Más de 19 mil menores de edad fueron detenidos en la frontera entre México y Estados Unidos, de los cuales sólo 159 viajaban en compañía de algún adulto.
Francisco Juárez
La migración infantil hacia Estados Unidos enciende las alarmas de los gobiernos de Norteamérica. Tan sólo en marzo, los migrantes menores de edad detenidos en la frontera de Estados Unidos con México fueron 19 mil 49, es decir, casi el doble de los reportados en febrero cuando sumaron nueve mil 576.
Las niñas, niños y adolescentes migrantes son el 11 por ciento de los 172 mil 331 migrantes detenidos el mes pasado, la cifra más alta en 20 años, de acuerdo con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.
El número de niñas, niños y adolescentes de Guatemala, Honduras, México y El Salvador que arriesgan sus vidas para llegar a los Estados Unidos va en aumento ante la expectativa que provocan las políticas migratorias del presidente Joe Biden.
Tan sólo en marzo de este año, 19 mil 49 menores de edad fueron detenidos en la frontera entre México y Estados Unidos, de los cuales sólo 159 viajaban en compañía de algún adulto.
El número de menores migrantes detenidos en marzo es casi el doble de los reportados en febrero cuando sumaron nueve mil 576 y se triplicaron en comparación con enero, así lo informó la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.
De acuerdo con su última actualización, de los poco más de 19 mil menores detenidos, ocho mil 373 provenían de Guatemala, cinco mil 911 de Honduras, dos mil 583 de México y mil 574 de El Salvador.
Crece la cifra de migrantes detenidos
No obstante, la migración infantil no es la única que aumentó. En marzo, el número de migrantes detenidos por la Patrulla Fronteriza ascendió a 172 mil 331, la cifra más alta en dos décadas.
Esto significa que, en promedio, cinco mil 559 personas que intentaron cruzar diariamente a los Estados Unidos fueron detenidas.
Según los datos de la Patrulla Fronteriza, el flujo migratorio comenzó su ascenso en abril de 2020 con el inicio de la pandemia por covid-19 y se agravó con los huracanes que golpearon a Centroamérica ese mismo año.
Hasta ahora, ni la emergencia sanitaria ni los llamados del presidente Joe Biden a no abandonar sus países han evitado que el flujo migratorio se reduzca.