Presentar un programa de trabajo distinto, no confiarse de los resultados y preparar cuadros presidenciales para 2024.
El profesor e investigador Rogelio Hernández, en entrevista con Elia Baltazar.
IMER Noticias
El PRI, que compite en alianza en este proceso electoral para intentar recuperar los espacios perdidos, tendrá grandes desafíos después de las elecciones del domingo, como presentar un programa de trabajo distinto al que enarboló durante décadas y que ahora lo ha asumido como propio el presidente de la República.
Así lo dice Rogelio Hernández Rodríguez, profesor investigador del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México, al referirse a la opción que pueda ofrecer el tricolor para encabezar los trabajos de la siguiente legislatura en San Lázaro y en los puestos estatales que logre ganar el domingo 6 de junio.
“El PRI no tiene un programa específico a desarrollar, dicho de una manera más clara: el viejo programa de gobierno, los viejos programas de gobierno que identificaron al PRI durante el siglo pasado, ya no están en su horizonte político; ese programa o esas ideas las ha tenido en primer lugar el PRD y ahora su heredero, que es Morena, y para ser más concreto el gobierno actual, es decir, todos los planteamientos del nacionalismo revolucionario los está desarrollando el presidente López Obrador y esto le va a costar mucho más al PRI porque va a tener que presentar una opción distinta a la que está presentando el presidente de la República, entonces va a ser difícil determinar qué es lo que pueda hacer el partido los próximos tres años”.
Hernández reconoce que aunque el PRI tiene una larga trayectoria de participación política y una amplia experiencia de más de 90 años, no ha podido en los últimos años construir liderazgos capaces de darle una definición y llevarlo hacia una tendencia específica, por lo que este también es otro de los desafíos para el futuro inmediato.
Otro desafío, opina el investigador, es que no ha renovado su estructura ni sus programas, al menos lo suficiente como para presentarse como una opción realmente confiable ante la ciudadanía. Además ha sido extremadamente confiado de los resultados electorales que le han sido favorables en comicios anteriores.
“Si el PRI comete el error de leer en su posible recuperación en estas elecciones intermedias como una como un voto de confianza para competir fuertemente por la presidencia en tres años más, va a cometer el error de construir liderazgos demasiado apresurados que no necesariamente van a ganar la confianza de los ciudadanos. Este es el riesgo que tiene el priismo y debe ser más cuidadoso si es que quiere sobrevivir y si quieren capitalizar, si quiere recuperar algo del espacio político”.
Un reto más es asumir un rol ideológico distinto al de siempre, pues Morena se ha impuesto en la izquierda y el PAN en la derecha.
“El PRI no puede reclamar los mismos principios que Morena está desarrollando y tampoco por tradición histórica puede irse más hacia la derecha de lo que ha estado y esto lo pone siempre en un papel muy difícil. Los extremos ya están ocupados por Morena y por el panismo, de tal manera que al PRI solamente le queda hacer lo que por mucho tiempo ha tratado de conseguir y es mantenerse en el centro ideológico en un centro cada vez más liberal o institucional”.
Del lado positivo, Hernández ve rasgos importantes en el PRI, que pudieran acarrearle beneficios políticos posteriores. Uno de ellos es su institucionalidad, algo que el gobierno de la Cuarta Transformación no posee, y que eventualmente podría servirle de bandera política.
“El PRI ha demostrado siempre el compromiso por defender las instituciones del sistema mexicano y creo que este gobierno y esta legislatura que está terminando han demostrado que no tiene tanto respeto como el priismo esperaría, yo creo que esa va a ser una diferencia esencial en el comportamiento del PRI en esta próxima legislatura”.
Su estructura política en el país y su militancia numerosa le representan al PRI bonos extra, sumado esto a que cuando ha sido gobierno ha dado resultados comprobables en materia social.
“Buena parte de las instituciones que tienen que ver con la política social mexicana y particularmente con la política educativa, fueron construidas por los gobiernos del PRI y eso para muchas de las generaciones está presente, es decir, el PRI, independientemente de lo bueno y malo que nos parezca, ha dado resultados realmente comprobables en términos de instituciones y de política social”.