Científicas mexicanas comparten las canciones que las acompañan en el laboratorio mientras realizan sus investigaciones.
Redacción / IMER Noticias
La ciencia es evidencia y conforme avanza el conocimiento toma forma y se hace más completa, pero algunas veces cambia y hay que verla desde otra perspectiva.
Sandra López León, médica con doctorado en Epidemiología y Genética, explica así por qué «Depende» de Jarabe de Palo es una de las canciones predilectas mientras trabaja en sus investigaciones, una de ellas la relacionada con los efectos del covid largo o long covid.
En el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, Sandra junto con otras científicas mexicanas compartieron a IMER Noticias las canciones que escuchan mientras realizan sus trabajos de investigación.
«A. Hausenbecken», track de apertura del álbum Wildbourne del trío noruego Kanaan, es una de las canciones que acompañan a Angélica Cuapio, quien es médica investigadora en el área de inmunología y también es autora del estudio sobre los efectos de covid a largo plazo.
«El trabajo científico es teórico y práctico. Para el primero casi no escucho música. Sin embargo, cuando hago experimentos en el laboratorio o análisis de los datos en la oficina, me ayuda mucho el post-rock porque me puedo concentrar en lo que hago».
Dra. Angélica Cuapio
Cuapio también acostumbra compartir en Twitter artículos e investigaciones que acompaña de música en los fines de semana.
La médica genetista Talia Weigman también es parte del estudio sobre los efectos de covid a largo plazo. Para ella una canción que le ayuda a seguir adelante en sus investigaciones es «This is Me» de Kesha.
«Parte del quehacer científico es entender que el rechazo y la crítica son parte del proceso. Pero algunos días ésto pesa más y te llenas de dudas».
Talia Weigman
«Siempre hay más por conocer»
Beatriz Cepeda Zetter está entre el 38 por ciento de mujeres mexicanas que opta por carreras enfocadas en la ciencia y la tecnología, denominadas STEAM. Para la ingeniera en comunicaciones y electrónica hay una canción de Jorge Drexler que refleja el alma de los científicos: «Polvo de Estrellas».
«Se aprende en la cuna, se aprende al crecer. Toda nuestra vida es una oportunidad para aprender. Somos tan pequeñitos en este gran universo como polvito de estrellas, que siempre tendremos más por conocer».
Beatriz Cepeda Zetter, ingeniera en comunicaciones
Don’t stop me now, de Queen, es para Karla Oyuky Juárez, quien pertenece al Departamento de Bionanotecnología de la UNAM, un reflejo del ímpetu y la pasión que tiene por la ciencia.
Hay científicas que prefieren otro tipo de sonidos, como el violín o el cello, para acompañar su trabajo de laboratorio. Este es el caso Rocío Tirado Mendoza, doctora en Microbiología por la UNAM.
«El sonido de las cuerdas me lleva a un lugar placentero y me hace vibrar. Así de simple».
Rocío Tirado, académica de la Facultad de Medicina
Sus trabajos, ahora enfocados a decodificar la estructura del virus causante de la pandemia actual, los acompaña con canciones del Vitamin String Quartet, quienes forman parte del soundtrack de la serie Bridgerton, o con el trío Simply Three.
Ya sea en el laboratorio o fuera de él, la evidencia científica muestra que la música tiene efectos positivos en las personas. Esta es la lista que IMER Noticias y las mujeres de la comunidad científica prepararon para ti: