Si México no consigue una extensión de su visa especial, tendrán que abandonar Estados Unidos y volver al país en agosto próximo
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Montserrat Sánchez
A los 26 años, Jafet Nava comenzó a trabajar en los consulados de Estados Unidos bajo la figura de empleado local. Pasó cinco años en la sede de Arkansas y los últimos 9 en Denver, Colorado. Tenía su vida planeada en el país del norte, le hubiera gustado seguir ahí por más años hasta que las autoridades le dieron la peor noticia: fue despedido en enero de este año.
Empleados locales es el nombre correcto, afirman los entrevistados, y trabajan en los 50 consulados de Estados Unidos; sin embargo, las autoridades mexicanas y norteamericanas los tienen catalogados erróneamente como prestadores de servicios independientes.
Firman un contrato anual que para ellos representa un esquema muy parecido al outsourcing, pues legalmente no dependen de la Cancillería mexicana, sino de cada consulado.
El Comité de Empleados Consulares ha denunciado desde diciembre que con el término de la vigencia de la visa A2, documento que les permite su estancia en ese país, algunos consulados comenzaron a despedir a decenas de trabajadores.
En 2016, el Departamento de Estado, a través de su Manual de Acreditación de la Oficina de Misiones Extranjeras, estableció que la visa del personal empleado localmente, que no sea ciudadano ni residente, sólo tendría una vigencia de cinco años que se vencerá en agosto de 2021. Al cumplirse ese periodo, los trabajadores deberán dejar el cargo y abandonar el país.
La noticia puso en jaque a los trabajadores, los mismos que ayudan a connacionales a tramitar credenciales y a enviar apoyo a sus familias en México, ya que también tienen a su cargo familias o parientes en su país de origen, explica Dulce Flores, vocera del Comité de Empleados Consulares.
Actualmente, después de una nota periodística que sacó la Cancillería, se explicó los números de cómo están las visas A2 actualmente y al parecer son 505 personas las que son afectadas con las visas A2, de esas 505 personas, 316 no tienen manera de arreglar su estatus migratorio, como yo lo hice entonces; esas 316 personas están en el limbo de perder su trabajo el 23 de agosto de 2021.
A finales del año pasado, 50 trabajadores locales fueron despedidos. Uno de ellos fue Jafet, quien a sus 41 años se enfrenta a una opción que nunca pensó tomar en cuenta: volver a México.
El argumento que se nos dio, al menos en mi caso, y creo que de los compañeros que estaban empleados aquí en Denver, fue que la Cancillería dijo que las personas con la visa A2 que se vencía dentro de los primeros tres meses de 2021 ya no se les contratara; eso fue lo que se nos dijo el 22 de diciembre, en el caso de las personas que trabajamos en Denver; lo curioso es que nosotros teníamos la esperanza de que en algún punto la Cancillería pudiera hacer un tipo de gestión en la cual se pudiera extender este plazo y, si no se extendía, por lo menos sabíamos que teníamos hasta agosto para poder estar aquí y todo esto basados en que en la mañana de la conferencia del 22 de diciembre un reportero le cuestionó al presidente Andrés Manuel López Obrador sobre esta situación y el presidente dijo que contestara el canciller y el canciller dijo se está haciendo la gestión para que a más tardar en el mes de febrero tengamos una respuesta; el 22 de agosto dijo esto y al menos el 22 de agosto en la tarde menos de seis, siete horas después de que dijo esto, nos hablaron a nosotros que ya estábamos despedidos.
Durante aquella conferencia matutina, el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, dijo que se renegociaría con el nuevo gobierno la situación migratoria de los trabajadores locales.
El canciller aseguró que probablemente para finales de febrero, más o menos, se podría tener una respuesta de la nueva administración encabezada por Joe Biden.
Jafet se aferró a esa esperanza, pensó en más de una ocasión que se les ofrecería algún tipo de ayuda, una consideración después de tantos años de trabajo, pero hasta el momento no ha sido así.
La exigencia es que se nos dé un poco más de cavidad en la situación que tenemos, yo ahora estoy viendo cómo le voy a hacer para llevar mis cosas, estoy haciendo todas las gestiones para regresar a México, porque en 15 días no es suficiente para llevarte toda tu vida de 14 años de Estados Unidos a México; entonces, yo pediría que por favor hicieran algo, que hicieran lo que tanto pregonaron en esa conferencia del 22 de diciembre en la cual se dijo que no se iba a correr a nadie, y siete, ocho horas después nos avisan que ya no tenemos trabajo.
La premura de guardar en cajas los últimos años de su vida no es el único inconveniente al que se enfrenta Jafet. A finales de diciembre se contagió de covid-19 y sufrió parálisis facial, comenzó a ir a rehabilitación para recuperarse pero, debido al despido, no pudo completar sus tratamientos.
Para encontrar alternativas para los trabajadores locales en riesgo de deportación y en defensa de sus derechos laborales, Dulce Flores se reunió a inicios de febrero en Los Ángeles, California, con el subsecretario para América del Norte, Roberto Velasco, quien, de acuerdo con la vocera del comité, manifestó su compromiso de enviar una nota diplomática al gobierno estadounidense para discutir las opciones ante ese problema. Los resultados de dicha nota se informarán a mediados o a finales del mes de marzo, por lo cual este comité está pendiente de este tema.
Gracias a la presión para visibilizar el tema, Jonathan Rivera, uno de los 316 trabajadores en situación vulnerable que también podría tener como única alternativa volver a México, aún tiene esperanza:
Tenemos mucha fe en que Cancillería va a atender este asunto, es un asunto que ha sido ya mencionado no sólo por el maestro Velasco, sino también por el canciller Marcelo Ebrard, y ha dicho que este reto lo va a enfrentar, dijo que enviaría una comunicación al Departamento de Estado, pero tenemos esta fe de que Cancillería busque una solución, pero a la misma vez tenemos preocupación porque lo que dijo el canciller es que esta comunicación o esta negociación con el Departamento de Estado de Estados Unidos se iba a dar en febrero y ya estamos en marzo y entendemos que están trabajando en ello todavía pero no sabemos en qué va la nota diplomática, si ya se envió o no.
Por 10 años, Jonathan ha trabajado en los consulados en el Departamento de Protección, su más reciente sede es la de Alburquerque, Nuevo México, y aunque no niega sentir nostalgia y cariño por su país de origen, admite que su vida no será la misma.
Honestamente mi vida está en otro país, y regresar a México después de un año bastante difícil por la pandemia, sin trabajo, porque no tengo un trabajo en México para regresar, tampoco tengo patrimonio en México, no tengo una casa a la cual pueda regresar, representaría volver a empezar de la nada después de años de trabajar en Estados Unidos justo cuando la situación económica en México no es la mejor.
Aunque tuviera que regresar a México, Jonathan aún ve sentido en la lucha y en la existencia del Comité, pues queda pendiente lograr ser reconocidos como trabajadores, que se les den derechos básicos como seguro médico para los dependientes, como esposa e hijos, y tener un fondo de ahorro para el retiro, pues hay compañeros con 40 años en el consulado y no tienen ayuda para su vejez.
IMER Noticias buscó a la Secretaría de Relaciones Exteriores para conocer su postura, pero al momento de la publicación de esta nota no tuvimos respuesta.
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