La solidaridad es lo que mantiene en pie a casi un millón de personas migrantes originarias de Puebla que desde hace años encontraron un refugio en la ciudad de Nueva York.
Natalia Escobar
Esteban Estevez es un tapicero nahua, originario de Teopantlán, Puebla. Actualmente radica en el Bronx, al norte de la ciudad de Nueva York. Con la pandemia tuvo que cerrar su negocio de tapicería de muebles y tuvo que enviar a su casa a las personas adultas mayores que trabajan con él. La necesidad de apoyar a otros no tardó en tocar su puerta.
<<Un amigo que es de Panamá, él es taxista y me dijo que ya no quería trabajar y que ya se iba a guardar porque estaba muy difícil lo del Covid-19. Entonces yo le dije que le podía hacer algo en su carro y poner un plástico, solo le dije pero no tenía idea de cómo hacerlo . Yo soy tapicero desde que llegué a este país, me dejó su carro y cuando regresó por él me dijo que eso estaba muy bonito y que me iba a promover con su amigos”.
Esteban también ha mostrado solidadridad con sus paisanos y paisanas. Al ver su negocio detenido, decidió donar algunas de las telas que utiliza como materia prima en su labor de tapicero.

Maribel Torres, quien desde hace cuatro años forma parte del centro comunitario “La Colmena”, que atiende a migrantes en el condado de Staten Island, fue una de las beneficiarias. Junto con otras tres mujeres, hicieron cubrebocas. Ellas forman parte del grupo “Mujeres liderando” y pagan el favor de Esteban al donar parte de su producción al personal de salud y trabajadores y trabajadoras que durante esta pandemia no pueden parar.
<<Hemos donado marcaras a los trabajadores esenciales de ese estado, por ejemplo hemos donado a las enfermeras, hemos hecho donaciones a los policías, porque entre ellos hay un alto índice de contagios, a los conductores de autobuses también les hemos hecho donaciones a los conductores de autobuses que también son esenciales y bastante vulnerables en esta crisis y a los jornaleros que son nuestros paisanos”.

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