La estimulación cerebral no invasiva puede mejorar las tasas de abstinencia de tabaquismo, de acuerdo con una investigación reciente.
Redacción IMER Noticias
Estimular regiones específicas del cerebro con corrientes eléctricas débiles puede ayudar a los fumadores a dejar el tabaco.
El tratamiento, conocido como estimulación cerebral no invasiva, se realiza con electrodos que envían una corriente de baja intensidad a través del cuero cabelludo, o una bobina metálica que envía pulsos magnéticos a través del cerebro.
En 2020, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos aprobó el uso de uno de estos sistemas para dejar de fumar a corto plazo, después de que un estudio con 262 fumadores reveló que los ayudaba a dejar de fumar hasta por cuatro semanas seguidas. Sin embargo, para comprobar si estos tratamientos facilitan la abstinencia a largo plazo, científicos de Francia realizaron una revisión sistemática de todos los ensayos que utilizan la técnica.
Identificaron un total de siete ensayos, con 699 participantes. En cada estudio, los fumadores fueron tratados con estimulación cerebral no invasiva o una forma simulada del tratamiento, que actuó como un placebo. Luego se registraron los cambios en el hábito de fumar durante un período de entre tres y seis meses después del tratamiento.
En general, los fumadores que recibieron estimulación cerebral tenían 2.39 veces más probabilidades de permanecer abstinentes a largo plazo que los que se sometieron a la terapia simulada. Esta tasa de éxito es superior a otros tratamientos para dejar de fumar, como los cigarros electrónicos.
La neurofisiología del tabaquismo, y de la adicción en general, sigue sin comprenderse bien, aunque las investigaciones sugieren que los antojos pueden estar relacionados con la activación de una región del cerebro llamada corteza prefrontal dorsolateral. Cuando los investigadores observaron la eficacia de la estimulación cerebral dirigida específicamente a esta región, encontraron que la posibilidad de que un fumador permanezca abstinente durante tres a seis meses aumentó 4.34 veces.
Los mecanismos neurofisiológicos que conducen a la abstinencia deben explorarse más a fondo; sin embargo, los autores de la investigación consideran que, en un futuro próximo, la estimulación cerebral no invasiva podría reconocerse como una nueva opción prometedora para ayudar a las personas a dejar de fumar.
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