Investigadores de la UNAM descubrieron “sismos lentos” que provocan deformaciones tectónicas en las fallas “Barranca del Muerto” y “Mixcoac”.
Fabián Vega
Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), lograron detectar por primera vez, una serie de deslizamientos asísmicos en las fallas “Barranca del Muerto” y “Mixcoac”, los cuales podrían durar hasta meses y ser directamente responsables de los enjambres sísmicos que cimbraron el poniente de CDMX entre 2023 y 2024.
Víctor Manuel Cruz Atienza, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, describió al fenómeno como “sismos lentos” (prácticamente imperceptibles para el ser humano porque no generan ondas sísmicas que se sientan), mismos que han vuelto más visible la “deformación tectónica” hasta la carpeta asfáltica:
“Fueron sismos lentos los que tuvieron lugar en ellas. Se deslizaron de manera progresiva durante varios días, siendo prácticamente imperceptible. Nuestra investigación sostiene que los enjambres sísmicos registrados el año pasado se deben, en parte, a estos deslizamientos lentos en las dos fallas superficiales”.
“El análisis y modelado de estos interferogramas con técnicas avanzadas, que desarrollamos nosotros mismos, junto con el estudio detallado de la microsismicidad, revelaron deslizamiento asísmico en dos fallas subparalelas separadas por 800 m, mismas que nombramos como fallas Barranca del Muerto y Mixcoac”.
Expertos de la UNAM descubren continuidad en la deformación tectónica hasta Supervía Poniente
La deformación fue detectada hasta la Supervía Poniente en la alcaldía Álvaro Obregón, atravesando el oriente de la capital del país, zona caracterizada por colinas y barrancas.
Los investigadores Darío Solano Rojas y Josué Tago de la Facultad de Ingeniería, así como Cruz Atienza de Geofísica de la UNAM, encontraron además, una relación entre las fallas y la Sierra de las Cruces. La cual evidenciaron como una expresión sismotectónica de múltiples fallas activas que van modificaron la composición topográfica del Valle de México.
“Las deformaciones observadas en la superficie se debieron en un 95 % a deslizamiento lento en la falla Barranca del Muerto y en un 70 % en la falla Mixcoac”.
Sismos lentos pueden durar días o meses
A diferencia de un sismo común que puede durar entre unos pocos segundos y un par de minutos, los sismos lentos pueden extenderse entre días, e incluso meses, son silenciosos y no pueden ser registrados por sismómetros convencionales, sino que se requieren instrumentos geodésicos especializados, como explicó Cruz Atienza:
“Nuestros microsismos en Ciudad de México son en parte el resultado de deslizamientos lentos en fallas activas que yacen bajo los sedimentos lacustres de la cuenca. Este fenómeno está vinculado a la presencia de fluidos subterráneos y al estado de esfuerzo regional, particularmente a los procesos de extensión asociados al Eje Volcánico Transmexicano, que generan estas importantes estructuras geológicas y sus interacciones mutuas”.
Además, el estudio encontró una posible relación entre los microsismos y la sobreexplotación de acuíferos en un radio de un kilómetro, donde se encuentran las fallas y también existen hasta 15 pozos de extracción de agua activos.
Los sismos y los microsismos no se pueden predecir
El investigador del Departamento de Sismología de Geofísica recordó a la población que aunque un sismo y un microsismo no se pueden predecir, el hallazgo supone un “boom” a nivel mundial para poder identificar cómo perturban los sismos lentos a las rocas y terminan por producir enjambres sísmicos.
“Todavía no somos capaces de decir en qué lugar, de qué tamaño y cuándo será el próximo gran sismo. Es imposible por el momento, pero cada vez nos acercamos más”.
El hallazgo, documentado en la revista científica Tectonophysics, señaló que ambas fallas se encuentran separadas por apenas 800 metros de distancia entre ellas.
El primer estudio multidisciplinario sobre el origen de los microsismos en el poniente de la CDMX, realizado por académicos de la Facultad de Ingeniería y nuestro Instituto, fue publicado en la revista científica Tectonophysics.
— Instituto de Geofísica, UNAM (@GeofisicaUNAM) April 3, 2025
👇 #GacetaUNAMhttps://t.co/KZRkHXFN8Q
Te recomendamos:
¿Cómo es Popocatépetl por dentro? UNAM lo mapea por primera vez con IA