En esta mesa de diálogo, dos expertos opinan sobre la necesidad de alcanzar la integración de la región, que terminen los bloqueos y se privilegie la autonomía.
Juan Francisco Martínez Peria y Fernando Neira Orjuela, en diálogo con Elia Baltazar.
IMER Noticias
Intervencionismo, ocupaciones y bloqueos son el origen de los movimientos sociales y políticos ocurridos en Cuba y Haití, y también la causa de que esos países caribeños no alcancen el progreso.
Es la opinión de Juan Francisco Martínez Peria y Fernando Neira Orjuela, el primero, doctor en Historia y autor del libro “Libertad o muerte, historia de la revolución haitiana” y, el segundo, investigador del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la UNAM.
“La situación que están enfrentando Haití y Cuba son buenos ejemplos de lo que en gran medida ha sido la historia del Caribe, una historia que se ha construido con base en una serie de inequidades, de explotaciones, de desigualdad económica, en donde ha prevalecido el intervencionismo internacional”, dice Neira.
Agrega que en el caso de Haití, el intervencionismo extranjero ha favorecido que actores políticos obtengan beneficios en detrimento del desarrollo y la contribución al empobrecimiento del país.
Para Martínez la situación no es diferente. Dice que Cuba y Haití tienen historias parecidas desde la Conquista española y las ocupaciones extranjeras, pero ambos poseen diferencias importantes.
“El Caribe ha sido un lugar de intervención permanente y ha sido mucho más relevante de lo que nosotros podemos creer. Generalmente pensamos en el Caribe como un lugar de playas tropicales, como un paraíso, pero en realidad es un lugar históricamente muy relevante, y otra cosa que es muy importante es que ha sido el lugar de las dos revoluciones más importantes de la historia moderna en América, que es la revolución de Haití, que fue la primera y única revolución de esclavizados que triunfó en la historia de la humanidad, y la Revolución Cubana, que fue junto con la Revolución Mexicana una de las más importantes del siglo XX en América Latina y las dos han sufrido procesos de intervencionismo”.
Ambos coincidieron en que el Caribe ha sido un lugar de mucha explotación, de tráfico de esclavos, una zona constantemente hostigada, ocupada y disputada por grandes naciones como Estados Unidos y Francia, a lo largo de los siglos.
“Lo que está pasando hoy en día tiene mucho que ver con esta historia larga de bloqueo de ocupación de intervenciones permanentes”, dice Martínez.
La integración regional
Los expertos coinciden también en la necesidad de que los países caribeños se integren como región y aunque ha habido intentos no han rendido frutos, debido al control de las grandes naciones.
“En América Latina son diversos los procesos de integración que se han intentado de manera regional y en ellos se ha querido incorporar siempre a los países caribeños. Los diferentes intentos lo que han buscado es consolidar un protagonismo y un empoderamiento de la región, sobre todo respecto a los países desarrollados”, dice Neira. “Lo que inhibe que eso se consolide tiene que ver con esos intereses de los países desarrollados, especialmente de Estados Unidos”.
De acuerdo con Juan Francisco Martínez, se necesita una integración económica, política y social en la región caribeña.
“Necesitamos una interacción económica, política y social, pero también una integración de los pueblos. Es muy importante que nosotros nos conozcamos mejor. Lamentablemente nuestros pueblos han sido construidos mirando mucho más hacia el norte que hacia nuestros hermanos, esto es algo para toda América Latina, pero también para Haití, esto es lo que nosotros necesitamos, esa cooperación, esa integración entre hermanos siempre iguales y no hacia el norte porque cuando nos integramos hacia el norte siempre es de forma subalternizada y explotándonos”.
¿Qué se necesita para lograrlo?
De acuerdo con Neira y Martínez, se debe insistir en la búsqueda de la autonomía, la consolidación de procesos democráticos y el no intervencionismo extranjero en esa zona.
“Lo que nos queda como región es persistir por esa lucha, por la autonomía, por que logremos consolidar nuestros procesos democráticos y ningún tipo de intervencionismo fuere de donde fuere, porque lo que necesita América Latina es desarrollar todos sus aspectos políticos, económicos y sociales que se han venido construyendo, a través de políticas alternativas, de movimientos alternativos, movimientos progresistas, que han demostrado capacidad para hacer un manejo de la economía y de la política diferente”, dice Neria.
Y en la opinión de Martínez, lo importante también es que se profundice en los proyectos de independencia e integración.
“Seguimos buscando este proyecto de independencia e integración, que me parece que es fundamental, tanto para América Latina como para el Caribe, y subrayar en esta idea de conocernos más, de conocer nuestra región, uno no puede amar lo que no conoce; entonces, es muy importante que nuestros pueblos se vinculen culturalmente, aprendan de los otros, y de esa manera poder reforzar nuestra integración e independencia, que me parece que es una tarea muy vigente”.