Aunque las competencias se realizarán, a los juegos le hará falta un elemento que unía a los países en las gradas: el público.
Conoce todo lo que representan los juegos olímpicos que debieron realizarse el año pasado.
Irma Cuevas, Jorge Villordo y Alfonso López
Los juegos olímpicos de Tokio atravesaron un largo y sinuoso camino para su celebración.
La capital japonesa partió del júbilo que significó su designación como sede olímpica, en septiembre de 2013, a la incertidumbre que todavía ronda la suerte del evento por la pandemia de Covid-19.
Con excepción de Berlín en 1916, Tokio en 1940 y Londres en 1944, cuando las dos guerras mundiales obligaron la cancelación de la justa olímpica, ninguna otra ha tenido que superar tantos obstáculos como esta de Tokio.
Por culpa de la pandemia, decenas de deportistas cancelaron su participación, las 42 sedes deportivas quedarán sin público, y hay recelo y protestas de los japoneses, que temen un incremento de contagios y un nuevo estado de emergencia en su capital.
Los Juegos Olímpicos #Tokio2020 se llevarán a cabo del 23 de julio al 8 de agosto de 2021. pic.twitter.com/Acz4Zylf4u
— #Tokio2020 en Español (@Tokyo2020es) March 30, 2020
De las ganancias económicas que Japón esperaba por la celebración de las Olimpiadas, ni hablar. Los analistas constantemente ajustan cálculos y reducen expectativas.
El analista financiero Iván Pérez considera que la repercusión para la economía de Japón irá más allá del 2021.
“Y eran como quince mil cuatrocientos millones de dólares la suma total, que es una cosa estruendosa, ya con los casi tres mil millones de dólares que el comité organizador y las autoridades de Japón hablaron del costo de la pandemia por retrasar un año y la verdad que no sé ve cómo vayan a salir por lo menos tablas. La verdad es que seamos honestos las cuentas no le iban a salir a Japón y pues con la pandemia, la verdad es que el tema no pasa por lo que va a suceder este año, sino lo que tiene que pagar y las cosas con las que se ha endeudado Japón”.
Los juegos, un respiro ante la pandemia
Aunque el saldo no parece favorable, este viernes 23 julio el mundo celebra la edición 32 de los Juegos Olímpicos, con la esperanza de un respiro en medio la trágica pandemia que ha dejado más de cuatro millones de personas muertas en el mundo.
Su efecto emocional lo explica Carlos Vázquez, psicólogo de la UNAM.
“Socialmente, es una fiesta de 15 días, es una fiesta continua, es un momento donde la gente modifica sus hábitos de vida, la gente se desvela, trabaja en el día para no perderse ninguna competencia”.
Tokio estaba lista para los Olímpicos desde el día que Japón presentó la candidatura de su capital como sede olímpica, el 16 de julio de 2011.
Ya había esperado lo suficiente desde aquel año de 1964, cuando se convirtió en la primera ciudad asiática que celebró una Olimpiada, luego de que la Segunda Guerra Mundial arruinó su fiesta olímpica, en 1940.
En esta ocasión, Japón pujó por la sede olímpica para su capital con un presupuesto de 4 mil 500 millones de dólares y un plan de inversión para construir ocho nuevas sedes, levantar 10 temporales y remodelar 24 que ya existían.
En total, el país asiático puso sobre la mesa ocho mil millones de dólares para la organización de los juegos y dejó en la sala de espera a Madrid y Estambul. Así se convirtió en la cuarta ciudad del mundo en conseguir dos veces los olímpicos y la primera en acoger por segunda ocasión los Juegos Paralímpicos.
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, aseguró que los juegos demostrarían que su país había superado el devastador terremoto y tsunami de 2011 y ayudarían al proceso de “recuperación física y psicológica” de su población.
Tokio quiere imponerse ante la pandemia
Desde la clausura de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, Tokio extendió la invitación al mundo para asistir a su fiesta olímpica, la que prometía una combinación de la tradición cultural japonesa con un despliegue de innovación tecnológica.
Pero las malas noticias para Tokio llegaron apenas unos meses antes de la fiesta olímpica. En diciembre de 2019, China advirtió al mundo de la aparición de un nuevo coronavirus en la ciudad de Wuhan. En pocos meses, el SARS-CoV-2 se convirtió en pandemia, detuvo el mundo y obligó a posponer los juegos olímpicos, el 24 de marzo de 2020.
A partir de ese momento, todo fue cuesta arriba para Japón, para los organizadores y el Comité Olímpico Internacional.
A pesar de todo la Olimpiada se negó a morir, a sucumbir ante la pandemia, y hoy el mundo espera su celebración entre la expectativa, la incertidumbre y el anhelo, dice Carlos Padilla, la máxima autoridad del olimpismo en México.
“Sin lugar a dudas ha sido así también la oportunidad de escribir una página nueva, una página inédita en el olimpismo, porque jamás se habían postergado unos juegos olímpicos un año, había suspensiones por razones bélicas en la primera y segunda guerra mundial, por 3 ocasiones, pero nunca que se hubiera prorrogado un año y eso nos motiva, a pesar de todas las adversidades y este maratón de obstáculos que se superó prácticamente en año y medio ya, donde los atletas demostraron su gran solidez y su capacidad para salir adelante ante las adversidades como estoy seguro que lo harán en Tokio”.
En medio de una tercera ola de Covid-19 en el mundo y con su sede en estado de emergencia sanitaria, los Juegos Olímpicos inician este viernes. Nadie sabe el efecto de la pandemia en el desempeño y los resultados de los atletas, afectados en su preparación física por el confinamiento y las restricciones a la movilidad, pero sin duda una preocupación será su salud emocional, dice el psicólogo Carlos Vázquez.
“Genera una incertidumbre que nos puede llevar a experimentar muchos estados emocionales, enojo uno de ellos, en la frustración; responder de manera social tampoco de la mejor manera uno está más susceptible, uno está más enojado, enojado con la vida, enojado con las cosas que suceden, menos tolerante, claro, le quitaron todo por lo que él vive”.
La estrategia sanitaria para ganarle al virus
Japón ha puesto todo su empeño para controlar la pandemia y abrir su capital al deporte olímpico durante 19 días.
La estrategia incluye fuertes restricciones a la movilidad y estrictas medidas sanitarias para garantizar la seguridad de los deportistas, como lo explicó el embajador de Japón en México, Yasushi Takase.
“El gobierno de Japón ha establecido, como máxima prioridad, promocionar un ambiente seguro para todos para celebrar los juegos como símbolo de la unidad mundial de cara a superar el covid-19, y se está haciendo el mayor esfuerzo para realizar esto. Los juegos de Tokio 2020 serán completamente diferentes de los anteriores; sin embargo, no cambia la esencia del evento. Para celebrar unos juegos seguros, las sedes solicitaron a todos ustedes medidas preventivas muy estrictas, durante su estancia en Japón”.
Pero hay dudas que persisten: ¿Cómo afectará la pandemia el espíritu olímpico? ¿Cuál será la suerte de la próxima Olimpiada en París? Habrá que esperar a 2024 para conocer las respuestas. Por lo pronto queda la esperanza de unos Juegos Olímpicos que, pese a todo, superaron el obstáculo de la pandemia por covid-19.