Con la entrada en vigor del reglamento de la Ley General para el Control del Tabaco, las personas ya no podrán fumar en espacios públicos o restaurantes.
Guadalupe Franco
Desde el domingo 15 de enero, México prohibió la exhibición de cigarros en comercios y tiendas de abarrotes. Además, las personas ya no podrán fumar en los espacios habilitados para fumadores como terrazas, restaurantes al aíre libre, entre otros, donde vendan alimentos y bebidas.
Estas restricciones forman parte del nuevo reglamento de la Ley General para el Control del Tabaco.
El objetivo del gobierno federal es evitar 50 mil muertes al año y reducir hasta 155 mil millones de pesos en gastos médicos relacionados con enfermedades por tabaquismo.
El director de la Oficina de Tabaco de la Comisión Nacional contra las Adicciones, Conadic, Carlos Gámez, recalcó que el incumplimiento de las normas contempla multas hasta 100 veces el salario mínimo.
“El tabaquismo es factor de riesgo de las enfermedades crónicas no transmisibles, enfermedad pulmonar y otras enfermedades cardio y cerebrovasculares. Esperamos que con la aplicación de estas medidas puedan evitar hasta 290 mil nuevos casos de enfermedad”.
Para Carlos Gámez, este tipo de medidas de salud pública privilegian el interés superior de la niñez, promueve la salud mental y físico de la población. Además, reduce el consumo y venta de tabaco, puesto que son legales pero letales.
“La industria tabacalera pasa su rentabilidad a costa de la salud de la gente. En segundo lugar, los intereses de la industria del tabaco y de salud pública son totalmente contrarios. En el sentido de que estas medidas son de políticas de salud pública para permitir y reducir el consumo de estos productos”.
Industria se opone a las medidas
La iniciativa privada criticó la medida de salud pública al argumentar que ocasionaría pérdida de empleos e inversión. Sin embargo, no precisaron montos de la afectación al asegurar que los estudios estaban en proceso.
Los empresarios e industriales del tabaco aseguraron que prohibir la exhibición de tabaco reduciría en 25 por ciento los ingresos en más de 600 mil pequeños establecimientos y comercios.
No obstante, vendedores y dueños de tienditas aseguraron que la entrada en vigor del reglamento no les afectará en lo absoluto, pues los consumidores no necesitan ver el producto para comprarlo.
“No, nos afectaría en el aspecto de la publicidad porque es un producto que solito se vende. Yo no tengo el exhibidor y se me vende. Me lo piden sin problema alguno. No, nos afecta en nada”.
José Abugaber, presidente del Consejo Directivo de la Confederación de Cámaras Industriales, asegura que la entrada en vigor del reglamento también es considerada como excesiva y violatoria de derechos humanos y convenios internacionales.
Sin embargo, el director de la Oficina de Tabaco de la Conadic recalcó que ningún convenio comercial está por encima de un tratado de salud internacional.
Desde 2004, México es parte del convenio para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud. Con este acuerdo, el país está obligado a reducir la oferta y la demanda de estos productos.
“Un convenio vinculante en materia de derechos humanos está al mismo nivel que la Constitución Política, Entonces, además de la obligación que representa atender estas recomendaciones y obligaciones en la materia, está perfectamente alineada a los compromisos internacionales. Cualquier tratado comercial estaría muy por debajo de los tratados de derechos humanos”.
Lluvia de amparos
Pese a ello, el sector empresarial estimó una “tormenta de amparos ante la entrada en vigor del nuevo reglamento para el Control de Tabaco en México”.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, en México el comercio ilícito de tabaco representa 8.8 por ciento y su origen es multifactorial.
Es decir, no está estrechamente ligado con las medidas sanitarias, aclaró Carlos Gámez.
“Esta evidencia nos dice que el mercado ilícito en primera instancia es mucho menor al 20 por ciento. Son datos que están públicos en datos de la Conamer es de 8.8 por ciento. Además, tiene un origen multifactorial”.
Pero, contrario a lo que argumenta el sector empresarial, la mayor parte de la ciudadanía, incluida fumadores, reconoce que la nueva medida de salud contribuye a reducir la promoción y consumo del tabaco.
“Considero que ya funcionaba muy bien el tener delimitado las áreas para este tipo de consumidores, por lo que no era necesario aislarlos más”.
“Con esta reforma habrá un mejor esparcimiento de zonas donde había espacios para fumar y no se respetaban”.
“Yo creo que está bien, más que nada para los niños. Creo yo que es lo mejor, aunque no se está exento de que tengan contacto con el humo del cigarro”.
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