Hay algo más que el derrame de una tubería submarina. La respuesta podría estar en las plantas y refinerías cercanas.
El profesor José Antonio Ordóñez, en entrevista con Paty Betaza.
IMER Noticias
La mancha de petróleo detectada en el Golfo de México desde el fin de semana no es sólo por una fuga en una tubería, sino por el arrastre de materiales y contaminantes a través del río Mississippi, tras el paso del huracán Ida.
Así lo dijo José Antonio Ordóñez Díaz, profesor del Tecnológico de Monterrey y de la UNAM, al señalar que la simple fuga hubiera dejado una pequeña mancha en forma de hilo.
Explicó que los fuertes vientos de Ida y la gran cantidad de lluvia que produjo lavó el suelo en un proceso conocido como lixiviación y arrastró hasta el mar todos los derivados del petróleo que encontró en las inmediaciones de las plantas petroleras y refinerías.
“La cuenca del Mississippi es una cuenca enorme que ocupa mucho del territorio y vierte todo lo que arrastra el río, todo lo que va lavando, toda esta lluvia, todos sus ríos laterales, y se vierten al Golfo de México”.
La mancha del petróleo tiene posibilidades de extenderse hasta el Caribe y provocar daños a la fauna marina y a la salud de las personas, alertó Ordóñez.
Explicó que el petróleo en forma de aceite, mezclado con otros componentes, hará que la fauna marina se contamine, principalmente el camarón que se alimenta de residuos que se quedan en el fondo del mar.
“Todas esas especies que reciben este golpe de hidrocarburos alteran su metabolismo y nosotros lo comemos y obviamente hay un problema de salud”.
Dijo que la mancha de petróleo continuará dispersándose por el golfo, según el movimiento de las corrientes marinas y el viento y va a alcanzar las playas de Tamaulipas, Veracruz, Tabasco y la península de Yucatán.
Agregó que un gran reto será poner a prueba las técnicas disponibles para intentar limpiar ese petróleo derramado.
Por lo pronto, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) mantiene vigilancia de la zona, a través de imágenes obtenidas desde satélites.