El experimentado político tiene 63 años, trabajo cercanamente con Angela Merkel y fue alcalde en Hamburgo. ¿Qué se espera de su gestión al frente de Alemania?
Kayleigh Bistrain
Alemania tiene un nuevo canciller: Olaf Scholz, un experimentado político de 63 años que representa al ala liberal del Partido Socialdemócrata y un antiguo colaborador de Angela Merkel, a quien ahora tiene la difícil tarea de relevar en el cargo.
Scholz se desempeñó como ministro de Trabajo y Asuntos Sociales en el primer periodo de Merkel, a finales de la década de los 2000. Luego probó sus habilidades como administrador cuando fue alcalde de Hamburgo, de 2011 a 2018. Y en los últimos cuatro años regresó al gabinete de Merkel para encabezar el Ministerio de Finanzas.
Ahora liderará una coalición tripartita de centroizquierda, conformada por los socialdemócratas, los verdes y los liberales.
“Representa el mismo estilo político de administrar el país, en vez de gobernarlo realmente, y procurar la estabilidad. Y eso es lo que la gran mayoría de la sociedad alemana aprecia más, la estabilidad”
Gregor Matti, un joven alemán de 25 años que trabaja en el Instituto Goethe en México, considera que una de las motivaciones de los alemanes para votar por Scholz es que seguirá dándole estabilidad al país, como lo hizo Merkel.
Entre sus principales objetivos está modernizar a la mayor economía de la Unión Europea, trazar un plan medioambiental y atender la pandemia. Algo que concuerda con las principales preocupaciones de los alemanes, como explica Yaotzin Botello, periodista mexicano en Alemania.
“El principal es la digitalización. A diferencia de lo que muchos pensarán, aquí el internet no es rápido; hay varias zonas que no están cubiertas por la telefonía celular, por ejemplo; hay muchas cosas en la administración pública que no se hacen por internet o de manera digital. Eso lo dejó al descubierto en la pandemia”
Matti coincide en que el cambio climático y las desigualdades son los dos grandes temas que más preocupan a los alemanes, especialmente a los jóvenes.
“Entendemos bastante bien qué es lo que se necesita, pero no está muy claro el camino, cómo vamos a lograr eso. En ese sentido, el nuevo Gobierno alemán tiene un papel muy importante, porque como la primera economía de Europa tiene esa responsabilidad”
Asimismo, reconoció que en Alemania existe una conciencia en nuestra generación de que la desigualdad económica y social que hay en el país y en el mundo ha alcanzado niveles preocupantes. “Y eso que Alemania es uno de los países más ricos del mundo y aún así existe la pobreza”.
Se espera que estas preocupaciones se concreten en reformas para promover cambios de fondo en el país. Algo que no ocurrió en los 16 años de la era Merkel.
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