Especialistas consultados por IMER Noticias coinciden que el encuentro bilateral llega en un clima de tensión, pero sí se prevén acuerdos favorables para ambos países.
Adriana Esthela Flores
El próximo encuentro de los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador, y de Estados Unidos, Joe Biden, está marcado por las presiones externas sobre al menos cuatro temas:
- La migración.
- Las críticas de legisladores estadunidenses a diversas estrategias del gobierno federal.
- Los diferencias con empresas estadounidenses para garantizar sus inversiones en materia energética.
- El alza inflacionaria en ambos lados de la frontera.
Además, la llamada “Cumbre AMLO-Biden” llega a la mitad de la temporada electoral. Esta comenzó en marzo en Estados Unidos, cuando la población renovará el Senado y la Cámara de Representantes, así como 36 gubernaturas, el próximo 8 de noviembre.
Eso sin considerar los recientes cuestionamientos hechos por integrantes del gabinete de Biden y analistas al trabajo del embajador estadounidense en México, Ken Salazar.
De acuerdo con esos personajes, el diplomático está más alineado a los intereses del presidente de México que a los de Washington.
No obstante, internacionalistas consultados por IMER coincidieron que el encuentro bilateral sí arrojará acuerdos favorables para ambos países.
Así lo explican la especialista Graciela Pérez Gavilán, de UAM Xochimilco y Francisco Gil Villegas, investigador del Colegio de México.
“Sí hay tensiones, no olvidemos las declaraciones de senadores de Estados Unidos que tocan el tema de periodistas y del crimen organizado, algo que sí ha originado tensión. Pero para EU son más importantes que las tensiones, el acuerdo con México”.
“Es una situación tensa que no es la idónea ni la mejor ni donde llegan en mejores condiciones pero el presidente de EU ha dicho que la interesa una buena relación con México”.
Los acercamientos México-EE.UU
México y Estados Unidos han desarrollado mecanismos de cooperación para avanzar en los puntos clave de la agenda conjunta como negociaciones, visitas de trabajo y memorándums de entendimiento.
En primer lugar está el tema energético. Tras las preocupaciones de Estados Unidos sobre los alcances de la ley eléctrica y la nacionalización del litio, el gobierno mexicano llegó a acuerdos con 18 empresas para garantizar sus inversiones en el país.
Como ejemplo, están los convenios que firmaron Pemex y CFE con New Fortress Energy para desarrollar el yacimiento Lacach, así como una inversión para un proyecto de licuefacción de gas.
A esto se suma el decálogo de México para explorar la posibilidad de crear parques solares en la frontera y exportar electricidad a varias regiones de Estados Unidos.
En segundo puesto está la seguridad. El principal acuerdo en esta materia es el Entendimiento Bicentenario. Este plan busca frenar la inseguridad y el narcotráfico en la frontera.
Además, de la nueva Ley de control de armas en Estados Unidos para ayudar a México en su demanda contra fabricantes y armas.
Esta cercanía constante ha causado que el embajador Ken Salazar haya visitado al menos 20 veces a López Obrador en Palacio Nacional en este año.
Pero en esta relación, también hay distancia.
Las diferencias
Uno de los capítulos más destacados es, sin duda, el desaire de López Obrador para asistir a la Cumbre de las Américas de Los Ángeles en junio pasado.
A pesar de los intentos de Joe Biden de convencerlo para que asistiera, el mandatario mexicano mantuvo su postura de no asistir hasta invitar a todos los países del continente, incluidos Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Otro tema son los programas Jóvenes Construyendo el Futuro y Sembrando Vida en Centroamérica. López Obrador ha insistido que Biden no ha entregado aún la inversión de cuatro mil millones de dólares para los programas sociales. En cambio, ha destinado más de 40 mil millones a la guerra en Ucrania.
El caso del activista Julian Assange es otro ejemplo. El presidente mexicano propuso retirar la Estatua de la Libertad si condenaban al activista por la difusión de archivos clasificados sobre las guerras en Irak y Afganistán.
Las presiones
La principal, es el fenómeno migratorio. En los últimos siete meses, dos hechos que involucran el tráfico de personas aumentó las presiones para ambos gobiernos:
- Los 55 migrantes que murieron tras la volcadura de un tráiler en Chiapas, el 9 de diciembre de 2021.
- El hallazgo de otros 53 dentro de un tráiler abandonado en San Antonio, Texas, el 27 de junio.
Además, el frente de gobernadores republicanos, encabezado por el gobernador de Texas, Greg Abbot, conforman un bloque para frenar la migración.
López Obrador ha insistido a Biden que enfrente resistencias y aplique “políticas atrevidas” en beneficio de esta comunidad, mientras el Congreso de aquel país mantiene estancada la aprobación de la reforma migratoria.
Otro de las crisis por atender son: el alza inflacionaria y la lucha contra las drogas, especialmente el fentanilo.
Para Estados Unidos este es un tema fundamental, puesto que el consumo de esta droga causó 100 mil muertes por sobredosis en un 2021 y un aumento de 500 por ciento de su consumo en México.
¿Cómo llegan Biden y López Obrador a este encuentro?
Para la especialista de la UAM-Xochimilco, Graciela Pérez Gavilán, el presidente mexicano llega con más fuerza a este encuentro.
A pesar de sus exigencias a Biden, el mandatario estadunidense aplicará un criterio pragmático que llevará a ambos a lograr acuerdos puntuales en temas clave.
“Tiene prioridades e intereses estratégicos. No le va a importar lo de Assange y la no ida de AMLO a la cumbre, porque le interesa es seguridad, migración y energía. EU prioriza y tiene estrategias y lo tiene muy claro. Hay que tener en cuenta que Biden ha bajado en su popularidad y AMLO mantiene altos índices de popularidad, entonces va con fuerza a Estados Unidos, México. Además, a Biden le interesa mucho el tema migratorio. Hay muchos migrantes mexicanos en Estados Unidos que pueden influir con su voto y AMLO tiene una presencia con los migrantes”.
¿El trato sigue siendo de iguales?
“Biden no lo va a tratar como persona que de alguna manera no tenga el respeto y la presencia de un estadista, será diferente a como se comporta Trump con Biden. Pienso que tendrá muy buenos resultados este diálogo”.
Sin embargo, Francisco Gil Villegas, profesor e investigador del Centro de Estudios Internacionales del Colegio de México, el encuentro llega en una situación que no es óptima de la relación bilateral.
El especialista considera que López Obrador no ha correspondido a la actitud de cordialidad de su par estadunidense ni ha cumplido con la regla no escrita de la diplomacia.
“No hemos visto, a diferencia de Biden, que ha tendido la mano. No hemos visto algo equivalente por parte de AMLO. Tener muy buena relación con Ken no sustituye la necesidad de establecer una buena relación entre dos jefes de Estado y de gobierno”.
Pese a ello, confía en que ambos lograrán resultados favorables.
“Por supuesto, el presidente López obrador ha estado tratando de imponer su agenda y quiere imponer condiciones de migración, mejore condiciones para migrantes. Muy probablemente Biden va a estar dispuesto a cooperar en eso, pero Biden necesita un gesto de apoyo para su agenda global”.
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