar para pagar sus propios cursos.
“Pues que le siga echando ganas, que no todo está perdido y que siga adelante porque en sí la vida no se me vino abajo, que fue un descuido, pero para el próximo examen que sigue de mi esfuerzo. o sea, además de mí, pues trabajar, ahorrar un poco y buscar cursos que me puedan preparar mejor mucho mejor para el próximo examen.”
No aceptada por segunda ocasión
También está el caso de Regina Ramírez, una adolescente que por dos años consecutivos realizó su examen de Comipems y se quedó sin opciones de estudiar en la UNAM, que eran las que ella buscaba.
En 2022 su familia la apoyó con un curso que costó más de 4 mil pesos y la transportaban desde Toluca hasta la capital del país todos los fines de semana. Un gasto que representa al menos otros 4 mil pesos al mes solo en casetas y gasolina.
Ante una inversión tan fuerte para su familia, la joven señala que este año el método de estudio cambió e incluso mejoró su promedio final, pero nuevamente se quedó sin escuela.
Tras enterarse del resultado de este año, Regina nos cuenta que la mejor opción para ella y su familia será continuar sus estudios en la Universidad Autónoma del Estado de México, pensando en terminar aquí este proceso educativo y al terminar realizar el examen de aceptación para las Licenciaturas de la UNAM.
“Pues un poco triste, porque no fue lo que esperaba, pero no me desanimé, porque tenía un lugar asegurado en la UAEM, en la Preparatoria número 3. Ya pienso quedarme acá y prepararme mucho mejor para el examen de la Universidad”.
Trabajar para apoyar en casa
Además de estos dos casos, contactamos a Demian García, un chico que a los 16 años que, por las condiciones económicas de su familia, ya no aplicará para el examen el próximo año y se mantendrá trabajando para apoyar en casa.
Su nuevo horario laboral impidió que participara en este trabajo, pero representa otra de las realidades que viven los jóvenes capitalinos que se quedan sin la opción de continuar estudiando en escuelas de carácter público.
En promedio, cada año se quedan sin escuela más de 30 mil jóvenes, algunos se siguen preparando y otros desertan, pero sin duda es un tema que afecta de muchas maneras a la población adolescente en nuestra ciudad.
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