Bailar can-can en el Senado, bromear con sus compañeros de partido y serenatas en sus cumpleaños son algunos de los episodios que las amistades de Rosario compartieron con ella en sus 95 años de vida.
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Adriana Esthela Flores
Rosario Ibarra de Piedra será recordada en la historia de México como una mujer combativa en favor de los derechos humanos y la primera candidata presidencial.
Sin embargo, para sus amistades cercanas, Rosario siempre será la gran oradora, carismática, extraordinaria, comunicadora, divertida, enérgica, disciplinada y un conjunto de calificativos más.
Rosario Ibarra pasó más de 40 años buscando a su hijo Jesús, víctima de desaparición forzada.
No obstante, durante ese tiempo también tuvo tiempo para bailar can-can en el Senado, caminar entre la lluvia para buscar un autobús para ella y sus compañeros en Chiapas, bromear con sus camaradas del Partido Revolucionario de los Trabajadores y responder a las críticas machistas por su candidatura presidencial.
Amistades, familiares, sobrevivientes de la llamada “Guerra Sucia“, exintegrantes de la Liga Comunista 23 de septiembre y compartieron estas memorias de la mujer que abrió la participación de las mujeres en la política, en la lucha por la democracia y en la búsqueda de desaparecidos.
Daniel Salazar: integrante del Comité Central PRT
“Una vez, le llevamos serenata en su cumpleaños y le cantamos, pero no salió ya era tarde. Varios días después le pregunté ‘oye, ¿por qué no saliste, te llevamos serenata?’ Ah, pues como cantaron te quiero por bonita, pues dijimos aquí no es. Tenía buen humor, era hermosa”.
Edgar Sánchez: fundador del PRT e integrante de Comité Central
“Hay una frase muy famosa que les decía a las doñas cuando iban a entrar con un funcionario para reclamar esto (las desapariciones): no lloren, no llore frente a ellos”.
“Ella no estaba a favor de violencia. Ella tiene una frase muy buena que decía ‘nosotros no nos parecemos ni en el blanco del ojo´. Yo no no le deseo a Luis Echeverría que le desaparezcan un hijo, si lo hacen yo lucho por el hijo”.
Eduardo Nuñez: amigo
“Rosario era alegre, la recuerdo con una bohemia en la mano, era pura risa, gran anfitriona, como que tenía su lado burgués”.
Tania Ramírez: hija de Rafael Ramírez, desaparecido político
“Cuando vino Laura Bonaparte, otra de los íconos de las madres de desaparecidos en Argentina. Eran las dos abuelas, setentonas en una de esas y empezaron a hacer una ronda alrededor de un árbol en el Senado y empezaron a levantar la pierna y bailar can can”.
María de la Paz Quintanilla: exintegrante de la Liga Comunista 23 de septiembre
“Ella fue descubriendo la imposibilidad de un sistema contra el cual su hijo luchó. Rosario y muchas de las madres de estos jóvenes de aquel tiempo lograron trascender su situación de madres, se convirtieron en verdaderas defensoras”.
Raúl Rubio Cano: sociólogo, periodista y activista
“La recuerdo muy bien en esas marchas, exigiendo la presencia de Jesús, recuerdo a Rosario alegra y viviendo con algarabía las marchas donde exigían la localización de sus familiares”.
Más de 40 coronas florales adornaron la tumba donde están los restos de Rosario, sobre el callejón principal del Panteón Dolores, en Monterrey.
Para la sobreviviente de la Guerra Sucia, Laura Gaytán, Rosario eligió el día de su muerte: el 16 de abril, aniversario de la proclamación de la revolución socialista en Cuba.
Lo cierto es que se fue dos días antes de que se cumplieran 47 años de la desaparición de su segundo hijo, Jesús.
Se fue, mientras la familia de una joven, Dhebani, la busca en municipios del norte de Nuevo León.
Entre muchos recuerdos, dejó el primer medallón con el rostro de su hijo, el mismo de aquel año, 1976, que mostró al expresidente Luis Echeverría como el símbolo de un reclamo permanente de justicia.
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