Comunidades de Chiapas, Guerrero, Michoacán y Jalisco no participarán en la jornada electoral del domingo.
Montserrat Sánchez
Comunidades indígenas de Chiapas, Guerrero, Michoacán y Jalisco han anunciado que no permitirán la instalación de casillas para las elecciones del domingo 6 de junio, bajo el argumento de que no existen condiciones debido a la violencia o conflictos sociales y a que hay poca representación de indígenas en las candidaturas.
Serán unas 200 casillas las que no se instalen en todo el país, calculó la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien lamentó que la actividad de grupos del crimen organizado pueda lastimar el proceso electoral.
En Guerrero, el Consejo Indígena y Popular de Gobierno Emiliano Zapata y la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Pueblos Fundadores afirmaron que no permitirán la instalación de casillas en comunidades del municipio de Chilapa de Álvarez y de José Joaquín de Herrera, en la Montaña Baja.
El incremento de inseguridad y la falta de respuestas por parte de las autoridades son las razones por las que el Consejo y la Coordinadora se niegan a participar en el proceso electoral.
José Israel Herrera, profesor e investigador del Centro de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Autónoma de Campeche, dijo que las causas de la indignación en comunidades y pueblos indígenas podrían ser más.
“Estamos hablando de aproximadamente 10 millones de personas que se autoadscriben como indígenas y estamos hablando de lugares con población del 95 al 100 por ciento, de población indígena, son números muy altos, y estamos hablando también de estados como Tlaxcala, Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Michoacán, Sonora, Sinaloa, y en los cuales en muchos de estos se mezclan conflictos agrarios por el agua, conflictos por acceso a recursos naturales, y son en ocasiones demandas que tienen antecedentes muy antiguos; también se encuentran situaciones a las que tenemos conflictos muy recientes”.
Otro de los problemas que advirtió el académico es la falta de representación indígena en las candidaturas, lo que califica como una agresión política.
“Lo que pasó en muchas de estas ocasiones se jugó mucho con las personas que se lanzaron como candidatos en estas zonas indígenas y lo que hicieron muchos partidos políticos fue poner a alguien que se ostentaba como indígena y no lo es, se falsificaron documentos de los comisarios o de los representantes de las localidades para concursar por uno de esos cargos y obviamente eso generó mucha molestia”.
De acuerdo con el Sistema de Información Cultural, solamente en 20 estados del país se tiene reconocimiento de 70 pueblos indígenas. Chiapas ocupa la primera posición, con 14; seguido de Oaxaca, con 13, y Baja California y Veracruz, con 6.
La indignación se expande
Otras comunidades indígenas que han anunciado su negativa a participar en los comicios del 6 de junio, son Charapan, Cherán, Nahuatzen, Paracho, Quiroga, Ziracuaretiro y Tingambato, en el estado de Michoacán.
Sumado a estas comunidades, en Venustiano Carranza, Chiapas, la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos advirtió que no permitirán la instalación de casillas y urgió al gobierno a dar la cara y garantizar la paz.
En Jalisco, los habitantes huicholes de las comunidades de San Sebastián Teponahuaxtlán y Tuxpan de Bolaños, al norte del estado, anunciaron que no permitirán la instalación de casillas, debido a la falta de solución definitiva a la devolución de 10 mil hectáreas del pueblo de Huajimic.
Para el profesor José Israel Herrera, la organización y autogobierno de las comunidades resulta ser un esquema que ha traído mayores beneficios a las zonas.
“10 estados del país son jurisdicciones que no son muy visibles. En Ayutla ellos ya celebraron la elección en la que no hay partidos políticos, hay un consejo de gobierno decidido por la propia comunidad, lo mismo en Cherán, Michoacán, hay municipios que no tiene representación política de los partidos políticos, las propias comunidades encontraron en la auto organización una forma de defenderse de estos partidos o de estas organizaciones pero encontraron que en su propia forma de organizarse”.
A pocas horas de las elecciones más grandes de la historia mexicana, el académico resaltó la importancia de no sólo voltear a ver a los pueblos y comunidades en periodos electorales, sino reconocer su participación e identidad.
“No se sabe en muchas ocasiones lo que están necesitando, por ejemplo, de repente les quieren construir un hospital, pero lo que necesitan es una carretera, o de repente les ponen una carretera, pero lo que necesitan es una mejora en la seguridad o lo que necesitan es una seguridad jurídica en cuanto a sus tierras o un apoyo para sembrar o simplemente necesitan ser reconocidos como tales, y lo que se encuentra aquí es que al final de cuentas el reclamo principal de cualquier grupo indígena es el respeto, lo demás ya tiene que venir de un diálogo que sea horizontal, no vertical, en el cual haya personas que se traten de imponer a ellos porque no se trata de seguirles viendo como menores cuando no lo son, son comunidades vivas que tiene voz y voto”.