El jueves, el canciller Marcelo Ebrard dijo ante las Naciones Unidas que urgen cambios para democratizarlo y transparentarlo.
Elsy Cerero
A casi un año de que el gobierno de México logró un asiento no permanente en la mesa del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el principal órgano ejecutivo del sistema multilateral y el único con autoridad para tomar decisiones vinculantes en materia de paz y seguridad, el canciller Marcelo Ebrard planteó hacerle reformas.
El jueves, en la 76 Asamblea General de la ONU, Ebrard señaló que se requieren cambios que privilegien la acción colectiva por encima de las medidas unilaterales y abogó por cambios de fondo que favorezcan la transparencia y la democracia.
¿Qué es y para qué sirve el Consejo de Seguridad de la ONU?
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas es el organismo de las Naciones Unidas encargado de mantener la paz y seguridad en el mundo. A diferencia de otras reparticiones de la ONU que únicamente pueden realizar recomendaciones a los gobiernos, el Consejo de Seguridad puede tomar decisiones (conocidas como resoluciones) y obligar a los miembros a cumplirlas, de acuerdo a lo establecido por la Carta de las Naciones Unidas.
El Consejo está conformado por 15 naciones, cinco miembros permanentes con derecho de veto —Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y la República Popular China— y 10 miembros no permanentes.
Los 10 miembros no permanentes son elegidos de cinco en cinco cada año por la Asamblea General de la ONU y por un periodo de dos años. México ganó en noviembre de 2020 un lugar después de no estar durante 40 años. La presidencia del Consejo se rota mensualmente de manera alfabética.
Cada miembro del Consejo tiene un voto. Las decisiones en general requieren del voto afirmativo de, al menos, nueve miembros.
¿Qué busca México al reformar del Consejo de Seguridad de la ONU?
Ante el número de apenas una decena de miembros permanentes, el canciller mexicano propuso incrementar el número de estos participantes permanentes y ampliar el plazo de mandato. Además de la regulación al derecho de veto que recae en cinco miembros permanentes.
“México aboga por una reforma integral del Consejo de Seguridad a fin de hacerlo más transparente y, sobre todo, más democrático y que rinda mejores cuentas y actualice sus métodos de trabajo”.
Aseguró a nombre de México que resulta inadmisible que la protección de civiles, la lucha contra la impunidad y la prestación de asistencia humanitaria sean “rehenes de las diferencias políticas que, en algunos casos, llevan precisamente a la inacción o a la parálisis de este consejo”.
¿Por qué lo señala como un Consejo paralizado?
El gobierno de México ha señalado una “frecuente parálisis” del Consejo de Seguridad para cumplir con su responsabilidad en conflictos en los que se cometen atrocidades masivas.
La pasividad del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en crímenes de guerra y lesa humanidad cometidos en países como Siria, el golpe de Estado en Myanmar o los bombardeos entre Israel y Palestina han llevado a que México insista en una reforma a este organismo.
Marcelo Ebrard recordó a la ONU que el gobierno mexicano ha promovido la protección de civiles y el acceso humanitario sin barreras, así como la participación efectiva de las mujeres en los procesos de paz.
Dijo que México ha buscado reducir el sufrimiento humano y poner a las personas en el centro de las acciones, en congruencia con sus principios de política exterior.