La zona arqueológica de Teotihuacán no se encuentra en riesgo de perder la declaratoria de Patrimonio Mundial de la Humanidad, aseguró el director del sitio Rogelio Rivero Chong.
El ingreso de la zona arqueológica en el programa “World Monuments Watch” por los siguientes dos años, es en beneficio de las comunidades y la conservación del patrimonio cultural.
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Carolina López Hidalgo
La zona arqueológica de Teotihuacán fue incluida en el programa World Monuments Watch (WMW) 2022 por los siguientes dos años, por lo que especialistas del INAH trabajan en un plan maestro para beneficiar a las comunidades aledañas a la zona que se han visto afectadas en su desarrollo socioeconómico, como lo señalan los datos del Índice Básico de las Ciudades Prósperas, realizado por ONU-Habitat.
Este registro, asegura el arqueólogo Rogelio Rivero Chong, director de la zona, no representa un riesgo para perder la declaratoria como Patrimonio Mundial, porque este proyecto se busca mejorar el bienestar social y a preservación del patrimonio cultural en la zona.
“Teotihuacán nunca ha estado en lista de riesgo. La lista de Monument Watch, es una lista de sitios que necesitan la confluencia de todos las personas involucradas, los tres niveles de gobierno, sociedad civil para mejorarlo y para ayudar. Pero no es una lista de riesgo, como podría ser, por ejemplo los que tienen conflicto armados es una lista de urgencia. La lista de riesgo, la maneja UNESCO y Teotihuacán estuvo dos ocasiones anteriores en la lista de Monumento Watch, una en 1998 y con ese financiamiento se logró restaurar la pintura de Tepantitla.
Volvió a aparecer en la lista para continuar los trabajos de restauración de esa pintura mural. Después apareció en el 2004 el Templo de la Serpiente Emplumada, porque presentaba serios deterioros que desafortunadamente el día de hoy todavía continúan, pero el INAH está trabajando en establecer las estrategias de conservación”.
El ingreso al World Monuments Watch ayudara consolidar proyectos como el mejoramiento de la imagen urbana, la construcción de un centro de bienestar animal para atender a los perros que deambulan por la zona arqueológica y las comunidades; además del saneamiento al río San Juan.